¿Qué se entiende por explotación, abuso, acoso y hostigamiento sexuales?
¿Qué se entiende por explotación, abuso, acoso y hostigamiento sexuales?
Todo tipo de conducta sexual inapropiada es inaceptable, y comprender la diferencia entre estas conductas puede ayudar a definir medidas de prevención y respuesta adecuadas.
Imagen: Clínica de salud mental en Za’atati, Jordania
Para denunciar conductas sexuales inapropiadas, favor de contactar a la Oficina del Inspector General de ACNUR.
Explotación y abusos sexuales
La explotación sexual se entiende como el abuso real o intencionado de la diferencia de poder, la confianza o la posición de vulnerabilidad de una persona – como una persona refugiada que depende de otra para sobrevivir u obtener raciones de alimentos, educación, libros, transporte u otros servicios – con el fin de obtener favores sexuales, lo que incluye, entre otras acciones, ofrecer dinero u otras ventajas sociales, económicas o políticas. El tráfico de personas y la prostitución son formas de explotación sexual.
El abuso sexual se refiere a la intrusión física, real o intencionada, de naturaleza sexual, ya sea por la fuerza o bajo condiciones desiguales o coercitivas. El abuso sexual incluye esclavitud sexual, pornografía, abuso infantil y agresiones sexuales.
El personal de ACNUR tiene la obligación de denunciar si tiene razones para sospechar que algún compañero han incurrido en abuso o explotación sexual, sea dentro o fuera de la propia agencia o del sistema de Naciones Unidas.
Acoso u hostigamiento sexual
El acoso u hostigamiento sexual afecta al personal y se entiende como conductas de naturaleza sexual que se consideran ofensivas o humillantes, que pueden interferir con las tareas de una persona, que se usan como condicionante para contratar a alguien o que crean un entorno intimidante, hostil u ofensivo. El acoso u hostigamiento sexual puede darse en el lugar de trabajo o en relación con este. Aunque a veces conlleva patrones de conducta, el acoso u hostigamiento sexual también puede darse como un incidente aislado. Para determinar si cierta conducta es ofensiva, es necesario considerar la perspectiva de la víctima.
El acoso u hostigamiento sexual puede darse de distintas formas: desde miradas y palabras hasta contacto físico de naturaleza sexual. Algunos ejemplos de acoso u hostigamiento sexual incluyen: agredir o intentar agredir sexualmente a una persona, con inclusión de la violación; compartir o mostrar imágenes o videos sexuales inapropiados, sin importar el formato; enviar mensajes sugestivos de contenido sexual en cualquier formato; compartir anécdotas o hacer bromas de carácter sexual o lascivo; hacer gestos sexuales inapropiados, como movimientos pélvicos; tocar a alguien sin su consentimiento, lo que incluye pellizcar, frotar o rozar intencionalmente a otra persona; mirar a alguien de manera lasciva; invitar a alguien a salir repetidamente o solicitar favores sexuales; calificar la sexualidad de una persona; hacer comentarios sexuales sobre la apariencia, la vestimenta o las partes del cuerpo de alguien; poner apodos o utilizar insultos con connotación sexual o basados en estereotipos de género; hacer comentarios denigrantes sobre la identidad de género o la orientación sexual de una persona.
La diferencia entre la explotación y el abuso sexuales y el acoso u hostigamiento sexual yace en la víctima. En el primer caso, la víctima es una persona de interés o pertenece a una comunidad local o de acogida. En el segundo caso, la víctima trabaja en el sector humanitario, sea con ACNUR o con cualquier otra agencia u organización socia. En ambos casos, no obstante, el perpetrador trabaja en el sector humanitario o de desarrollo. Estos tipos de conducta sexual inapropiada son inaceptables. Por tanto, ACNUR tiene el compromiso de erradicarlos en sus oficinas y operaciones, y de garantizar que todas las víctimas reciban el apoyo que requieren.