ACNUR informa sobre los avances en la lucha contra la apatridia

Este año se han logrado importantes resultados en todo el mundo para ayudar a resolver el devastador impacto de la apatridia, de acuerdo con un informe de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, con motivo del noveno aniversario de su campaña #IBelong (Yo pertenezco), de una década de duración.

En 2023, la República Kirguisa y la República de Moldavia introdujeron salvaguardias legislativas para ayudar a prevenir la apatridia al nacer. Portugal aprobó un marco jurídico que regula el estatuto de apátrida, incluido el establecimiento de un procedimiento de determinación de la apatridia. Macedonia del Norte modificó sus leyes para permitir que las personas apátridas adquieran la nacionalidad y para garantizar el registro de nacimiento de todos los niños nacidos en el país, independientemente de si sus padres carecen de documentos o son apátridas. La República del Congo se ha convertido en el último país en adherirse a las Convenciones sobre Apatridia. 

Solo este año, alrededor de 7.000 personas apátridas de la comunidad Pemba fueron confirmadas como ciudadanos keniatas y a más de 3.000 personas que corrían el riesgo de ser apátridas se les concedió la nacionalidad en Zanzíbar, Tanzania.

En total, 97 países son ahora parte de la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954, y 79 de la Convención para reducir los casos de apatridia de 1961. Decenas de países también han introducido salvaguardias en sus leyes para prevenir la apatridia o han establecido procedimientos para proteger a las personas apátridas.

“Los progresos realizados en la lucha contra la apatridia son positivos y felicitamos a los Estados por tomar medidas. Pero no es suficiente. Con el aumento de los desplazamientos forzados en todo el mundo, millones de personas se están quedando al margen, privadas de sus derechos humanos básicos, entre ellos participar en la sociedad y contribuir a ella. Esta exclusión es injusta y debe abordarse”, declaró Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.   

Se estima que al menos 4,4 millones de personas de 95 países son apátridas o de nacionalidad indeterminada. Se reconoce ampliamente que la cifra global es significativamente mayor, dada la relativa invisibilidad de la población apátrida en los ejercicios estadísticos nacionales.

Al no ser reconocidos como ciudadanos de ningún país, las personas apátridas suelen verse privadas de derechos humanos y de acceso a servicios básicos, lo que a menudo las margina política y económicamente, y las hace vulnerables a la discriminación, la explotación y al abuso. Un número desproporcionado de personas apátridas en el mundo pertenecen a grupos minoritarios, para quienes la apatridia tiende a perpetuar y empeorar la discriminación y marginación a las que ya se enfrentan.

“Aunque la apatridia se debe a muchas causas, en muchos casos puede resolverse mediante sencillos cambios legislativos y políticos. Hago un llamamiento a los Estados de todo el mundo para que tomen medidas inmediatas y garanticen que nadie se quede atrás”, señaló Grandi.