Declaración de Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, sobre el impacto de los recortes en la ayuda global a los refugiados
Declaración de Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, sobre el impacto de los recortes en la ayuda global a los refugiados
GINEBRA – Los brutales recortes de fondos al sector humanitario están poniendo en riesgo millones de vidas. Las consecuencias para las personas que huyen del peligro serán inmediatas y devastadoras:
- Las mujeres y niñas refugiadas, en riesgo extremo de ser víctimas de violación y otros abusos, ya están perdiendo el acceso a los servicios que las mantenían a salvo.
- Los niños y niñas se quedan sin maestros ni escuelas, empujándolos al trabajo infantil, la trata o el matrimonio infantil.
- Las comunidades refugiadas tendrán menos refugio, agua y comida.
La mayoría de las personas refugiadas permanecen cerca de su hogar. La reducción de la ayuda hará que el mundo sea menos seguro, forzando a más personas desesperadas a convertirse en refugiadas o a desplazarse nuevamente hacia lugares y regiones más lejanas.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha buscado formas innovadoras y eficientes para llevar a cabo su misión, aprovechando al máximo cada donación en favor de aquellos que huyen del peligro. Más del 90 por ciento de nuestro personal está en la primera línea, trabajando con las comunidades afectadas.
Junto con nuestros socios, respondimos a 43 emergencias de refugiados tan solo durante el pasado año. Con menos fondos, menos personal y una presencia más reducida de ACNUR en los países que acogen a los refugiados, la ecuación es sencilla: se perderán vidas.
No se trata solo de una escasez de fondos: es una crisis de responsabilidad. El coste de la inacción se medirá en sufrimiento, inestabilidad y futuros perdidos.
Nuestro compromiso con las personas obligadas a huir sigue siendo inquebrantable. Con un apoyo continuo y estable, podemos identificar y ayudar a los más vulnerables, desplegarnos rápidamente cuando surjan nuevas emergencias, ayudar a estabilizar regiones frágiles y facilitar el regreso seguro a casa de las personas refugiadas.
Hacemos un llamamiento a los Estados miembros para que cumplan con sus compromisos con las personas desplazadas. Ahora es el momento de la solidaridad, no de la retirada.
Para más información, por favor, contactar:
- En Ginebra, Matthew Saltmarsh, saltmars@unhcr.org, +41 79 967 99 36
- En Ginebra, Olga Sarrado, sarrado@unhcr.org, +41 79 740 2307
![Frente a una construcción, un hombre con un pañuelo de pequeños cuadros rojos y blancos en la cabeza, y una chaqueta de cuero negr](/es-es/sites/es-es/files/RF1410930_9.jpg "Portrait photos of Abdel Hamid Al-Hashimi, 51, who received a shelter package provided by UNHCR to support the most vulnerable families in Barneh village, located in southern rural Aleppo.For Abd Alhameed Alhashemi, a 51-year-old farmer and Imam in the small village of Barneh in southern Aleppo rural, life has been a series of challenges. Displaced during the Syrian crisis, Abd Alhameed and his family fled to Afrin town in northern Aleppo rural for safety. Five years ago, they returned to their home, but what they found was far from the safe haven they had left behind.Their house, damaged and exposed, lacked doors and windows. The family had to rely on blankets and plastic sheets to block the cold. "Winter here is harsh," Abd Alhameed shared. "We burned anything we could find to keep warm. Without proper doors and windows, we didn’t feel secure at all."Abd Alhameed’s household is not small. Ten people live under his roof, including his wife, who suffers from a slipped disc, and a two-year-old grandson")
