Alto Comisionado pide al Consejo de Seguridad una respuesta firme para el desplazamiento sin precedentes
NUEVA YORK - El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, recordó hoy a los líderes internacionales en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas su papel fundamental en la búsqueda de respuestas urgentes a las crisis de desplazamiento en todo el mundo, en un momento en que la toxicidad en el lenguaje sobre las personas refugiadas y migrantes crece.
En un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, Grandi identificó el camino a seguir para abordar las numerosas crisis que se están desarrollando en todo el mundo.
“Representar esto como una crisis global que no se puede manejar, en mi opinión,... está mal”, dijo. “Con la voluntad política, que ustedes representan aquí al más alto nivel, y con mejores respuestas, tal como están consagradas en el Pacto Mundial sobre Refugiados, adoptado por la Asamblea General en diciembre, es posible y urgente abordar estas crisis, y ustedes como Consejo de Seguridad tienen un papel crítico”.
Un número sin precedentes de 68,5 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a huir. Entre ellas hay casi 25,4 millones de refugiados, más de la mitad de los cuales son menores de 18 años. La gran mayoría de los refugiados se encuentran en países en desarrollo.
“El 85% de los refugiados del mundo se encuentran en países pobres o de ingresos medios. Ahí es donde está la crisis”.
El Alto Comisionado hizo tres llamamientos a los miembros del Consejo de Seguridad. En primer lugar, instó al Consejo de Seguridad a trabajar conjuntamente para abordar la falta de paz y seguridad, causa fundamental de las crisis.
“De los casi 70 millones de personas desplazadas o refugiadas, la mayoría está huyendo del conflicto”, señaló. “Si los conflictos se evitaran o se resolvieran, la mayoría de los flujos de refugiados desaparecerían. Sin embargo, observamos desde donde estamos los enfoques muy fragmentados para el establecimiento de la paz, enfoques insuficientes para la construcción de la paz”.
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Citó la creciente violencia en Libia, donde todos los civiles están en riesgo, y expresó una preocupación particular por los refugiados y los migrantes atrapados en los centros de detención en áreas de combate.
Más tarde, Grandi informó que ACNUR logró trasladar a más de 150 personas del centro de detención de Ain Zara, en el sur de Trípoli, a las instalaciones de reunión y salida de ACNUR en una zona segura cercana.
Grandi también hizo un llamamiento a los Estados Miembros para reforzar el apoyo a los países de acogida. “El 85% de los refugiados del mundo se encuentran en países pobres o de ingresos medios. Ahí es donde está la crisis. Se debe intensificar el apoyo”, dijo. “Su hospitalidad no debe tomarse por sentada”.
El Alto Comisionado destacó la “sobresaliente” solidaridad latinoamericana frente a la llegada de 3,4 millones de venezolanos a 15 países de la región, incluidos Colombia, Perú, Ecuador y Brasil.
“Nuestro llamamiento para las crisis humanitarias en esa región es uno de los que menos fondos recibe en todo el mundo”, dijo. “La falta de apoyo para estos países dejará a sus gobiernos expuestos”.
Añadió que el Pacto Mundial sobre Refugiados, un nuevo marco internacional acordado por los Estados Miembros en diciembre pasado, garantizará la responsabilidad compartida de apoyar a las personas obligadas a huir del conflicto y la persecución, así como a las comunidades que les acogen.
Grandi también instó a los miembros del Consejo a trabajar en colaboración para eliminar los obstáculos que impiden que las personas regresen voluntariamente, en seguridad y dignidad, a sus países de origen.
“Es igualmente un derecho elegir no regresar”.
“Nos enfrentamos cada vez más con un tipo de escenario en el que la paz no está completamente establecida”, declaró. “Pero eso muy a menudo se traduce en una presión sobre los refugiados para que regresen en circunstancias menos que ideales”.
“Creemos que el retorno es un derecho”, dijo Grandi. “Pero es igualmente un derecho elegir no regresar”.
Citó el deseo de casi seis millones de refugiados sirios de regresaran a sus hogares, pero señaló que muchos se muestran reacios a regresar, y mencionaron una serie de preocupaciones, como la vivienda, el empleo y la seguridad, así como los problemas de propiedad y documentación.
“Necesitamos acceso para el personal del ACNUR y de las Naciones Unidas a las áreas donde las personas regresan para fortalecer la confianza que necesitan desesperadamente para tomar esa decisión tan difícil”, agregó Grandi.
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Grandi también señaló a Myanmar, donde el retorno no será posible a menos de que se cumplan condiciones de seguridad y dignidad, especialmente en vista de la continua inseguridad en el estado de Rakhine, en el norte del país.
Haciéndose eco de los comentarios de Grandi, los miembros del Consejo de Seguridad expresaron gran preocupación por las cifras récord de desplazamiento mundial y renovaron su compromiso de apoyar a las poblaciones afectadas. Reconocieron el vínculo entre conflicto y desplazamiento, y el imperativo de trabajar de forma concertada para abordar las causas fundamentales del conflicto.
Varios Estados Miembros expresaron la esperanza de que la adopción del Pacto Mundial sobre Refugiados dé un nuevo impulso a la cooperación internacional para abordar el desplazamiento, incorporando nuevos actores de los sectores privado y de desarrollo. Muchos también se hicieron eco de la insistencia de Grandi en el derecho al retorno voluntario, bien informado y digno.