La sordera no es un obstáculo para el equipo de refugiados futbolistas en Dadaab
La sordera no es un obstáculo para el equipo de refugiados futbolistas en Dadaab
DADAAB, Kenia, 9 de agosto (ACNUR) -- Los gritos de apoyo de sus fans tienen poco efecto sobre este equipo de fútbol que se ha formado en los cinco campamentos de refugiados que componen el complejo de Dadaab, en Kenia. De hecho, todos los futbolistas de EL-MAN DEAF FC son sordos o tienen algún tipo de deficiencia auditiva.
Eso no les ha impedido convertirse en buenos jugadores. A principios de mes -- mostrando el espíritu olímpico en un terreno desértico, lejos de la lluvia de Gran Bretaña -- este grupo de atletas derrotó con facilidad a un equipo compuesto por trabajadores de ONG y Naciones Unidas. Tomoya Soejima, un trabajador de ACNUR especializado en juventud que trabaja en estrecha colaboración con el equipo, observó cómo la victoria les había inculcado una mayor confianza en sí mismos.
El equipo ya está listo para viajar este mes a la capital, Nairobi, para competir en un torneo nacional organizado por la Federación keniana de fútbol para Sordos (KFFD, por sus siglas en inglés). Para muchos jugadores, ésta será la primera vez que salgan de los campamentos de refugiados del noreste de Kenia.
"Siempre soñé con participar en un torneo y traer un trofeo a mi comunidad", dijo Hussein Abdulai, entrenador asistente que huyó de Somalia hacia Dadaab en 1991 y que trabaja como profesor en una escuela de primaria en el campamento de Ifo.
"Recuerdo que nuestra primera pelota estaba hecha de bolsas de plástico y restos de papel. Empezamos a entrenar todos los días y a veces incluso nos apuntábamos a los torneos de equipos "oyentes".
"Años más tarde oímos hablar de un torneo nacional para personas sordas y de inmediato pensamos que esa era nuestra oportunidad", dijo. "Nos pusimos en contacto con Handicap International para pedirles apoyo. Así es como empezó todo."
Hay más de 12.000 personas que viven con algún tipo de discapacidad en los campos de refugiados de Dadaab, que acogen a una población de más de 470.000 personas. La mayor parte de los discapacitados en Dadaab se enfrentan a la discriminación y a dificultades de tipo práctico a la hora de acceder a los servicios. Por ello, sufren muchas veces más que la mayoría de los refugiados.
"Muy pocos empleados de las agencias humanitarias o de la policía conocen la lengua de signos, lo cual puede conducir fácilmente a malentendidos y problemas de comunicación", dijo el primer entrenador, que también se llama Hussein Abdulai y que vive en el campamento de Hagadera. "Una de las principales preocupaciones es la inseguridad en los campamentos. A menudo hay tiroteos y explosiones de artefactos explosivos improvisados.
"Si explota una bomba o si alguien se me acerca por la espalda ¿cómo voy a darme cuenta? A veces no puedo dormir porque tengo miedo de que suceda algo durante la noche y simplemente no pueda escucharlo."
Es aún más impresionante que un equipo como el EL-MAN DEAF FC se haya formado, movilizando a hinchas de todos los campamentos.
"Los jugadores se entrenan una o dos veces por semana en los campamentos de Ifo, Dagahaley y Hagadera y los fines de semana se reúnen todos desde sus respectivos campamentos y juegan en el marco de los torneos "inter campos", a menudo también enfrentándose a equipos de "jugadores oyentes" -- "y encima ganan", explicó Natha Yare Bashir, jefe del equipo.
Muchas organizaciones y donantes privados han ayudado a los refugiados a desarrollar sus habilidades en el deporte, como por ejemplo Nike, Right to Play, Handicap International, CARE, Alive & Kicking y ACNUR.
ACNUR y sus socios lanzaron la Iniciativa para el Deporte en Dadaab 2012, que ha llegado a más de 10.000 jóvenes no escolarizados para ofrecerles entrenamientos, talleres y equipación. En los campamentos, mujeres, niñas, hombres y niños practican voleibol, fútbol y otros deportes
El deporte es importante, no sólo para mejorar el estado físico, sino para reforzar los lazos entre las personas. En los campamentos de refugiados y en las zonas aledañas, el deporte se ha convertido en una importante forma de construir la paz y proporcionar a la gente confianza en sus capacidades y en su valor como seres humanos.
"Vamos a hacer todo lo posible para ganar el torneo", dijo un sonriente Hussein Abdulai. "Pero incluso si perdemos, igualmente haremos que Dadaab esté orgulloso de nosotros".
Por Bettina Schulte, Kiaby Andreas y Tomoya Soejima en Dadaab