Un programa alemán ayuda a los maestros refugiados a volver a dar clase
Un programa alemán ayuda a los maestros refugiados a volver a dar clase
POTSDAM, Alemania – La profesora de inglés, Alaa Kassab, está convencida de que su educación le salvó la vida. Tras su llegada a Alemania como refugiada siria, estaba ansiosa por volver a dar clase y enseñar idiomas a una nueva generación.
Gracias al programa experimental diseñado para preparar a los profesores recién llegados para trabajar en las escuelas alemanas, Alaa Kassab está una vez más al frente de una clase.
El 'Programa de Maestros Refugiados', con sede en la Universidad de Potsdam, está diseñado para ayudar a los recién llegados a familiarizarse con el sistema educativo alemán y para facilitar que vuelvan a dar clase en tan solo 18 meses.
"Enseñar inglés es uno de mis mayores placeres en la vida", dijo Alaa, que tiene 25 años y trabaja a tiempo completo como profesora adjunta en una escuela primaria alemana. "Esto muy orgullosa cuando veo que mis alumnos hablan o entienden inglés gracias a mis clases. Sé que algún día el idioma les ayudará como me ayudó a mí. Sin inglés, nunca habría podido salir de Siria y probablemente no estaría hoy con vida".
Antes de la guerra en Siria, Alaa daba clases en una escuela bilingüe en Alepo. Ella dice que el poder hablar inglés le permitió escapar de la violencia y encontrar refugio en Europa. Si se hubiera quedado allí, cree que habría sido asesinada como muchos de sus vecinos.
Sus conocimientos de inglés le salvaron la vida durante su viaje hacia Grecia a bordo de un barco de traficantes de personas. El motor de la embarcación falló en repetidas ocasiones, pero gracias a que Alaa pudo contactar por teléfono en inglés con los voluntarios, los refugiados pudieron llegar a salvo.
"Quería volver a dar clases, pero no tenía idea de cómo hacerlo."
Alaa viajó por Europa y llegó a Potsdam, al sudoeste de la capital alemana, Berlín. Habiendo sobrevivido al viaje en parte gracias a sus habilidades lingüísticas, Alaa quería, más que nunca, continuar enseñando inglés a una nueva generación. Sin embargo, sus esperanzas se desvanecieron cuando descubrió que el sistema escolar alemán era inaccesible para profesores extranjeros.
"Cuando llegué a Alemania era optimista", dijo Alaa, "sabía que quería volver a dar clases, pero no tenía idea de cómo hacerlo. No solo no entendía el idioma, si no que no comprendía el sistema educativo alemán. Cuando me di cuenta de que las cosas a veces toman más tiempo en Alemania fue un shock. A veces es frustrante y molesto".
Alaa descubrió que los profesores en Alemania tardan en formarse hasta siete años y que deben poder enseñar dos asignaturas, en lugar de solo una como en Siria. Para continuar enseñando, Alaa debería volver a estudiar y tendría que dominar el alemán.
Gracias a este programa para profesores refugiados, Alaa y sus compañeros pudieron adquirir un nivel avanzado de alemán en menos de dos años. Después de unos meses, participaron en seminarios diseñados para proporcionar a los maestros de las nociones teóricas y prácticas necesarias para la docencia. Para Alaa, lo más útil fue el tener la oportunidad de experimentar de primera mano las diferencias entre los sistemas sirio y alemán al trabajar como asistente de un instituto.
Alaa formó parte de un grupo de aproximadamente 30 personas que se graduaron el otoño pasado y que después se unieron a la escuela como profesores adjuntos durante un año. Ella y sus compañeros de clase todavía deben completar el curso tradicional de docentes antes de poder estar cualificados para enseñar en el sistema alemán.
Es un gran desafío. Algunos, como Alaa, están considerando regresar a la universidad. Otros están felices de haber encontrado la forma de volver a las clases y al trabajo.
"Ya estudié, ahora quiero trabajar", dijo Motaz Jarkas, de 34 años, profesor de inglés de Alepo y parte de un grupo que se graduará del 'Programa de Maestros Refugiados' esta primavera.
"Los refugiados quieren volver a valerse por sí mismos."
"Trabajar significa seguridad para nosotros en esta nueva etapa. Lo hemos hecho lo mejor posible, hemos aprendido mucho, pero no ha sido fácil. Necesitamos estabilidad y un futuro. Es por eso que este programa es tan importante para nosotros".
"Es vital para nosotros poder trabajar", coincidió la compañera de clase de Motaz, Mais Saifo, de 29 años, profesora de arte de la ciudad siria de Hama. "El primer obstáculo es el idioma. Ahora estamos empezando a integrarnos y estamos mucho más motivados porque podemos ver nuestro objetivo más cerca. Pero hay mucho que aprender, la enseñanza es muy diferente aquí en Alemania".
El empleo es una parte clave en el proceso de integración y los beneficios van más allá de la independencia, dice Dominik Bartsch, representante del ACNUR en Alemania.
"Los refugiados quieren volver a valerse por sí mismos. Son habilidosos y tienen talento, y están ansiosos por tener la oportunidad de demostrarlo de forma significativa".
"Quizás lo más importante es que los refugiados, al tener empleo, fortalecen sus relaciones con la sociedad que les ha acogido", añadió.
La financiación del 'Programa de Profesores Refugiados' se ha detenido y la Universidad de Potsdam ya no acepta nuevos solicitantes. La última clase de profesores refugiados se graduará en marzo de 2019. Los organizadores de esta iniciativa esperan que se repita en otras universidades. Para los afortunados como Alaa, encontrar su carrera significa más que obtener independencia financiera.
"Tener un puesto de trabajo me ha ayudado a integrarme de muchas maneras", dijo. "Es un gran placer tener la oportunidad de hacerlo tan rápido. El programa me dio la oportunidad de comenzar una nueva vida en Alemania. Ahora tengo un futuro aquí".
Por Josie Le Blond
Gracias al Voluntario en Línea David Martín por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.