Conflicto y sequía fuerzan la huida de más somalíes a Kenia
Conflicto y sequía fuerzan la huida de más somalíes a Kenia
Más de 50.000 somalíes han huido a Kenia desde principios de año, escapando de los enfrentamientos y de la creciente crisis humanitaria que sufre su país.
La tasa de refugiados que llegan cada mes alcanza la abrumadora cifra de 6.400 personas, añadiendo más presión a los ya sobrecargados servicios y recursos los campos de Dadaab, situados en el norte del país, donde la población que vive allí triplica la cantidad prevista inicialmente.
Desde mediados de agosto, hemos emprendido un programa destinado a la descongestión de Dadaab y hemos iniciado el traslado de unos 12.900 refugiados al campo de Kakuma, en el noroeste de Kenia. Y a pesar que ya han sido trasladados 9.570 refugiados, la población de los campos de Dadaab se mantiene prácticamente igual. En la actualidad hay 281.600 refugiados somalíes allí.
El convoy número 16 dotado de 13 autobuses con 650 refugiados a bordo abandonó Dadaab el pasado miércoles y llegó a Kakuma hoy (viernes 25 de septiembre). El traslado, que está siendo ejecutado por el Organismo Internacional para las Migraciones (OIM), se prevé que finalice el 7 de octubre.
Tras un largo periodo de sequías, muchas las zonas de Kenia están sufriendo lluvias torrenciales. De hecho, los meteorólogos pronostican que Kenia será golpeada por el fenómeno El Niño, con lo que resulta altamente probable que Dadaab sufra graves inundaciones en las próximas semanas, planteando serios riesgos de salud a los refugiados.
Mientras tanto, los mortíferos enfrentamientos entre las fuerzas del Gobierno y los grupos rebeldes han forzado la salida de sus hogares de unos 250.000 somalíes en la capital Mogadiscio sólo desde mayo. La mayoría han buscado refugio en el corredor de Afgooye, situado a unos 30 kilómetros al oeste de la capital. Estos lugares improvisados son ahora el hogar de más de 524.000 desplazados internos que viven en condiciones precarias, ya que las organizaciones humanitarias se enfrentan a enormes obstáculos para llegar hasta ellos.
El deterioro de la seguridad y la prolongada sequía en Somalia están obligando a más personas a huir a países vecinos o incluso lugares más lejanos. Miles de somalíes recurren a traficantes sin escrúpulos y arriesgan sus vidas para embarcarse en un peligroso viaje a través del Golfo de Adén y el Mar Rojo, con el objetivo de llegar a Yemen o al mar Mediterráneo para alcanzar Europa.
No todos alcanzan su destino. La semana pasada 16 personas murieron y otras 49 permanecen desaparecidas y se cree que han fallecido ahogadas en el Golfo de Adén. Desde enero, un total de 924 embarcaciones y más de 46.700 personas han efectuado el trayecto que separa Yemen del Cuerno de África. En lo que llevamos de año se calcula que otras 322 personas habrían fallecido ahogadas o permanecen desaparecidas, y se las da por muertas.
Somalia es uno de los países que más refugiados y desplazados internos genera. ACNUR proporciona protección y asistencia a más de 515.000 refugiados somalíes en los países vecinos de Kenia, Yemen, Etiopía, Yibuti y Uganda. La ONU calcula que hay 3,8 millones de somalíes que necesitan ayuda humanitaria de manera urgente, incluidos 1,5 millones de desplazados internos.