El déficit de financiación obliga a ACNUR a recortar programas vitales en la República Democrática del Congo
El déficit de financiación obliga a ACNUR a recortar programas vitales en la República Democrática del Congo
Debido a la falta de fondos, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, no puede responder adecuadamente a las crecientes necesidades humanitarias de las personas refugiadas y desplazadas internas en la República Democrática del Congo (RDC).
La RDC está entre las operaciones más infrafinanciadas de ACNUR en todo el mundo. Hasta el 30 de junio de 2022, solo se había asegurado el 19 por ciento de los 225 millones de dólares (USD) presupuestados al inicio del año. Esto ha impactado significativamente en las vidas de las personas forzadas a huir.
Las necesidades en la RDC son masivas. Al inicio de año, el país acogió a más de medio millón de refugiados y solicitantes de asilo y a más de 5,6 millones de personas desplazadas internas.
La lucha entre el ejército congoleño y grupos armados no gubernamentales en la provincia de Kivu Norte ha desplazado a otras 160.000 personas desde abril. Junto a ello, ACNUR y sus socios en la provincia de Ituri han contabilizado más de 800 muertes como consecuencia de los ataques con armas de fuego y machetes en las comunidades locales, lo que ha expulsado a 20.000 personas de sus hogares.
Durante una visita a la provincia de Ituri, en la RDC, entre el 25 y el 28 de julio, la Directora de Relaciones Externas de ACNUR, Dominique Hyde, vio de primera mano la fortaleza demostrada por mujeres, hombres, niñas y niños desplazados forzosos ante el horror, y también el impacto de la falta de financiación.
Con la tasa de financiación actual, el 82 por ciento de las personas desplazadas internas no recibirán apoyo adecuado para el alojamiento. Se verán obligadas a dormir en iglesias, escuelas y estadios, a la intemperie, o pueden decidir volver a sus hogares a pesar del riesgo de ser objetivo de los grupos armados.
Cada niño tiene derecho a la educación primaria, pero en la RDC, debido a la falta de financiación, solo el 16 por ciento de la niñez refugiada de Sudán del Sur puede ir a la escuela. Con los niveles de financiación actuales, este año, ACNUR no puede ayudar a un solo niño refugiado a acceder a la escuela secundaria.
Sin apoyo adicional, ACNUR se verá obligado a recortar las ayudas en efectivo y en los equipos de supervivencia para la agricultura, pesca y ganadería. Estas carencias unidas a las serias sequías en el este y sur de África han dado como resultado numerosos desplazamientos de personas hambrientas.
Mientras que la atención se centró en algunas de las mayores crisis mundiales en Siria, Afganistán y, más recientemente, en Ucrania, otras emergencias, muchas de ellas en África, no han conseguido atraer el mismo nivel de atención, apoyo y recursos.
Hoy, estas crisis infrafinanciadas se enfrentan a un cóctel tóxico de conflictos, emergencias climáticas y las repercusiones socioeconómicas de la pandemia de la COVID-19, junto con el devastador efecto dominó de la guerra de Ucrania. Los precios de los combustibles y los alimentos han aumentado drásticamente lo que hace que los recursos humanitarios sean cada vez más escasos.
La solidaridad internacional con las personas que huyen de la guerra en Ucrania ha sido abrumadora. Necesitamos una respuesta similar, y más apoyo económico, para todas las crisis en el mundo.
Cada día, ACNUR y sus socios responden a estas crisis, pero no podemos hacerlo solos. Hacemos una llamada urgente a la comunidad internacional para que actúe ahora y apoye a quienes lo necesitan desesperadamente.
Para más información sobre este asunto, contacta por favor con:
- En la RDC, Joel Smith, [email protected], +243825257774
- En Pretoria (regional), Pumla Rulashe, [email protected], +27 82 377 5665
- En Ginebra, Boris Cheshirkov, [email protected], +41 79 433 7682
- En Nueva York, Kathryn Mahoney, [email protected], +1 347 443 7646