El equipo de ACNUR recoge testimonios de violencia brutal en Ituri, al este del Congo
El equipo de ACNUR recoge testimonios de violencia brutal en Ituri, al este del Congo
Después de meses de conflicto entre los grupos étnicos hema y lendu en la región de Ituri, en el este del Congo, un equipo de ACNUR recientemente ha podido acceder a la zona para reunirse con algunos de 150.000 desplazados que están regresando con la esperanza de recuperar sus casas.
Las condiciones son nefastas. Se calcula que alrededor de 350.000 personas han huido de la violencia, y los que hasta el momento han retornado, en muchos casos se encuentran con que sus casas han sido reducidas a cenizas, viéndose forzados a desplazarse de nuevo.
El equipo de ACNUR ha escuchado numerosas historias desgarradoras de violencia salvaje: desde grupos armados que han atacado a civiles con pistolas, flechas y machetes, hasta pueblos enteros arrasados, y granjas y tiendas saqueadas y que han sufrido daños irreparables.
Hospitales, colegios y otras infraestructuras básicas han sido totalmente destruidas, con lo que los retos humanitarios son enormes. ACNUR está especialmente preocupado por el elevado número de niños que sufren desnutrición aguda grave y que necesitan atención médica urgente.
Mientras tanto, la situación en los campos de desplazados es desesperada. En muchos sitios no hay agua potable ni asistencia sanitaria y los sistemas de saneamiento son inadecuados. Resulta especialmente preocupante la situación en el campo de desplazados cercano al Hospital General de Bunia, donde existe un riesgo significativo y creciente de propagación de enfermedades. Allí, la tasa de mortalidad ha ido en aumento. En junio se registraron varias muertes, al tiempo que va en aumento el número de personas que padecen enfermedades respiratorias y anemia.
ACNUR está facilitando paquetes de refugio de emergencia y de transición tanto a las personas retornadas y como a quienes se encuentran en campos de desplazados, con el objetivo de que puedan reemplazar las casas que han sido dañadas o destruidas. La Agencia también está ofreciendo subvenciones en efectivo para que puedan satisfacer necesidades básicas e inmediatas, dando prioridad a las personas más vulnerables. Unas 1.500 familias recibirán un promedio de 210 dólares, dependiendo del tamaño de la familia. Asimismo, ACNUR está reforzando su trabajo en materia de participación comunitaria con el objetivo de mejorar la cohesión social entre los diferentes grupos étnicos.
Sin embargo, nuestros efectos se siguen viendo obstaculizados por una acuciante falta de financiación. El llamamiento humanitario en la República Democrática del Congo sigue estando entre los menos financiados del mundo. Hasta la fecha, ACNUR ha recibido sólo el 17 % de los 201 millones solicitados para proporcionar protección, ayuda y asistencia que permita salvar vidas en la República Democrática del Congo.
ACNUR insta a la comunidad internacional a aportar más fondos y a tomar medidas urgentes para atender las necesidades inmediatas y apremiantes de quienes se han visto afectados por la violencia.