Las travesías marítimas por Mediterráneo superan las 300.000, incluyendo 200.000 llegadas a Grecia
Las travesías marítimas por Mediterráneo superan las 300.000, incluyendo 200.000 llegadas a Grecia
El número de refugiados e inmigrantes que han atravesado el Mediterráneo a lo largo de año ha superado ya las 300.000 personas, incluyendo a las casi 200.000 que han llegado a Grecia y las 110.000 a Italia. Estas cifras suponen un gran incremento con respecto al año pasado, cuando unas 219.000 personas llegaron a Europa a través del Mediterráneo durante todo el 2014.
Al mismo tiempo, se estima que unos 2.500 refugiados e inmigrantes han fallecido o se encuentran desaparecidos este año en su intento de alcanzar Europa. Este balance no incluye los fallecidos en la tragedia que tuvo lugar ayer en las costas de Libia, ya que el número de muertes no se ha confirmado aún. El año pasado, alrededor de 3.500 personas fallecieron o desaparecieron en el mar Mediterráneo.
En los últimos días, más personas han perdido la vida en tres incidentes.
La Guardia Costera Libia llevó a cabo dos operaciones de rescate durante la mañana del jueves a siete millas de la ciudad portuaria de Zwara. Dos barcos con unos 500 refugiados e inmigrantes a bordo fueron interceptados y los supervivientes llevados a tierra en Libia. Unas 200 personas permanecen desaparecidas y se teme que hayan muerto. Ya se ha recuperado un número aún indeterminado de cadáveres, que han sido trasladados a tierra. La Media Luna Roja libia ha estado ayudando en la recuperación de los cuerpos.
El miércoles (26 de Agosto) los equipos de rescate que acudían en asistencia de una embarcación frente a las costas de Libia hallaron a 51 personas muertas por asfixia en la bodega del barco. Según los supervivientes, los traficantes estaban cobrando más dinero para permitir a la gente salir de la bodega a respirar. Un superviviente, Abdel, de 25 años y procedente de Sudán, le contó a los equipos de ACNUR, "no queríamos bajar ahí pero nos golpearon con palos para obligarnos. No teníamos aire suficiente, así que intentamos volver arriba a través de la escotilla y respirar a través de las grietas del techo. Pero otros pasajeros temían que el barco fuera a volcar así que nos empujaron hacia abajo y nos golpearon también. Algunos nos pisaban las manos". Otro superviviente, Mahdi, un cirujano ortopédico de Bagdad, contó a los equipos de ACNUR que había pagado 3.000 euros para que su mujer y su hijo de dos años pudieran estar en la cubierta.
La semana pasada (el 15 de Agosto) en un incidente similar, se encontraron los cuerpos de 49 personas en la bodega de otro barco. Se cree que murieron por inhalar gases tóxicos.
También el miércoles, una lancha neumática que transportaba unos 145 refugiados e inmigrantes tuvo dificultades cuando la persona que la dirigía realizó una maniobra que provocó que la patera se inclinara peligrosamente hacia un lado. Algunas personas cayeron al mar y dos hombres saltaron al agua para rescatarlas. Cundió el pánico y la gente empezó a agolparse y a empujarse. Como resultado, tres mujeres murieron aplastadas en la embarcación. De aquellos que cayeron al agua, 18 siguen desaparecidos y se cree que se han ahogado. Los supervivientes fueron rescatados y trasladados a la isla italiana de Lampedusa. Entre ellos, se encuentra el bebé de dos meses de una de las mujeres que fallecieron. La mayor parte de los supervivientes se encuentran en condición crítica, en estado de shock y con numerosos cortes y hematomas.
A pesar de los esfuerzos concertados de la operación conjunta de búsqueda y rescate europea bajo la dirección de FRONTEX, que ha salvado decenas de miles de vidas este año, el mar Mediterráneo sigue siendo la ruta más mortal para los refugiados e inmigrantes.
Muchas de las personas que llegan por mar al sur de Europa y en especial a Grecia, proceden de países afectados por la violencia y los conflictos, como Siria, Irak y Afganistán; necesitan protección internacional y a menudo se encuentran agotados físicamente y traumatizados psicológicamente.
ACNUR hace un llamamiento a todos los gobiernos implicados para que proporcionen respuestas integrales y actúen con humanidad y de acuerdo con sus obligaciones internacionales.
Aunque estas cifras de llegadas son abrumadoras para las ya sobrecargadas capacidades de países a nivel individual, como Grecia, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Hungría, Serbia o Alemania, se pueden gestionar con una respuesta colectiva y coordinada a nivel europeo. Todos los países europeos y de la UE deben actuar de manera conjunta para responder a la emergencia creciente y demostrar responsabilidad y solidaridad.