Libia: Refugiados e inmigrantes, cautivos de los traficantes en deplorables condiciones
Libia: Refugiados e inmigrantes, cautivos de los traficantes en deplorables condiciones
Los equipos de ACNUR han trabajado contrarreloj durante más de una semana para atender las necesidades urgentes de los más de 14.500 inmigrantes y refugiados retenidos por traficantes en diferentes localizaciones – granjas, almacenes y casas – de la ciudad de Sabratha, en la costa de Libia.
Tras su traslado a un hangar en el área de Dahman, que ha servido de punto de reunión desde el inicio de la crisis, las autoridades los están transfiriendo a centros oficiales de detención, donde las agencias humanitarias les proporcionan ayuda de emergencia.
Las autoridades libias estiman que otros 6.000 inmigrantes y refugiados siguen cautivos a manos de traficantes. En caso de confirmarse, el número total de retenidos en Sabratha se elevaría a 20.500, incluyendo a aquellos en centros de detención oficiales.
Desde el comienzo de esta crisis humanitaria, el personal de ACNUR ha proporcionado asistencia sobre el terreno en aquellos lugares a los que se ha transferido a refugiados y migrantes, y se encuentran en proceso de realizar un análisis de la situación que determine las necesidades y los casos vulnerables.
ACNUR ha entregado más de 15 camiones de ayuda, incluyendo esteras para dormir, colchones, mantas, kits de higiene y chaquetas de abrigo. La prioridad de ACNUR ha sido la identificación de refugiados y las negociaciones para su liberación. En algunos lugares, ACNUR ha proporcionado tiendas de campaña, que están funcionando como hospitales improvisados, en los que médicos de ACNUR ofrecen atención sanitaria.
Los trabajadores de ACNUR en primera línea de la crisis describen sufrimiento y abusos a una escala estremecedora. Entre los refugiados e inmigrantes que han sido víctimas de abuso por parte de traficantes hay mujeres embarazadas y recién nacidos. Cientos de personas fueron halladas sin ropa ni zapatos. Decenas necesitan con urgencia asistencia médica, algunos de ellos con heridas de bala y otros signos visibles de abuso. El trauma que sufren los refugiados e inmigrantes rescatados es visible a simple vista.La mayoría afirma haber sido víctimas de numerosos abusos contra sus derechos humanos, como violencia de género, trabajo forzoso y explotación sexual.
Muchos cuentan que fueron maltratados y forzados a trabajar durante horas sin comida ni agua. Fueron recluidos en espacios reducidos, a menudo sin instalaciones sanitarias ni ventilación. Al ser rescatados, cientos de ellos revelaron no haber comido en días. El personal de ACNUR ha identificado una preocupante cantidad de menores no acompañados o separados, muchos de ellos menores de seis años. Un gran número afirma haber perdido a sus padres en el viaje hasta Libia o en el caos provocado por los eventos de las últimas semanas.
Las autoridades trabajan estrechamente con ACNUR y otros asociados humanitarios para responder a las crecientes necesidades que demanda la situación. La magnitud de la emergencia, sin embargo, ha sobrepasado la capacidad de las instalaciones y recursos existentes. Los centros de detención y puntos de reunión están al máximo y carecen de infraestructuras básicas como depósitos de agua e instalaciones sanitarias. Muchas personas, incluidos niños, se ven obligados a dormir a la intemperie.
La devastación en Sabratha reafirma aún más la necesidad de acción internacional y pone de manifiesto el alto precio que los refugiados tienen que pagar para llegar a lugar seguro cuando no existen vías legales de entrada a los países. ACNUR continuará exhortando a los países de reasentamiento y a la comunidad internacional a dar un paso adelante y abrir más plazas de reasentamiento, y a buscar una manera para proteger a los refugiados en situación vulnerables que necesiten protección internacional.