Costa de Marfil: Apátrida pide ayuda desde el país amado
Costa de Marfil: Apátrida pide ayuda desde el país amado
DUÉKOUÉ, Costa de Marfil, 27 de noviembre de 2014 (ACNUR) – Cuando se le pregunta por su pasado, Ousmane vacila, claramente reacio a hablar sobre ello. Ha sufrido mucho en la vida y le duele relatar los malos recuerdos.
Una vez que se da cuenta de que los trabajadores de ACNUR que le visitan son amigos, empieza a abrirse y a relatar su desgarrador testimonio sobre una vida sin nacionalidad. Sus recuerdos de niñez son difusos. Solo sabe que nació en un pequeño pueblo al sureste de Costa de Marfil cerca de la frontera de Ghana, que su madre era ciudadana de Burkina Faso y que su padre desapareció cuando él era joven.
Pero cuando se le pregunta qué nacionalidad tiene, Ousmane no puede responder. Como muchos otros niños en áreas rurales de Costa de Marfil, este hombre de 33 años nunca fue registrado. Nació fuera del matrimonio, pero su madre murió poco después de su nacimiento y el padre de Ousmane nunca fue identificado, por lo que se crió en la comunidad burkinabé.
Para empeorar las cosas, Ousmane no puede mostrar ningún documento que confirme la identidad de sus padres o probar su propia nacionalidad. Ni las autoridades marfileñas ni las de Burkina Faso le reconocen como nacional de sus países. Como más de diez millones de personas en el mundo, él es un apátrida. Pero en lugar de aceptar su limbo legal, Ousmane está intentando hacer algo al respecto. Tiene el apoyo de ACNUR, que está haciendo cabildeo con las autoridades para resolver su estatus, bien a través del reconocimiento de la ciudadanía burkinabé o bien mediante el de persona apátrida titular de derechos en Costa de Marfil, incluyendo el derecho a un carnet de identidad.
A principios de mes, ACNUR lanzó una campaña para acabar con la apatridia en 2024, instando a los gobiernos a cambiar sus legislaciones y reconocer a las personas apátridas. Sin reconocimiento legal, muchos apátridas carecen de acceso a derechos básicos, incluyendo la libertad de movimiento, la educación y el empleo. En abril, el Gobierno de Costa de Marfil lanzó un programa especial para permitir a ciertos grupos que llevan viviendo en suelo marfileño varias generaciones adquirir la nacionalidad mediante una declaración. Este nuevo procedimiento temporal debería resolver la situación de los antiguos migrantes, que en principio tenían derecho a solicitar la nacionalidad de Costa de Marfil, pero no lo hicieron en los plazos permitidos.
Ousmane descubrió lo difícil que puede llegar a ser vivir sin una nacionalidad cuando intentó escapar de una vida de explotación. En 1987, a la edad de solo seis años, fue sacado de su pueblo por una mujer que decía ser su tía y lo vendió a un terrateniente en Gbapleu, a unos 650 kilómetros al noroeste de Abiyán, capital económica de Costa de Marfil. Durante los ocho años siguientes, Ousmane fue forzado a trabajar en las plantaciones de cacao de un agresivo terrateniente. Tenía que despejar la maleza, plantar y recolectar las semillas de cacao y labrar los campos, y le golpeaban severamente si se quejaba o era demasiado lento. "Me golpeaban en la cara y en el pecho una y otra vez", afirma.
Ser apátrida le hizo más vulnerable. Sin estatus legal le era más difícil presentar una queja formal. Pero un día, cuando tenía catorce años, Ousmane escapó y emprendió el camino de vuelta a su pueblo de origen en busca de familiares. Al no tener documentos, hizo lo que muchos otros apátridas desesperados por algún tipo de identidad legal hacen. Consiguió la tarjeta consular de un joven burkinabé que había muerto recientemente y la usó para atravesar el país y conseguir pasar los puestos de control. La tarjeta es expedida por las autoridades de Burkina Faso a burkinabés que viven en Costa de Marfil para confirmar su ciudadanía. No había rastro de su padre, por lo que Ousmane tenía pocas opciones salvo retornar a Gbapleu, donde al menos conocía gente.
Ousmane se dio cuenta más y más durante los siguientes años de que su falta de documentación era un serio problema. Si era arrestado usando la identidad de otra persona podía enfrentarse a cargos penales. Así que al tiempo, decidió solicitar una tarjeta consular de la misión burkinabé en Duékoué, una de las principales ciudades del oeste de Costa de Marfil. Con esta documentación, sería capaz de probar que había sido reconocido por las autoridades como ciudadano burkinabé y recibiría asistencia de las autoridades de Burkina Faso. Pero, sin documentos que confirmasen su identidad salvo un carnet de identidad robado, su solicitud fue rechazada inmediatamente.
Para evitar más abusos y estigmas, Ousmane recurrió al personal de un centro de servicios sociales y ellos le pusieron en contacto con ACNUR. En ese momento, planeaba dejar Gbapleu al día siguiente en busca de asistencia, pero sobre todo para escapar de más trabajos forzados y maltratos. Espera que con el apoyo de ACNUR su caso tenga éxito. Sin embargo, actualmente permanece siendo apátrida y continuará viviendo al margen de la sociedad, vulnerable, pobre e ignorado.
*Nombre cambiado por razones de protección
Por Nora Sturm en Duékoué, Costa de Marfil.
Gracias a la Voluntaria en Línea Carmen Sánchez Oliver por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.