"Ni las colinas podían salvarnos": Huida de Nigeria
"Ni las colinas podían salvarnos": Huida de Nigeria
CAMPAMENTO DE REFUGIADOS DE MINAWAO, Camerún, 14 de agosto de 2015 (ACNUR) – La agencia de la ONU para los refugiados está trabajando con las autoridades de los países vecinos de Nigeria para mantener un espacio humanitario que se ve cada vez más reducido, debido a los ataques de los insurgentes que se han extendido en los últimos meses a Chad, Níger y Camerún.
Buena parte de la actividad se ha centrado en el campamento de refugiados de Minawao, gestionado por ACNUR y que es el campamento de refugiados formal más grande de la región para solicitantes de asilo nigerianos.
El campamento de Minawao, en el norte de Camerún, fue construido para 30.000 personas, pero actualmente alberga a cerca de 45.000 y no para de crecer a diario. El representante de ACNUR en Camerún, Khassim Diagne, dice que el hacinamiento allí es "insostenible".
"Los insurgentes se autodenominan Boko Haram", dice el refugiado nigeriano Kulkwa Tatu, que era maestro en el estado de Borno, fronterizo con Camerún, pero ahora ha buscado refugio en Minawao. "Boko significa "educación occidental" en lengua hausa", explica. Y añade: "Y Haram significa "prohibido" en árabe".
"Cuando Boko Haram quemó mi casa, posiblemente porque yo era maestro, lloré. Algunos miembros de mi familia y yo huimos a las colinas para escapar. Pero ni las colinas podían salvarnos. Así es que seguimos corriendo y después llegamos aquí a Camerún. Estamos muy agradecidos al Gobierno camerunés que nos permita quedarnos aquí".
En las últimas semanas, los insurgentes nigerianos también han atacado en Camerún, utilizando terroristas suicidas armados con bombas – una táctica desconocida hasta ahora en ese país.
El 12 de julio se produjo un ataque en la ciudad de Fotokol, en el norte de Camerún, en la frontera con Nigeria. A este le siguieron otros dos ataques importantes en la ciudad de Maroua, también en el norte de Camerún y desde entonces ha habido otros en la misma zona.
Estos ataques han despertado temores y tensiones en Camerún y han llevado a las autoridades a incrementar de manera considerable las patrullas de seguridad y otras medidas que, inevitablemente, han limitado la libertad de movimiento tanto a los ciudadanos cameruneses como a los solicitantes de asilo nigerianos.
Zara Ousman, una mujer de 38 años, que ha vivido tanto en Camerún como en Nigeria, huyó para salvar la vida. "Caminé durante un día, después tomé un mototaxi y después un coche", dice, sentada en el suelo en el exterior del campamento de Minawao. Miles de nigerianos viven en las zonas fronterizas de Camerún. Algunos de ellos son solicitantes de asilo en potencia, pero otros son migrantes económicos o, simplemente, personas que viven junto a sus primos cameruneses en un área de porosas fronteras coloniales.
Durante una semana a principios de este mes, debido a un aumento de los controles de seguridad de las autoridades camerunesas y de las evacuaciones, los potenciales solicitantes de asilo no pudieron alcanzar el campamento de Minawao en busca de protección. El ACNUR está trabajando con Camerún para intentar mitigar este problema.
"Para algunos oficiales de las fuerzas de seguridad directamente implicados en las operaciones de la frontera, todos los nigerianos en las áreas fronterizas son cómplices potenciales de los insurgentes, y esto incluye a los solicitantes de asilo", dice el jefe de ACNUR en el norte de Camerún, Mamady Fatta Kouruoma.
"Así es que las autoridades dijeron que, por razones de seguridad, no debía haber más movimientos hacia el campamento", añade.
"Sin embargo, hemos negociado cierto acceso al campamento para brindar protección. Me reuní con el gobernador de la región, y con el coronel al mando de las operaciones. Y entre todos encontramos puntos en común", explica. "Ahora hemos abierto un centro de recepción para refugiados [afuera del campamento principal] y a algunos refugiados se les permite ir allá". Así pues, ha habido nuevas llegadas al centro de recepción en los últimos días. El miércoles (12 de agosto) había alrededor de 50 personas en el centro de recepción, justo afuera del campamento propiamente dicho, según Charles Gatoto, un funcionario de ACNUR.
Es un lugar muy simple, muy básico, una construcción realizada con lonas de plástico, para protegerse del intenso sol y la lluvia. Pero tiene suministro de agua y unos aseos básicos.
Estas 50 personas serán entrevistadas por un equipo conjunto del Gobierno camerunés y del ACNUR para su posible ingreso al campamento de Minawao, añade Gatoto.
Hadidja Saleh, una mujer de 20 años, es una de estas personas. Llegó aquí en un mototaxi, con tres niños, incluidos sus dos hijos gemelos de dos años, Abba y Malla.
Los administradores del campamento de Minawao dicen que debido a la sobrepoblación hay carencia constante de materiales básicos como madera para construir alojamientos, e incluso clavos.
La escasez de madera es preocupante porque Minawao se encuentra en una zona de Camerún relativamente árida. Durante la actual y preciada estación de lluvias, la meseta alrededor del campo está salpicada de campos de mijo y algodón, recogidos a mano en el terreno pedregoso.
Las montañas circundantes están moteadas con el verde de la hierba. Pero en la estación seca, Minawao es extremadamente caluroso: hasta 45º C. En esa estación, el verde desaparece y el acceso al agua potable y para lavarse se vuelve difícil.
El ACNUR está negociando con el Gobierno camerunés el establecimiento de un segundo campamento de refugiados para aliviar la congestión y la escasez de agua en Minawao.
Por Mark Doyle, desde Camerún.
Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona Reyes por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.