Siria: Convoy con ayuda de ACNUR llega a la localidad agrícola asediada de Harasta
Siria: Convoy con ayuda de ACNUR llega a la localidad agrícola asediada de Harasta
HARASTA, Siria, 19 de mayo de 2016 (ACNUR) – Un convoy de ayuda humanitaria con alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad ha llegado a los cerca de 10.000 habitantes aislados en esta localidad agrícola siria, que llevan más de tres años sin electricidad ni agua corriente.
El convoy, formado por 29 camiones repletos de artículos que incluyen aceite para cocinar, harina, lentejas, lonas plásticas y utensilios de cocina llegó a los residentes de la localidad de Harasta, en un área agrícola a solo 11 kilómetros de la capital siria, Damasco.
Sus habitantes han podido sobrevivir cultivando algo de fruta y verdura desde que empezó el asedio a principios de 2013, pero han carecido de la mayoría de alimentos básicos. El acceso a servicios como la asistencia sanitaria y la educación es limitado.
"Quisiera que la comunidad internacional prestara más atención a la crisis siria y ayudara al pueblo sirio facilitando auxilio a sus ciudades", dice Noureldine, de 55 años y residente en la localidad, poco después de la llegada del convoy el día 18 de mayo.
"Necesitamos aceite para cocinar, mantequilla, carne y otros alimentos de los que carecemos. Además, queremos volver a tener una vida normal", añade.
La violenta guerra civil en Siria, que se encuentra ya en su sexto año, ha costado la vida de más de 250.000 personas y ha llevado a más de 4,8 millones de personas a huir a los países vecinos. De las personas que han permanecido en el país, más de 4,5 millones viven en áreas de difícil acceso o ciudades sitiadas.
Desde principios del presente año, y aprovechando el cese de hostilidades que empezó en febrero, los esfuerzos de varias agencias de la ONU han conseguido que más de 50 convoyes hayan llevado ayuda humanitaria vital a casi 800.000 sirios que la necesitaban.
Los camiones que han llegado a la ciudad de Harasta llevan ayuda de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, así como de UNICEF, OMS, OCHA, PMA y FAO. También lo acompañaron la Media Luna Roja siria y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Los habitantes de la ciudad explicaron a ACNUR que el suministro eléctrico es intermitente, el agua corriente se ha convertido en un lujo y que tienen que bombear agua de los pozos de manera manual para sobrevivir.
Shadi, que trabajaba en una fábrica de dulces, dice que ha sacado adelante a su familia desde que el asedio comenzó con los 2 dólares al día que gana cuando puede trabajar de manera esporádica en las explotaciones agrícolas locales, arando o cosechando. Manteniendo a su hija, de 16 meses, a duras penas, se muestra pesimista.
"No veo ningún futuro. No estoy seguro de si quiero tener más hijos", dice, "pero si los tengo, quiero para ellos una vida mejor que la mía."
Los equipos de la ONU están llevando a cabo una rápida evaluación de las condiciones sobre el terreno en la localidad de Harasta para identificar las necesidades que tienen sus habitantes y planificar así mejor futuras operaciones de ayuda.
En la ciudad, siguen operativas cinco escuelas con un número limitado de alumnos y solo unos cuantos profesores, que ofrecen clases hasta noveno grado.
Por Firas Al-Khateeb desde Harasta, Siria.
Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona Reyes por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.