Informe de ACNUR y del Banco Mundial señala que es posible proporcionar educación a toda la niñez refugiada
Informe de ACNUR y del Banco Mundial señala que es posible proporcionar educación a toda la niñez refugiada
GINEBRA/WASHINGTON – Según se detalla en un informe de ACNUR y del Banco Mundial que se publicó el día de hoy, el costo promedio anual de la educación que reciben las personas refugiadas corresponde a menos del cinco por ciento del gasto público de los países en desarrollo, que acogen al 85% de las personas refugiadas en el mundo.
El principio de educación inclusiva, en este caso, ofrecer oportunidades educativas a toda la niñez refugiada e incluirla en los sistemas nacionales de educación, también puede mejorar los servicios disponibles para las comunidades locales en los países de acogida. Lograrlo tendría un costo anual estimado de 4.850 millones de dólares (USD) a nivel mundial; aunque cabe decir que este era el costo estimado antes de la pandemia, por lo que se espera que el costo de la educación para toda la población refugiada aumente a medida que los efectos de la pandemia se sigan haciendo patentes.
El informe Global Cost of Inclusive Refugee Education (Costos Mundiales para la Educación Inclusiva de las Personas Refugiadas) ofrece una metodología estandarizada para calcular los costos que conlleva la educación de las personas refugiadas en todos los países de acogida y se espera que facilite el desarrollo de planes educativos nacionales que consideren a las personas refugiadas.
“Dondequiera que se encuentre, la niñez debe ir a la escuela. La educación puede contribuir a que la niñez y juventud refugiadas se superen a pesar de las adversidades que enfrentan”, dijo Mamta Murthi, vicepresidenta de Desarrollo Humano, Banco Mundial. “Para lograr que se proporcione educación de calidad a toda la niñez en edad escolar en países que se han visto afectados por la fragilidad, el conflicto o la violencia, es necesario que la comunidad internacional y los países de acogida asuman de manera colaborativa los costos y responsabilidades que ello implica; al respecto, el informe señala que se trata de acciones que están a nuestro alcance”.
A mediados de 2020, el número de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo superó los 80 millones, cifra que representa el uno por ciento de la población mundial. De esas personas, 26 millones son refugiadas y, la mitad son niños y niñas. Muchas de estas infancias se encuentran en medio de prolongadas crisis. Con frecuencia, pasan largos periodos – si no es que toda su escolaridad – en situación de desplazamiento. Ofrecerles oportunidades educativas es sumamente importante para su futuro y autosuficiencia.
“La niñez y juventud refugiadas merecen ir a la escuela como el resto de la infancia. La inclusión en los sistemas nacionales de educación de niñas y niños que tuvieron que escapar de la violencia y la persecución se traduce en esperanza y oportunidades vitales para que definan su futuro y desarrollen su potencial”, dijo Raouf Mazou, Alto Comisionado Auxiliar para las Operaciones. “Nuestro estudio claramente muestra que esto puede lograrse si existe un compromiso genuino y si se considera un costo asequible en el contexto global”.
El informe no señala compromisos ni obligaciones internacionales; tampoco indica el gasto público actual que destinan las naciones a la educación de personas refugiadas, sino que esboza “el costo que tendría”. Los retos yacen en la financiación de la educación de personas refugiadas, que debe ser adecuada, sostenible y coordinada. Además, es urgente mejorar la manera en que se coordina la financiación de la educación en países frágiles o afectados por el conflicto.
El acceso y la compleción universales de la educación no dependen en exclusiva de la financiación. Si bien el informe se enfoca en el cálculo del costo que tendría dar acceso a la educación a la niñez refugiada, no puede ignorarse la importancia que tiene mejorar la calidad educativa. La erradicación de la pobreza en el aprendizaje, es decir, la imposibilidad de leer y comprender un texto simple a los 10 años, es aplicable tanto a la población de los países de acogida como a la niñez refugiada.
El Grupo Banco Mundial (GBM) es una de las fuentes más grandes de financiación para la educación de personas refugiadas. Nuestras prioridades se enfocan en la construcción de sistemas educativos flexibles e inclusivos en entornos frágiles y adversos; el fortalecimiento de las habilidades y la resiliencia de personas cuya vida y formación se han visto afectadas por la adversidad; y la mejora de los servicios educativos para poblaciones desplazadas y comunidades de acogida.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, protege a las personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a conflictos y persecuciones. Trabajamos en más de 130 países, donde protegemos a millones de personas brindando apoyo vital, salvaguardando los derechos humanos fundamentales y contribuyendo a la construcción de un mejor futuro para ellas.
Para obtener más información sobre el Banco Mundial, visita: www.worldbank.org/education
Estrategia del Grupo Banco Mundial sobre Fragilidad, Conflicto y Violencia
- Sigue al Banco Mundial en Twitter: @WBG_Education
Para obtener más información sobre ACNUR, visita: https://www.acnur.org/educacion.html
- Sigue a ACNUR en Twitter: @refugees
Contacto para medios (Banco Mundial):
- Kristyn Schrader-King, [email protected]
- Karolina Ordon, [email protected]
Contacto para medios (ACNUR):
- Rebecca Telford, Directora de Educación de ACNUR, [email protected]
- Andrej Mahecic, [email protected]