Los retornos de los refugiados burundeses deben ser voluntarios y sostenibles
Los retornos de los refugiados burundeses deben ser voluntarios y sostenibles
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y sus socios instan a Tanzania a garantizar que los retornos de los refugiados de Burundi sean voluntarios y basados en decisiones individuales, de acuerdo con la larga historia de generosidad del país hacia los que huyen de la persecución y de acuerdo con sus obligaciones internacionales.
ACNUR reitera que cada refugiado debe tener la libertad de decidir cuándo retornar y que la decisión debe basarse en una elección libre e informada.
“Es crucial no presionar a los refugiados de Burundi, directa o indirectamente, interfiriendo en su decisión de retorno”, dijo el Alto Comisionado Auxiliar para la Protección de ACNUR, Volker Türk. “Los refugiados deben poder elegir de manera consciente y la decisión de retornar debe ser voluntaria, basada en los hechos y en condiciones reales”.
Tanzania acoge a más de 250.000 refugiados de Burundi, la mayoría de los cuales huyeron luego de los disturbios políticos de 2015.
La posición de ACNUR fue expresada durante una reciente visita a Tanzania del Alto Comisionado Auxiliar la semana pasada, luego de recientes declaraciones y acciones de funcionarios da la administración local en Tanzania que alentaron a los refugiados de Burundi a regresar a sus hogares e indicaron el cierre definitivo de los campamentos de refugiados en el país.
Türk acogió con satisfacción las garantías dadas por las autoridades de Tanzania de cumplir con las obligaciones internacionales de salvaguardar los derechos de los refugiados en el país y de garantizar que todos los retornos de los refugiados sean voluntarios y se lleven a cabo de manera segura y digna.
“ACNUR no está promoviendo retornos a Burundi en esta etapa, pero seguimos trabajando con los Gobiernos de Burundi y de los países de acogida, incluyendo Tanzania, para ayudar a las personas que sienten que ya es el momento adecuado para retornar a su país”, agregó.
Hasta el momento, unos 44.000 refugiados de Burundi han sido asistidos para repatriarse voluntariamente a Burundi, justificando su decisión con base en la percepción de una mayor seguridad general en el país, en el deseo de volver a ocupar sus antiguas tierras de cultivo y de volver a reunirse con sus familiares. Algunos retornados también dicen que sienten que las condiciones en su país, aunque desafiantes, serán mejores que las que están experimentando como refugiados.
Mientras tanto, en promedio unas 1.000 personas refugiadas continúan llegando a los países vecinos cada mes, indicando la inseguridad, el acoso y el miedo como las causas de su desplazamiento. ACNUR insta a todos los Gobiernos de la región a que mantengan las fronteras abiertas para los solicitantes de asilo de Burundi y continúen brindando protección internacional a quienes lo necesiten.
ACNUR también hace un llamamiento a la comunidad internacional para que incremente su apoyo a fin de garantizar que se atiendan las acuciantes necesidades humanitarias de los cientos de miles de refugiados de Burundi que permanecen en el exilio. También se necesitan con urgencia más fondos para apoyar los programas de reintegración para los refugiados que escogen retornar. La situación de Burundi es una de las situaciones de refugiados que reciben menos financiación por parte de los donantes en el mundo. Actualmente, se ha recibido solo el 12% de los 391 millones de dólares (USD) requeridos por el ACNUR y sus socios este año.
Para los casi 400.000 refugiados de Burundi en la región, la falta de fondos ha resultado en recortes en las raciones de alimentos, falta de alojamientos adecuados y hacinamiento escolar, con niños y niñas que no pueden asistir a la escuela.
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