Amistades destrozadas por la violencia en Etiopía reconstruyen sus vidas juntos
Amistades destrozadas por la violencia en Etiopía reconstruyen sus vidas juntos
El cielo estaba lleno de estrellas la noche que vinieron los atacantes, recuerda Mohamed.
"No había una sola nube. No dijeron ni una palabra. Prendieron fuego a nuestras casas, masacraron a nuestros animales y se llevaron todas nuestras pertenencias".
Mohamed y su familia, de la comunidad Oromo, se encuentran inmersos entre los puntos de la violencia étnica que estalló en el sudoeste de Etiopía a principios de este año. Los enfrentamientos desplazaron a más de un millón de personas entre abril y agosto de 2018.
Edede, un amigo de Mohamed, que pertenece a la comunidad Gedeo, también fue víctima.
"Esa noche no sentí nada más que miedo", recuerda, acunando a su hija de dos años, Bereket. "Pensé: primero queman mi casa, luego matarán a mi familia".
"Esa noche no sentí nada más que miedo".
Ambas familias se vieron obligadas a huir de su aldea de Chaikata. Ahora que finalmente han regresado, la pareja espera que prevalezca la paz.
"Nací en esta aldea", dice Mohamed. "Mi padre también nació aquí. Nunca tuvimos problemas con los Gedeos".
"Nuestros hijos juegan juntos y van a la escuela juntos", agrega Edede. "Oromos y Gedeos siempre han vivido juntos y de manera pacífica. Hablamos el idioma del otro. Nos casamos. Nunca hemos conocido la violencia”.
ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, responde actualmente a las necesidades urgentes de casi un millón de personas desplazadas por la violencia reciente en las zonas de Gedeo y West Guji.
Bajo solicitud del gobierno etíope, la agencia ha distribuido 50.000 kits de ayuda de emergencia y ahora se está enfocando en el retorno y la rehabilitación. Según el gobierno, más de 200.000 personas han regresado a sus zonas de origen. Sin embargo, aún se necesitan esfuerzos para tranquilizar a quienes temen que la violencia y los homicidios comiencen nuevamente.
Oromos y Gedeos, que huyeron a diferentes partes de la región, describen la violencia extrema durante las redadas en los pueblos. Muchos han sido testigo de homicidios, algunos incluso de los miembros de sus familias, así como violaciones, matanzas de ganado y casas quemadas esparcidas por el suelo.
Cuando comenzó la violencia, Mohamed y su familia cruzaron un río hacia la comunidad Oromo para buscar seguridad. Su amigo Edede y su familia escalaron la colina hacia la comunidad de Gedeo. "No pudimos llevarnos nada", dice Edede. "Ni siquiera teníamos zapatos".
Durante dos meses, Mohamed y su familia vivieron con 13 personas en una pequeña choza. "Dormimos en el suelo y no había suficiente comida", dice. "Siempre estábamos hambrientos. Siempre que había algo para comer, primero se lo dábamos a los niños".
"Rezaba todas las noches para que él y su familia estuvieran vivos".
"Pensaba en mi amigo a menudo", agrega Edede Wone, que estaba en un albergue colectivo local. "Rezaba todas las noches para que él y su familia estuvieran vivos".
Después de dos meses, Mohamed se enteró de que sus amigos de Gedeo estaban regresando al pueblo. "Fue entonces cuando encontramos el valor para regresar también", dice. "Me sentí muy bendecido al reencontrarme con mi amigo y su familia cuando volvimos".
Aunque se encuentra feliz de estar en casa de nuevo, Mohamed se mantiene despierto por la noche, ansioso. "¿Cómo voy a mantener a mi familia?", Pregunta. "Hemos perdido todo. Nuestras casas, nuestros animales, nuestra propiedad".
ACNUR está trabajando arduamente para proporcionar asistencia como cubiertas de plástico, utensilios de cocina y tapetes para dormir a quienes están reconstruyendo sus vidas, para que éstas sean en condiciones de seguridad y dignidad.
En un viaje reciente a la región de Gedeo, Clementine Nkweta Salami, Representante de ACNUR en Etiopía, fue testigo del impacto del desplazamiento.
"Monitorear las condiciones y abordar las causas fundamentales del desplazamiento es primordial para garantizar la sostenibilidad de los movimientos de retorno", dijo. "Es fácil perder la esperanza frente al sufrimiento humano, pero ACNUR ha trabajado junto al gobierno etíope durante años. Contamos con personal extremadamente dedicado y seguimos comprometidos con la búsqueda de soluciones a largo plazo para estas familias desplazadas".
Las lonas de plástico que ACNUR le ha dado a Edede y Mohamed ayudarán a mantener a sus familias a salvo de las fuertes lluvias de la temporada.
Como resultado, Edede tiene esperanza para el futuro. "Nos sentimos seguros aquí", dice. "Nuestros hijos regresarán a la escuela. Esperamos que nunca más tengamos que huir".
"Reconstruiremos nuestras vidas y hogares juntos. Nunca podríamos hacerlo solos”.
Gracias a la Voluntaria en Línea Lorena Alonso por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.