Después de 20 años, cada día regresan a su país más de mil burundianos
Después de 20 años, cada día regresan a su país más de mil burundianos
CENTRO DE TRÁNSITO DE MABANDA, Burundi, 14 de noviembre (ACNUR) – Más de 1.000 burundianos regresan casi a diario a su país con la ayuda de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y sus socios, tras perder su condición de refugiados en Tanzanía.
Aprovechando esta última oportunidad de obtener ayuda para realizar este viaje, desde el 31 de octubre cerca de 8.000 antiguos refugiados han regresado del campamento de refugiados de Mtabila, en Tanzanía, en convoyes organizados por el ACNUR, la Organización Internacional para las Migraciones, y otros asociados. El primer convoy transportó solo a 356 persones pero cada día se inscriben más.
"Cada vez se presentan más personas y la frecuencia de los convoyes se está incrementando", dice Chansa Kapaya, representante del ACNUR en Tanzanía. "La cooperación entre el Gobierno tanzano y las organizaciones humanitarias en las gestiones encaminadas al regreso ordenado de estos refugiados sigue siendo excelente".
Los organismos internacionales se han ofrecido a ayudar a los antiguos refugiados a regresar a su país después de que el Gobierno de Tanzanía descubriera que unos 37.500 burundianos que vivían en el país ya no gozaban de la condición de refugiados y debían abandonar el país antes de finalizar el año. Se ha autorizado a otros 2.715 a permanecer en el país en calidad de refugiados.
La decisión se adoptó tras una serie de entrevistas que varios grupos de expertos constituidos por personal del ACNUR y funcionarios del Gobierno de Tanzanía mantuvieron a lo largo de 11 meses con unos 40.000 refugiados burundianos, en las que se tuvo en cuenta la evolución de la situación en Burundi desde que dichos refugiados huyeron del país hace unos 20 años.
Cuando las condiciones meteorológicas son adversas, el viaje en autobús desde Mtabila puede durar hasta cuatro horas, en lugar de dos, debido al mal estado de algunas carreteras a causa de la lluvia. Una vez llegados al territorio de Burundi, se ofrece a los refugiados una comida caliente en uno de los tres centros de tránsito del ACNUR sitos en la provincia de Makamba y los refugiados pasan allí la noche antes de proseguir el viaje hacia sus lugares de origen.
Se ofrece asistencia médica a los que la necesitan y se presta atención especial a los que tienen necesidades específicas, como los niños no acompañados, las mujeres embarazadas, las personas ciegas o los ancianos.
"Damos gracias a Dios por habernos guiado hasta aquí", dice un hombre llamado Athanase, que se encuentra en este centro de tránsito situado a 20 kilómetros de la frontera, con su mujer y sus siete hijos de edades comprendidas entre 1 y 18 años. Explica que, aunque habrían preferido permanecer en Tanzanía, ahora desean reconstruir sus vidas.
Todos los repatriados son registrados por el ACNUR y reciben una ración alimentaria mensual, una pequeña cantidad de dinero en metálico y una serie de enseres domésticos, como sacos de dormir, mosquiteros, cubos, bidones, ropa y material sanitario. Además, inician los trámites para la obtención de la imprescindible tarjeta de identidad oficial.
A la mañana siguiente, con la ayuda del ACNUR y sus asociados, la mayoría emprende el viaje de regreso a sus lugares de origen. Son trasladados en camiones, junto con sus pertenencias, a sus aldeas de origen (que en Burundi se denominan comunas) – 76 comunas en 17 provincias, si bien los principales lugares de destino son tres comunas.
Algunos de los repatriados – que habían huido de los conflictos civiles en la década de 1990 – parecían realmente sorprendidos de encontrarse en un país en paz, dado que suponían que Burundi estaba todavía en guerra.
Desde el mes de abril de 2002, el ACNUR ha prestado apoyo al Gobierno de Burundi en la reintegración de más de 500.000 repatriados. Les ha ayudado a reclamar sus tierras, a resolver los conflictos sobre la tierra, a construir hogares y a emprender actividades empresariales.
"Hemos ayudado a los repatriados a reanudar sus vidas", señala Catherine Huck, representante del ACNUR en Burundi. "El ACNUR tiene la intención de continuar colaborando estrechamente con el Gobierno y las organizaciones de desarrollo para que este último grupo de repatriados pueda reconstruir sus vidas y contribuir a la estabilidad en Burundi".
Por Kitty McKinsey, Centro de Tránsito de Mabanda, Burundi
Gracias a la voluntaria de UNV Online Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.