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En Egipto, el Alto Comisionado escucha “relatos terribles” de los refugiados sudaneses

Historias

En Egipto, el Alto Comisionado escucha “relatos terribles” de los refugiados sudaneses

Después de reunirse con personas que escaparon de la violencia, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados hace un llamamiento para que se mantengan abiertas las fronteras y se brinde mayor asistencia internacional a quienes huyen y a quienes los acogen.
2 June 2023
El Alto Comisionado Filippo Grandi habla con una refugiada de Sudán frente a un centro de control fronterizo egipcio.

Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, habla con Razaz Ezzeldine El Tayeb en el paso fronterizo de Qustul después de que ella y su familia entraran en Egipto desde Sudán.

El mes pasado, cuando estalló la violencia en su ciudad natal, Nyala, en la región sudanesa de Darfur Sur, Huwaida Mohamed Hassan solo pensó en poner a salvo a sus hijos. Al no poder comunicarse con su esposo, emprendió el largo viaje hacia el norte, a Egipto, con sus siete hijos y dos sobrinas, quienes habían quedado separadas de sus padres.

Con pocas pertenencias y escasos medios para mantenerse, Huwaida confió en la generosidad de personas desconocidas para alimentarlos durante los 10 días de viaje hasta la frontera egipcia, pero ella y los niños pasaban hambre a menudo. A pesar de las dificultades y la incertidumbre del viaje, Huwaida aseguró que era preferible a los riesgos de permanecer en Sudán.

“Ahí es muy difícil. Los combates continúan”, comentó. “He visto cómo violaban a niñas en mi país. Yo tengo cuatro hijas y quiero que estén a salvo”.

En las seis semanas transcurridas desde el comienzo de los combates entre dos grupos militares en Jartum, la capital de Sudán, que se extendieron rápidamente a otras partes del país, casi 380.000 personas han huido del país. Alrededor de 170.000 han buscado seguridad en Egipto, convirtiéndolo en el mayor país de acogida entre los países vecinos de Sudán.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, visitó el país esta semana y viajó a la frontera sur con Sudán para hablar con personas refugiadas recién llegadas. También se reunió con el Presidente de Egipto, Abdel Fattah Al-Sisi, y otros altos funcionarios en El Cairo, así como con Huwaida y otras personas refugiadas que ahora viven en la capital.

Filippo Grandi y personal de ACNUR hablan con Huwaida y otras personas refugiadas sudanesas en un centro de recepción de El Cairo.

En el principal paso fronterizo de Qustul, Grandi conoció a la refugiada sudanesa Razaz Ezzeldine El Tayeb, quien acababa de llegar con sus tres hermanastras y su abuela de 90 años después de huir de la ciudad de Omdurman, cerca de Jartum, la capital de Sudán. Tras casi dos semanas de espera, Razaz y su familia se sentían aliviadas de haber cruzado por fin la frontera, a pesar de que les faltaba dinero y no sabían dónde pasarían la noche.

“Vine a Egipto por los combates”, explicó. “En mi país, el miedo era inimaginable. Violaciones, saqueos, robos, de todo. No sabes quién es quién: ¿son ladrones, son soldados?”.

Financiación insuficiente

“Hoy pasé algún tiempo hablando con algunas de esas personas refugiadas, y una y otra vez me han contado relatos terribles de miedo, de combates, de inseguridad”, señaló Grandi.

El Alto Comisionado Filippo Grandi habla con Fátima (al centro), refugiada sudanesa, en la frontera de Qustul, al sur de Egipto.

El Alto Comisionado elogió al gobierno y al pueblo egipcios por brindar seguridad a quienes escapan de los combates. Instó al país a mantener sus fronteras abiertas a quienes huyen e hizo un llamamiento a la comunidad internacional a hacer más para apoyar la respuesta de Egipto a la crisis.

“Egipto no puede quedarse solo, y la comunidad internacional debe apoyar la respuesta. Hemos lanzado un plan para apoyar a los países vecinos, pero la financiación recibida hasta ahora es extremadamente limitada. Tiene que haber más recursos, recursos más rápidos para Egipto, para la Media Luna Roja y para las organizaciones de las Naciones Unidas, incluido ACNUR, en este esfuerzo humanitario”.

“[Los egipcios] han dado ejemplo, una vez más, de hospitalidad, de generosidad y de espíritu humanitario al dar refugio a miles de sudaneses y a otras personas que huyen. Por favor, mantengan este esfuerzo. Por favor, mantengan esta frontera abierta para quienes buscan protección”.

Respuesta de emergencia

Como parte de su respuesta en Egipto, ACNUR está registrando a las personas refugiadas que se acercan a la agencia, dándoles acceso a una serie de servicios gubernamentales, entre ellos salud y educación. ACNUR también está proporcionando artículos de emergencia a través de la Media Luna Roja Egipcia a quienes cruzan la frontera, ofreciendo asesoramiento y apoyo psicosocial, y ha puesto en marcha un programa de ayuda de emergencia en efectivo para apoyar a las familias más vulnerables.

De vuelta en El Cairo, después de registrarse en ACNUR, Huwaida y su familia viven ahora en un pequeño apartamento escasamente amueblado en las afueras del oeste de El Cairo, que comparten con otra familia. Muchas familias sudanesas están siendo acogidas por miembros de la numerosa comunidad sudanesa de la diáspora en el país, que comparten sus hogares y los pocos recursos de con los que cuentan.

“Tengo siete hijos; lo único que quiero para ellos es estar a salvo y recibir apoyo para poder alimentarlos”, comentó Huwaida.

“La vida ya era muy difícil en Sudán, pero lo aceptamos. Lo que está ocurriendo ahora es insoportable. Sudán fue destruído sin más”.