Espacios seguros en Guatemala ofrecen un refugio a las personas en movimiento

EL CEIBO, Guatemala, 6 de marzo de 2018 (ACNUR) – Durante casi una década, Andrés Toribio y su esposa han abierto su hogar, en la frontera de Guatemala y México, a personas que huyen de la violencia en Centroamérica, sabiendo que el camino hacia la seguridad puede ser peligroso.

Mientras huyen de sus hogares debido a las violentas pandillas, o maras, las personas solicitantes de asilo son muy vulnerables a la trata de personas y el secuestro, asimismo, pueden ser presa de violencia sexual o robos a lo largo del camino.

Ahora, Toribio es el coordinador del nuevo centro administrado por la organización Pastoral de Movilidad Humana, en Guatemala, el cual fue abierto la semana pasada en la ciudad de El Ceibo con el apoyo del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

"Con el nuevo centro, podemos ayudar a más personas", dijo Toribio, agregando que en la primera semana de operaciones, la Casa del Migrante de El Ceibo asistió a 64 solicitantes de asilo y otras personas vulnerables.

"Ayudamos a las personas refugiadas y migrantes, les damos información sobre su derecho a solicitar asilo, también les brindamos alojamiento y comida", dijo Toribio.

"Escuchar sus voces siempre resulta una experiencia profundamente conmovedora."

El albergue es parte de una red de espacios seguros administrados por organizaciones locales, con el apoyo del ACNUR. La Alta Comisionada Adjunta, Kelly T. Clements, visitó este albergue durante su misión al Norte de Centroamérica. La señora Clemments vistió México, Guatemala y Honduras, países afectados por la grave violencia y el creciente número de personas en movimiento.

"Seguimos los pasos que recorren muchos solicitantes de asilo y migrantes todos los días para tratar de buscar protección internacional en México", dijo Clemments en la frontera entre Guatemala y México.

"Escuchar sus voces siempre resulta una experiencia profundamente conmovedora y un poderoso recordatorio de la responsabilidad, que todos compartimos, de asegurar que ellos estén protegidos, así como encontrar soluciones para su desplazamiento".

En un esfuerzo por promover la seguridad entre las personas en movimiento, ACNUR está realizando una campaña en los países de tránsito y asilo para establecer redes de espacios seguros, ofreciéndoles albergue y asistencia humanitaria a corto plazo. A través de entrevistas y apoyo psicosocial, las personas con necesidad de protección internacional pueden ser identificadas, y se les puede brindar información sobre cómo solicitar asilo y buscar protección.

Los grupos de sociedad civil de Guatemala han liderado la coordinación de una red de espacios seguros que incluye ocho albergues y 12 puntos de información, con el apoyo del ACNUR.

Estos incluyen un espacio específico para niños no acompañados y otro para personas LGBTI con necesidades de protección internacional.

"Celebro la labor de nuestros socios por expandir y fortalecer la red de espacios seguros, asimismo por la especial atención que le han podido dar a los niños, las niñas, las adolescentes, las mujeres y a la comunidad LGBTI", dijo Clemments.

Más de 24.000 personas han recibido asistencia de la red guatemalteca, y el 15 por ciento de estas personas huyeron de sus países por la violencia de las maras y las organizaciones criminales, al igual que por violencia doméstica, y la violencia sexual y de género.

"La solución llegará cuando se aborden las razones por las cuales las personas huyen."

Un mayor número de personas que buscan protección está decidiendo solicitar asilo en Guatemala en lugar de continuar a México o los Estados Unidos. Las solicitudes en el país centroamericano aumentaron en un 66 por ciento entre 2014 y 2017. Las solicitudes de hondureños y salvadoreños aumentaron en un 47 por ciento en 2017 en comparación con el año anterior. En diciembre de 2017, Guatemala acogía a 370 refugiados de 12 nacionalidades diferentes.

"El ACNUR elogia a Guatemala por acoger generosamente a los refugiados incluso cuando enfrenta sus propios desafíos, y por ser parte de un enfoque regional crucial para abordar las causas fundamentales de la violencia que lleva a tantas personas a huir de sus países de origen", dijo Clements.

Guatemala, Belice, Costa Rica, Honduras, México y Panamá acordaron cooperar para fortalecer los sistemas de protección y trabajar con agencias de desarrollo para brindar asistencia y formas de dar respuesta al desplazamiento, compartiendo experiencias y buenas prácticas.

Este proceso, conocido como Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (MIRPS) es parte del Pacto Mundial sobre Refugiados, que pretende transformar las formas en las que la comunidad internacional responde al desplazamiento.

El Pacto Mundial está diseñado para abordar los vacíos en el sistema internacional de protección de personas refugiadas, a través de un apoyo más predecible y equitativo para los países y las comunidades que les acogen.

"En última instancia, la solución al desplazamiento en Centroamérica llegará cuando se aborden las razones por las cuales las personas huyen", dijo Clements.

Mientras tanto, Toribio continuará recibiendo personas refugiadas y migrantes cansadas en El Ceibo, a medida que se abren paso hacia la seguridad.