Un refugiado congoleño traza su camino hacia el éxito con la música
Un refugiado congoleño traza su camino hacia el éxito con la música
KAMPALA, Uganda, 25 de septiembre de 2014 (ACNUR) – La música siempre ha sido parte de la vida de Jeremiah Mbaha, incluso cuando no tenía casi nada. "He estado cantando desde mi infancia. Podía cantar cualquier cosa y ver, al hacerlo, que la gente se sentía feliz y animada", contó el refugiado congoleño de 43 años de edad.
A los 12 años comenzó a tocar la batería y la guitarra y se unió a su primera banda cuando tenía 21. Doce años más tarde, era un refugiado en Uganda con su esposa y seis hijos después de huir de la anarquía y del combate en el este de la República Democrática del Congo (RDC). "Lo único que me llevé fue mi guitarra acústica porque me encantaba la música y sabía que en el futuro tenía que hacer algo que tuviera que ver con ella", le confesó al ACNUR en Kampala.
Aunque tomó algo de tiempo, Jeremiah tenía razón acerca de la música y desde entonces ha usado su talento para hacerse un nombre, lanzar un CD con sus canciones, proporcionar ayuda a otros refugiados y crear un foro para los artistas exiliados con la ayuda del ACNUR y de sus asociados.
La vida fue dura para Jeremiah y su familia después de que arribaron a Kampala, muy lejos de su hogar y preocupados por el futuro. Pasaron su primera noche durmiendo a la intemperie en el Parque Arua en Kampala.
Al día siguiente, un amable ugandés les dijo dónde podían registrarse como refugiados y, luego, Jeremiah buscó trabajo en un país donde los refugiados tienen el derecho de viajar y encontrar empleo.
En su pueblo natal, él era peluquero y le ofrecieron trabajo a comisión en una peluquería cerca del Parque Arua. "Para mí fue un momento muy difícil porque, al principio, no tenía clientes. A menudo, no hacía nada y el bebé sólo tenía tres meses de edad", recordó.
Sin embargo, él sí tenía su música. "En la iglesia donde iba a cantar, los niños tamborileaban sobre la mesa y la gente se sentía feliz cuando tocábamos. Hicimos muchos amigos", relató. Ellos formaron un grupo, Jemba Vision, que comprende ahora a 11 refugiados y una bailarina de Uganda.
Algunos de los amigos de Jeremiah recaudaron dinero para que pudiera grabar su primer sencillo, "Tu ijenge Africa", que significa "Construyamos África" en swahili. "Estaba tratando de dar un mensaje de paz a los grandes lagos de la región de África", dijo y agregó que la canción fue difundida por la BBC.
Alentado, grabó un álbum de 10 canciones, incluyendo "Mukimbizi," lo que significa refugiado y habla de la difícil situación de los desplazados forzosos. Jeremiah también lanzó "Dios bendiga a Uganda" como agradecimiento al país anfitrión.
Luego empezó a pensar en grande. "Tuve la idea de ayudar a otros refugiados en el asentamiento haciendo conciertos benéficos para recolectar para ellos ropa usada. Lo llamé '"Viste a un refugiado'", explicó Jeremiah.
El primer concierto, realizado a principios de este año en Kampala, fue un gran éxito e hizo llegar su música y a Jemba Vision a un público más amplio, incluyendo a la agencia de refugiados de la ONU. También lograron recolectar cuatro cajas de ropa que fueron distribuidas en el asentamiento de refugiados de Kyaka con la ayuda de InterAid, un socio implementador del ACNUR.
Con el apoyo del ACNUR y de InterAid, Jeremiah aceptó ayudar a otros artistas refugiados en zonas urbanas y el pasado octubre creó el Foro Asociativo dl Foro ASociativo urbanas y en liadose Artistas Refugiados en Uganda. "Nos reunimos para discutir ideas", explicó.
Al día de hoy, los artistas han organizado conciertos en Kampala para celebrar el Día Mundial del Refugiado (20 de junio) y el Día Internacional de la Juventud (15 de agosto). Jeremiah es el presidente de la asociación y ofrece orientación a los miembros.
"Les he dicho que debemos ser disciplinados y que tenemos que invertir en la asociación el dinero que recibimos de los conciertos. He hecho un plan de trabajo y queremos comprar altavoces, amplificadores, todo lo que una banda necesita para tocar en vivo ", dijo. Quiere organizar un concierto cada tres meses.
"Estos conciertos nos ayudarán a expandirnos y cambiarán nuestras vidas. Confío en que si tenemos éxito, encontraremos apoyo", afirma Jeremiah pensando en el futuro. En cuanto a él, si el destino lo llevara de regreso a la República Democrática del Congo o a algún otro lugar, sabe que la música siempre tendrá un papel central en su vida.
Por Karen Ringuette en Kampala, Uganda.
Gracias a la Voluntaria en Línea Adriana Laura Alemandi por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.