Únete al desafío mundial para igualar los 2 mil millones de kilómetros recorridos por las personas refugiadas
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GINEBRA - Más de 20.000 Niños Perdidos recorrieron cientos de kilómetros desde el sur de Sudán hasta Etiopía en una búsqueda desesperada de seguridad después del estallido de la guerra civil.
Un millón de kosovares partieron a pie a través de la frontera llena de alambres de púas hacia Albania y Macedonia, huyendo del conflicto en su lugar de origen.
Cientos de miles de rohingya caminan durante días por la jungla para escapar de la violencia en Myanmar y encontrar protección en Bangladesh.
Estos son algunos de los peligrosos viajes que los refugiados han realizado a pie, y que la Alta Comisionada Adjunta para los Refugiados, Kelly T. Clements, tiene en mente cuando se pone sus zapatos para correr y se lanza a la calle.
Como entusiasta corredora recreativa, Kelly se inscribió en la Campaña del ACNUR de 2 Mil Millones de Kilómetros a la Seguridad, el nuevo movimiento global de la Agencia de la ONU para los Refugiados que resalta la asombrosa distancia que los refugiados recorren en busca de seguridad cada año.
Llama a corredores recreativos, caminantes, ciclistas y personas que usan sillas de ruedas de todo el mundo para que dediquen los kilómetros que recorren en solidaridad con familias de todo el mundo que han sido desarraigadas por el conflicto y la persecución.
“Quería que mis modestos kilómetros de una semana, un mes o un año fueran a algo mucho más grande que yo”, dijo Kelly sobre la campaña.
“Hace real lo que, lamentablemente, muchas familias enfrentan en todo el mundo”.
La iniciativa es realmente global y está abierta a todos. Puedes inscribirte en unos simples pasos, dedicando los kilómetros que cubres a través de Fitbit o Strava.
También es posible identificar un objetivo y luego agregar los kilómetros manualmente, directamente en el sitio web, hasta un máximo de 48 kilómetros por entrada.
Kelly, que corre de cuatro a once kilómetros, de cuatro a cinco veces por semana, registra su total en su iPhone y luego lo carga manualmente.
“Para mí es recreativo. Es una forma de despejar mi cabeza, una manera de pensar qué debo hacer en el trabajo y en el hogar”, dijo.
“Y también me permite pensar más ampliamente cómo puedo poner mis pies en la acera y correr, mientras otros no pueden hacerlo o corren no porque quieran, sino porque sus vidas y las de sus familias dependen de ello por diferentes motivos”.
Corre al menos media maratón al año y espera que los corredores se inscriban en la campaña, sin importar su categoría.
“A menudo, en estas carreras, las personas más inspiradoras que me pasan en la ruta son las que están en silla de ruedas, porque se mueven rápido y están en excelente estado”.
“Es por eso que lo estás haciendo, y con frecuencia por un bien mayor”.