ACNUR accede a la región de Kabo en el norte de la RCA
ACNUR accede a la región de Kabo en el norte de la RCA
Tras meses de inseguridad, no ha sido hasta la semana pasada que ACNUR ha podido acceder a una remota región situada a unos 400 kilómetros al norte de Bangui, la capital de la República Centroafricana (RCA). Nuestro personal, que accedió a la zona en el marco de una misión interagencial, encontró a más de 2.000 civiles desplazados viviendo en pésimas condiciones en la ciudad de Kabo y en las aldeas aledañas, así como en localidades de las regiones cercanas de Bokayanga, Kengar, Gonkira, Gbaizara y Batangafo.
Los desplazados, en su mayoría pertenecientes la etnia ngamas de Kabo, contaron que se vieron obligados a abandonar sus hogares, huyendo de los ataques llevados a cabo por varios grupos armados desde el pasado mes de noviembre y nuevamente en abril de este año.
Según los informes de los trabajadores de ACNUR, los desplazados tienen un acceso muy limitado a agua potable y en algunos lugares se ven obligados a beber el agua de los campos, la misma que toma el ganado. Los desplazados internos viven en chozas de barro y sus condiciones de vida son extremas. Hay serios problemas de salud debido a la falta de agua y de instalaciones sanitarias.
La diarrea y malaria son generalizadas. Los servicios de salud tan sólo están disponibles en la ciudad de Kabo, situada a una larga distancia a pie desde sus actuales ubicaciones. Los desplazados necesitan comida, ya que las cosechas han sido arrasadas por las langostas o robadas por los bandidos armados.
Las comunidades de desplazados internos solicitan acceso a agua potable, comida, educación, protección del gobierno frente a los ladrones de ganado armados y, en general, más seguridad, así como lonas plásticas para alojamiento temporal en tanto que reconstruyen sus casas.
Los desplazados internos también han informado a ACNUR de los casos generalizados de violaciones, asesinatos, arrestos arbitrarios, torturas y destrucción de la propiedad. Según informaron, estas atrocidades han sido perpetradas en su mayoría por ladrones de ganado armados, aunque también por otros grupos armados presentes en la región, entre los que se incluyen soldados del gobierno.
Se calcula que más de 125.000 desplazados internos se han visto obligados a huir de sus hogares en el norte de la República Centroafricana desde 2005, muchos de los cuales son mujeres y niños. Otros 137.000 son refugiados en Chad y Camerún.
ACNUR viene apoyando a los desplazados internos en la región de Kabo desde 2007, fecha en que abrió una oficina en la cercana Kaga-Bandoro.