Chad: El déficit de fondos pone en riesgo a los refugiados de África Central
Chad: El déficit de fondos pone en riesgo a los refugiados de África Central
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está cada vez más alarmada ante la difícil situación de los miles de refugiados centroafricanos huidos al sur del Chad desde el año pasado, muchos de los cuales carecen de alimentos, refugio y acceso a atención médica.
Esta afluencia de refugiados, la más alta desde 2014, sobrepasa la capacidad de respuesta de las organizaciones de ayuda humanitaria. La oficina de ACNUR necesitaría este año 149 millones de dólares para satisfacer las necesidades urgentes de las personas refugiadas en Chad. Sin embargo, hasta el momento sólo ha recibido el 2% de esta cantidad.
En diciembre de 2017, enfrentamientos entre grupos armados en el noroeste de la República Centroafricana (RCA) provocaron el desplazamiento interno de unas 65.000 personas a la cuidad de Paoua y de 5.000 a Markounda. La constante inseguridad llevó asimismo a 22.180 personas más a huir de la persecución y la violencia a la vecina República del Chad.
Los refugiados se han instalado en más de 40 pueblos y 4 campamentos en los alrededores de Goré, en una zona que ya casi acoge a unos 43.000 refugiados de África Central y a 45.000 repatriados de Chad procedentes de la República Centroafricana. Su protección y bienestar son motivo de preocupación pues el sur del Chad, incluida la ciudad de Goré, es una de las zonas más pobres y subdesarrolladas del país, que actualmente afronta una profunda crisis socio-económica.
La escasez de alimentos y el aumento de los precios suponen una gran amenaza para la vida de los refugiados y para la población local, que comparte con los recién llegados la poca comida disponible y otros recursos. Desde diciembre, más de 15 refugiados de África Central han sido asesinados en ambos lados de la frontera y al menos 67 han sido víctimas de violencia sexual y de género cuando intentaban volver a República Centroafricana para obtener alimentos que pudieran sumarse a los magros recursos con los que cuentan.
Además, debido al efecto que han tenido este año las importantes inundaciones sobre las cosechas, las reservas de comida – tanto a escala familiar como comunitario – están prácticamente agotadas. Muchos comen hojas y frutos silvestres, a menudo tóxicos. La próxima cosecha no se recogerá hasta noviembre, y además no hay semillas suficientes y de calidad que plantar.
Sin un aumento de la ayuda humanitaria, los refugiados tendrán que enfrentar muchos meses de escasez. Desde el comienzo de la crisis, ACNUR y sus socios les han ofrecido protección, atención médica, agua e higiene, refugio y artículos básicos, así como asistencia alimentaria y nutricional para los recién llegados.
Con la estación de lluvias acercándose rápidamente, la necesidad de alojamientos supone una urgencia adicional. Aun cuando 5.659 refugiados han hallado refugio en campamentos, otros 16.520 se encuentran en pueblos que les dan acogida cerca de la frontera.
ACNUR está construyendo refugios de emergencia en los campamentos y en los pueblos, a la vez que trabaja con autoridades, socios y donantes en un plan de reubicación para trasladar a los refugiados en la frontera a pueblos o campamentos considerados más seguros.
La salud de los refugiados es también un tema crítico. Los niveles de malnutrición son ya de por sí altos, especialmente entre los niños. Se teme el devastador efecto que podrían tener el mes que viene los racionamientos de comida sobre toda la población.
Se necesitan con urgencia más clínicas móviles, así como más espacio en los centros de salud locales para poder asistir al gran número de víctimas afectadas por infecciones respiratorias, malaria y otras enfermedades.
Si bien la situación en el noroeste de la República Centroafricana está actualmente en calma, sigue siendo muy volátil, y en caso de que se produjeran nuevos episodios de violencia podría provocar que un mayor número de personas buscara refugio en Chad.
Gracias al gobierno de Chad, los refugiados de la RCA han podido acceder al país y hallar refugio, a pesar de que la frontera está oficialmente cerrada. En total, alrededor de 632.000 personas se encuentran en Chad bajo el cuidado de ACNUR, con gran necesidad de recibir apoyo internacional.