Más de 300.000 burundeses han huido a países vecinos que ya están bajo una gran presión

El número de personas que huyen de la violencia, las amenazas, las ejecuciones extrajudiciales, los secuestros, la tortura y la persecución en Burundi ha rebasado la marca de las 300.000 personas, unos 18 meses después del estallido de la crisis política en el país, en abril del pasado año.

Quienes han salido de Burundi en busca de asilo o protección internacional principalmente lo han hecho desde las provincias de Muyinga, Makamba, Cankuzo, Kirundo y Ruyigi. Si bien el número de quienes huyen de Burundi no es tan alto como en 2015, este año se está registrando un flujo constante. Sólo entre julio y agosto abandonaron el país más de 20.000 personas.

La Agencia de la ONU para los Refugiados prevé que el número de llegadas seguirá aumentando durante los meses que restan de este año, por lo que teme que los países vecinos, Tanzania, Ruanda, Uganda y la República Democrática del Congo, así como agencias humanitarias como el ACNUR, tengan problemas para ofrecer albergue, protección y servicios básicos y esenciales adecuados.

La capacidad de recepción de estos países de acogida se está viendo desbordada y las condiciones siguen siendo muy precarias para muchos refugiados, siendo la mayoría mujeres y niños.

Estas tendencias tan preocupantes van a persistir mientras siga sin encontrarse una solución a la crisis política, la cual está generando graves consecuencias humanitarias tanto en Burundi como en el resto de la región. Con el fin de garantizar que los refugiados reciban la asistencia y la protección que necesitan, ACNUR insta a la comunidad internacional a mantener los esfuerzos para alcanzar la paz y a aumentar el apoyo a los países de asilo, sobre todo en las áreas de albergue, servicios básicos, educación, salud y medios de vida .

Tanzania

Tanzania acoge actualmente a 163.084 refugiados burundeses, el número más alto en la región. A mediados de septiembre el país recibía a una media diaria de 324 recién llegados. Más del 78% de las personas recién llegadas son mujeres y niños.

Mientras se mantiene la afluencia de refugiados, ACNUR está negociando con el gobierno la identificación de un cuarto campamento en el oeste del país para ubicar a los recién llegados y ayudar a aliviar la situación de hacinamiento en los campamentos de Nyarugusu (que también acoge a refugiados congoleños), Nduta y Mtendeli.

Se necesitan de manera desesperada recursos para proporcionar protección y asistencia básica, así como para responder a las necesidades urgentes de los refugiados en, entre otros sectores, educación, prevención y respuesta a la violencia sexual y de género, protección de menores y programas para jóvenes, asistencia psicosocial y actividades de medios de vida.

Ruanda

Ruanda acoge a más de 81.000 refugiados burundeses, de los cuales más de 50.000 viven en el campamento de Mahama, en el este del país, mientras que unos 30.000 viven en la capital, Kigali, y en otras zonas urbanas.

Alrededor del 70% de los refugiados viven en albergues de emergencia que están empezando a deteriorarse. A medida que el número de llegadas sigue aumentando, ACNUR está trabajando con carácter de urgencia en la construcción de más instalaciones permanentes de albergue.

La mitad de los refugiados burundeses en Ruanda son niños, muchos de los cuales han llegado como menores no acompañados o separados de sus familias. ACNUR y sus socios están concentrando sus esfuerzos en la localización de familiares, reunificación y la búsqueda modalidades alternativas de acogida para estos menores.

Uganda

A finales de agosto, Uganda acogía a 41.938 refugiados burundeses, de los cuales 13.298 habían llegado durante este año. Cada mes llega una media de entre 1.000 y 3.000 personas, siendo alojada la mayoría de ellas en el asentamiento de Nakivale, mientras que un número más reducido se encuentra en Kampala, Kyaka y Oruchinga.

ACNUR está trabajando con el gobierno y sus socios para proporcionar asistencia de emergencia, que incluye alimentos, agua y albergue. Sin embargo, la respuesta humanitaria en Uganda, al igual que en los demás países, está llegando a su límite ante las crecientes necesidades en áreas como salud, educación y distribución de agua.

Se necesitan más centros de salud o clínicas móviles para que las personas no se vean obligadas a caminar largas distancias para acceder a atención médica; asimismo es preciso establecer una red de suministro de agua en los asentamientos de refugiados que al mismo tiempo ayude a reducir costes del transporte de agua potable mediante camiones. Finalmente también se necesitan de manera urgente colegios y aulas, así como material escolar.

República Democrática del Congo

La República Democrática del Congo ha visto un incremento significativo del número de recién llegados desde Burundi. Entre julio y mediados de septiembre se registraron 3.925 refugiados de Burundi, en su mayoría mujeres y niños, frente a los 1.773 refugiados registrados en el período de abril a junio. En el mes de agosto, más de 1.650 refugiados burundeses – la cifra mensual más alta registrada – fueron transferidos desde la frontera al campamento de Lusenda, que actualmente acoge a más de 21.000 personas, superando de esta manera su capacidad máxima, establecida en 18.000 personas.

Con el inicio de la temporada de lluvias a finales de septiembre, muchos de los albergues de emergencia construidos en el campamento desde 2015 necesitan reparaciones urgentes. Por otra parte, ACNUR colabora estrechamente con las autoridades congoleñas para identificar un terreno adicional cerca de Lusenda, en la provincia Kivu Sur, para acoger a los recién llegados.

Zambia

Más de 1.700 refugiados y solicitantes de asilo burundeses han entrado en Zambia desde abril del año pasado, cifra que incluye a las 715 personas llegadas entre enero y agosto de este año. La mayoría de los solicitantes de asilo se encuentran en Lusaka a la espera de una respuesta sobre sus solicitudes de asilo. Una vez se les conceda la condición de refugiado, estas personas serán reubicadas en alguno de los dos asentamiento de refugiados, donde el gobierno les asignará una parcela de terreno y recibirán asistencia de ACNUR y sus socios.