ACNUR completa ronda de diálogos regionales con mujeres refugiadas

HELSINKI, Finlandia, 25 de mayo (ACNUR) – La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados ha completado esta semana en Finlandia una serie de siete diálogos regionales con mujeres organizados con motivo del 60º aniversario de su fundación. La reunión inicial tuvo lugar en la India en noviembre último.

El objetivo de los encuentros, que convocaron a cientos de representantes de África, Asia, Europa, Oriente Medio y las Américas, era dar a las mujeres refugiadas voz y oportunidades de influir en los cambios.

La ronda finlandesa se desarrolló del viernes 20 al lunes 23 de mayo de 2011.

Las experiencias de las personas refugiadas en Helsinki son muy diferentes con respecto a las de quienes viven en los países sedes de las etapas anteriores, a saber, India, Colombia, Jordania, Uganda, Tailandia y Zambia.

Sin embargo, las libertades y la seguridad de las que disfrutan las mujeres y niñas refugiadas en Finlandia no eliminan del todo las dificultades de integración en un entorno tan distinto.

"Imaginemos cómo puede sentirse una mujer que ha sido violada, que vive su trauma lejos de la familia y está preocupada porque su marido y sus hijos quedaron en un campamento, que no habla una palabra de finlandés y desconoce completamente la cultura y la sociedad locales", insiste una de las participantes. "Al llegar estará como perdida", añade una señora de Sri Lanka.

Ivanka, que abandonó su hogar en los Balcanes para establecerse en Finlandia en 1992, recuerda que lo peor fueron los comienzos, cuando los refugiados tuvieron que estar meses o incluso años en centros de recepción esperando que les entregaran los papeles y el permiso de residencia. No le fue fácil integrarse, se sentía aislada y sola, "tratando de aprender el idioma, de entender la sociedad, de ser aceptada. De elaborar la esperanza de volver a casa y de racionalizar la tristeza cuando entendí que tal vez no iba a volver nunca".

Superar las dificultades la han convertido en una persona más fuerte. Hablando de "la cura", añade: "Después de tantos años, me siento radicada y en condiciones de ayudar a quienes recién empiezan".

Ahora Ivanka habla finlandés, sueco e inglés, además de su lengua natal. Hace cuatro años que trabaja para un centro de educación de adultos que imparte cursos de orientación para refugiados y solicitantes de asilo recién llegados. "Siento que con mi experiencia y mi formación puedo ayudar y orientar a quienes vienen y se sienten perdidos".

Finlandia tiene 5 millones de habitantes y una cuota de 750 reasentamientos anuales, pero proporciona asilo y protección a un número mucho mayor de refugiados. Entre 2006 y 2010 ha atendido más de 17.000 solicitudes de asilo, con una tasa de reconocimiento del 63%. El Ministerio de Interior constata una cierta resistencia a la acogida por parte de municipalidades preocupadas por el aumento de los costos, así como un incremento del racismo en los últimos años.

"La actitud negativa de algunos sectores sociales preocupa a muchos finlandeses y sobre todo a los inmigrantes", explica Mina, que viene de Irán. "Necesitamos luchar mucho para demostrar que somos portadores de valor añadido y no un peso para la sociedad".

Todos los diálogos de la ronda fueron animados, densos y pertinentes. Cada encuentro aportó su sabor característico y contribuyó a delinear los problemas y retos que viven las mujeres y las niñas obligadas a abandonar sus hogares por la violencia o las persecuciones.

Las recomendaciones elaboradas por los diálogos serán presentadas en una reunión ministerial que se llevará a cabo en Ginebra en diciembre de este año.

Por Astrid van Genderen Stort desde Helsinki, Finlandia