A medida que crece la desesperación más personas huyen del oeste de Myanmar
A medida que crece la desesperación más personas huyen del oeste de Myanmar
Cada vez más personas están arriesgando sus vidas en barcos de traficantes en la Bahía de Bengala tras la reciente violencia en el estado de Rakhine, en Myanmar, y a medida que aumenta su frustración por la falta de soluciones inminentes a su situación.
Justo una semana después del Año Nuevo, ACNUR ha recibido informaciones de que más de 2.000 personas han abandonado Bangladesh y el estado norteño de Rakhine, en Myanmar, en grandes barcos a cargo de redes de traficantes, cuyo destino final es incierto, aunque se cree que se dirigen a otros países del sudeste asiático.
Estos informes recientes se añaden a lo que ya se considera una cifra record de personas que han hecho este peligroso viaje en los últimos meses. En 2012 se estima que unas 13.000 personas partieron de la Bahía de Bengala en barcos de traficantes. Entre ellos hay muchos musulmanes del estado de Rakhine que han estado durante muchos años refugiados en Bangladesh, así como a otros procedentes de Bangladesh. Parece que muchos son hombres que viajan solos, pero cada vez hay más mujeres y niños entre los pasajeros, lo cual es a menudo un indicador de la creciente desesperación y carencia de perspectivas de futuro.
Se cree que al menos 485 personas murieron o desaparecieron en cuatro accidentes de barco en la Bahía de Bengala de los que se informó el año pasado. La cifra real de muertos podría ser mucho mayor, pero es difícil de confirmar dada la naturaleza clandestina de estos movimientos irregulares.
Los medios de comunicación informan de que son cada vez más los pasajeros detenidos por las redes de traficantes cuando llegan a tierra en la frontera entre Tailandia y Malasia. Los traficantes llaman a los parientes de las víctimas a Bangladesh para pedirles más dinero por el resto del viaje y si no se realiza el pago generalmente se vende a estas personas a redes de trata para trabajar en condiciones de servidumbre en barcos de pesca hasta que puedan saldar su deuda.
No está claro cuantas personas llegan al destino final, donde a menudo se arriesgan a ser arrestados, detenidos o a una posible devolución a Myanmar. ACNUR sigue pidiendo el acceso a las personas que llegan en embarcaciones y que son arrestadas y detenidas por las autoridades del gobierno.
En Tailandia ACNUR ha solicitado el acceso a las personas recién llegadas de Myanmar y está a la espera de una respuesta de las autoridades. En Malasia ACNUR lo solicita de forma sistemática y habitualmente se le permite el acceso a las personas que llegan en barco. Nuestra oficina allí a veces consigue la liberación de los detenidos si son considerados personas bajo el amparo del ACNUR.
Sin embargo, ACNUR teme que más personas hagan este peligroso viaje desde la Bahía de Bengala, dada la desesperación en la que se encuentran a raíz de la violencia entre comunidades que estalló en el estado de Rakhine en los meses de junio y octubre del año pasado. Unas 115.000 personas siguen desplazadas dentro del estado.
En el vecino Bangladesh también crece el sentimiento de desesperanza entre los refugiados de Myanmar que han huido allí desde comienzos de los 90. Unos 30.000 refugiados están alojados en dos campos oficiales, y un gran número de musulmanes del estado de Rakhine están viviendo en frágiles asentamientos espontáneos y con la comunidad local.
Esta creciente crisis de personas que huyen en barco obliga a adoptar enfoques y soluciones regionales. ACNUR anima al gobierno de Myanmar a intensificar las medidas para afrontar algunos de los factores que empujan a estas personas a huir, entre ellos la falta de desarrollo y la consecuente pobreza generalizada, la carencia de derechos de una parte importante de la población y el reconocimiento de la interdependencia económica de todas las comunidades en el estado de Rakhine.
Al mismo tiempo ACNUR pide urgentemente a los países de la zona que mantengan sus fronteras abiertas y garanticen un trato humanitario y el acceso de ACNUR a las personas de Myanmar o de cualquier otro lugar que solicitan asilo. ACNUR está preparado para apoyar a los Estados a la hora de asistir a las personas que necesitan protección internacional.
ACNUR también pide a los capitanes de barcos que mantengan la larga tradición de rescate en el mar de las embarcaciones que estén a la deriva. Aplaudimos las últimas acciones del gobierno, que ha permitido desembarcar a personas rescatadas en la Bahía de Bengala por barcos comerciales y pedimos a los Estados de la zona que actúen con espíritu solidario y flexibilidad si se dieran situaciones similares en el futuro.
En marzo ACNUR participará en la organización de una mesa redonda regional sobre movimientos marítimos irregulares en Asia-Pacífico, en la que se reunirán gobiernos, organizaciones relevantes y otras partes interesadas para hablar sobre enfoques regionales prácticos para este problema. Esperamos que este foro sirva de plataforma de lanzamiento de acciones concretas por parte de los Estados concernidos en la región, para potenciar el diálogo regional y mejorar las respuestas a los movimientos marítimos irregulares basadas en la cooperación interestatal y en la coordinación, así como en el reparto de cargas y responsabilidades. Estas acciones podrían ejecutarse dentro del contexto de un acuerdo subregional bajo el Marco Regional de Cooperación, según lo aprobado en la 4ª Conferencia Ministerial de Bali sobre el Tráfico y la Trata de Personas y otros delitos relacionados con el Crimen Transnacional.