Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados elogia las decisiones de "vida o muerte" que toman los trabajadores humanitarios
Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados elogia las decisiones de "vida o muerte" que toman los trabajadores humanitarios
GINEBRA – El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, rindió tributo hoy a los valientes trabajadores humanitarios que arriesgan sus vidas para proteger a las personas más vulnerables en todo el mundo, así como a las “difíciles decisiones” que tienen que tomar en situaciones de peligro. “Cada vez que se trata de una cuestión de criterio entre la vida y la muerte”, destacó Grandi.
En un discurso ante el personal de ACNUR en Ginebra para conmemorar el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, Grandi destacó el compromiso de la Agencia de la ONU para los Refugiados para “apoyar firmemente el esfuerzo colectivo de las organizaciones humanitarias y las Naciones Unidas para proteger al personal que trabaja en lugares peligrosos”.
En 2017, se reportó que un total de 179 trabajadores humanitarios fueron asesinados, siendo la mayoría de las muertes en Sudán del Sur, Siria, la República Centroafricana, Nigeria y Bangladesh. Más de 300 personas más fueron víctimas de ataques, violaciones y secuestros.
“Si bien me siento aliviado de reportar que ningún miembro del personal de ACNUR perdió su vida mientras cumplía sus funciones, aún me preocupa el alto número de incidentes de seguridad que afecta a los colegas de ACNUR”, destacó Grandi.
“Aún me preocupa el alto número de incidentes de seguridad que afecta a los colegas de ACNUR”.
Durante 2017, el personal de ACNUR registró más de 400 incidentes de seguridad
“El entorno continúa siendo muy desafiante”, dijo Grandi. “Pero el impacto de estos riesgos es mitigado por la creciente sensibilización entre los colegas y las medidas de seguridad para proteger al personal”.
El Alto Comisionado elogió el trabajo de la unidad de seguridad del ACNUR, establecida hace 25 años.
La labor de los trabajadores humanitarios es ahora más vital que nunca: en 2017, el número de niños, mujeres y hombres desplazados en todo el mundo por la persecución, el conflicto y la violencia alcanzó un máximo histórico de 68,5 millones.
Sudán del Sur sufrió la mayor parte de los ataques mortales y alcanzó un nuevo máximo en 2017, con 28 trabajadores humanitarios muertos.
Además, más de 300 trabajadores humanitarios resultaron heridos o secuestrados mientras realizaban su trabajo en contextos de alto riesgo. Grandi expresó su preocupación por el creciente número de secuestros: 141 trabajadores humanitarios fueron secuestrados en 20 países, y la cifra más alta se registró en la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Somalia.
El Alto Comisionado también señaló los recientes ataques y saqueos de componentes y bienes humanitarios, y las graves consecuencias que tienen sobre el trabajo de ACNUR y de otras organizaciones humanitarias, forzándolos a “extraer personal y reducir su presencia dados los extensos daños y nuevas amenazas”.
“Las amenazas que debe soportar el personal en lugares de alto riesgo no son solo por terrorismo o conflicto armado, sino también como resultado de los disturbios políticos y las poblaciones locales disgustadas”, agregó Grandi. “Y quienes pagan el mayor precio en estas circunstancias son las personas a las que servimos”.
“Piensa en aquellos para quienes la inseguridad no es un episodio en sus vidas, sino la característica principal de sus vidas”.
El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria se conmemora el 19 de agosto, que este año corresponde a un domingo. Fue establecido en 2008 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para honrar a los 22 trabajadores humanitarios que perdieron la vida en el bombardeo de la sede de la ONU en Bagdad hace 15 años. Entre las víctimas mortales se encontraba un alto funcionario de ACNUR, Sergio Vieira de Mello.
La campaña de Naciones Unidas para el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria de este año se centra en el tema #NotATarget. Hace un llamamiento para una mejor protección de los civiles, los trabajadores humanitarios y los trabajadores de la salud al instar a los líderes mundiales a hacer un mejor trabajo de protección de los civiles en las zonas de conflicto.
El discurso del Alto Comisionado fue seguido de un minuto de silencio en la sede de la Agencia de la ONU para los Refugiados en Ginebra, y la colocación de una corona floral en el monumento al personal para honrar a los humanitarios que perdieron la vida mientras ayudaban a otros necesitados.
En su discurso de clausura, Grandi invitó al personal a pensar en “aquellos para quienes la inseguridad no es un episodio de sus vidas, sino la característica principal de sus vidas”.