ACNUR insta a los gobiernos del Caribe a proteger a las personas refugiadas por el alza de riesgosos cruces por el mar

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, siente cada vez más preocupación por el marcado incremento en el número de personas – con inclusión del creciente número de haitianos – que emprenden peligrosas travesías en el mar Caribe, en embarcaciones sobrecargadas no aptas para navegar.

ACNUR insta a los gobiernos de la región a cumplir con sus obligaciones de rescate marítimo, garantizar la identificación de las personas que requieren protección internacional, y garantizar que todas ellas tengan acceso oportuno e irrestricto a procedimientos de asilo justos.

Recientemente, el arribo a Cuba de una embarcación que fue abandonada por su capitán y quedó a la deriva con más de 800 personas de Haití que trataban de llegar a Estados Unidos subrayó la preocupante tendencia en cruces peligrosos.

Desde un enfoque jurídico y humanitario, resulta imperativo llevar a cabo búsquedas y rescates en el mar; entre las personas rescatadas hay refugiados y otras personas con necesidades de protección. La coordinación, la solidaridad y el reparto de responsabilidades son vitales para responder eficazmente y garantizar que las personas que requieren protección internacional no sean devueltas a su país de origen ni a los peligros de los cuales tratan de huir.

Conforme personas refugiadas y migrantes de diversas nacionalidades han emprendido travesías por mar en la región del Caribe, un número cada vez mayor es de origen haitiano. En mayo, la Guardia Costera de EE. UU. reportó que ha vetado a casi 3.900 nacionales de Haití en el ejercicio fiscal de 2022, una cifra que supera el doble del número vetado en 2021 (1.527 personas de Haití). Además, se ha reportado la muerte o la desaparición, en manos de la Guardia Costera de EE. UU., de por lo menos 175 haitianos.

Muchas de las personas que han recurrido a cruces marítimos peligrosos huyen de la inestabilidad política y de la inseguridad socioeconómica en la región, la cual ha llevado a las comunidades caribeñas al límite. La situación en Haití ha derivado en olas de movimientos mixtos de migrantes y solicitantes de asilo, en medio de un incremento reciente en la violencia de las pandillas, el desplazamiento interno, los desastres naturales y la falta de oportunidades laborales. Las condiciones humanitarias y de seguridad en Haití siguen siendo difíciles; por tanto, el peligro que suponen la devolución y los retornos forzados es aún mayor.

En respuesta al creciente número de personas que ponen su vida en riesgo en peligrosos cruces marítimos, ACNUR está trabajando con los gobiernos de la región para apoyar la respuesta y la recepción en sus fronteras. Los Estados receptores tienen la responsabilidad de proteger a las personas que tienen temor fundado de persecución en su país de origen.

Es de suma importancia garantizar que el desembarque de las personas rescatadas no termine en retornos sumarios y que todas ellas tengan acceso a procedimientos en los que se dé trámite a sus solicitudes previo a su expulsión o deportación.

ACNUR continuará colaborando con los gobiernos en la región para fortalecer los sistemas nacionales de recepción y asilo, garantizar que las personas refugiadas reciban protección de manera justa y eficaz, y apoyar el derecho internacional de los refugiados y de los derechos humanos sin dejar de lado las inquietudes en torno a la seguridad nacional y la soberanía estatal.

Para obtener más información con respecto a este tema, favor de contactar a:

• En Washington, D.C., Andrea Mucino-Sanchez: [email protected], +1 202 751 9000
• En Ginebra, Shabia Mantoo,[email protected]; +41 (79) 337 76 50