Colombia: Memoria histórica e identidad a través del periodismo responsable

BUENAVENTURA, Colombia, 28 de junio (ACNUR) – Buenaventura es la ciudad más grande en toda la región del Pacífico colombiano, su población asciende a 362.625 habitantes aproximadamente, de los cuales el 88,5% son afrodescendientes y el 0,9% indígenas. Por el fenómeno de la migración y los desplazamientos forzados recibe un número considerable de niños, niñas, adolescentes, jóvenes, personas adultas y mayores expulsadas de sus territorios ancestrales, urbanos y rurales, quienes viven en condiciones de extrema pobreza, vulnerabilidad y exclusión social.

La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), desde el año 2010, hace presencia en Buenaventura para promover respuestas institucionales eficaces y oportunas para el goce efectivo de los derechos de las víctimas del desplazamiento forzado que se encuentran en situación de riesgo, tanto de las personas desplazadas como retornadas, mediante estrategias de prevención, protección e identificación de soluciones. Uno de los proyectos está dirigido al Fortalecimiento a la Unidad de Atención y Orientación (UAO) donde los funcionarios públicos se capacitan en temas relacionados con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, Primeros Auxilios Psicológicos, rutas de atención y derecho a la educación.

Con el propósito de analizar cómo se está realizando el cubrimiento periodístico de temas relacionados con la Ley de Víctimas, ACNUR y la Secretaría de Convivencia para la Sociedad Civil de Buenaventura convocaron a periodistas y comunicadores sociales a un taller de formación sobre estos aspectos.

Los periodistas asistentes manifestaron abiertamente los retos que enfrentan los diferentes medios de comunicación para que no se olviden en la memoria colectiva de las comunidades afrodescendientes e indígenas los acontecimientos y hechos ocurridos y sea posible reconocer y materializar los derechos de las miles de víctimas, históricamente aplazados y postergados.

El taller permitió reflexionar y revisar su quehacer cotidiano: temáticas, contenidos, fuentes consultadas, profundidad en las notas, derechos vulnerados y contextualización de los diversos hechos victimizantes contemplados en la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Los periodistas comprendieron la oportunidad y responsabilidad que asumen al representar a la sociedad y ejercer su derecho a la información.

Las reflexiones en torno al papel de los medios de comunicación evidencian que son los periodistas quienes cotidianamente relatan el conflicto y es por ello que su responsabilidad frente a cómo visibilizan a las víctimas, cómo se acercan a ella, cómo se investiga los hechos que las afectaron, cobran vital importancia. Escuchar las voces de María Antonia, Luzmila, Lucila, John, Celestino, Ángela, quienes silenciosamente han resistido y que sus actuaciones, palabras e historias dignifican la vida de cada víctima afrocolombiana es un imperativo ético de los medios masivos, quienes deben privilegiar el interés público, la exactitud, la justicia, el equilibrio, la contextualización y la rigurosidad investigativa. De esta manera, se aportará a la construcción de memoria histórica e identidad.

Las memorias de las víctimas se olvidan si la Ley no se informa, no se comunica, y eso hará que las memorias de los que han sido afectados se desvanezca y no sea posible que se conozca la verdad para la no repetición, por eso una manera de hacerlo es con cubrimientos periodísticos responsables y humanizados de los rostros y semblantes de las víctimas del conflicto en Colombia.

Por Marlene Mesa Mesa, en Buenaventura, Colombia