Supervivencia y pérdida: El viaje mortal a Europa de una joven siria
Supervivencia y pérdida: El viaje mortal a Europa de una joven siria
LA CANEA, Grecia, 26 de noviembre de 2014 (ACNUR) – Doaa al Zamel, de diecinueve años, huyó de su hogar en Siria con la esperanza de encontrar seguridad y un futuro mejor; acabó luchando desesperadamente por su vida en el mar Mediterráneo y perdió a su prometido.
Aún revive la traumática experiencia del 10 de septiembre, cuando una embarcación no identificada embistió el arrastrero de traficantes en el que viajaba con otras más de 500 personas, entre ellas muchas mujeres y niños que soñaban con alcanzar Europa. La embarcación se hundió rápidamente cerca de las costas de Malta; solo hubo once supervivientes.
La joven dio muestras de un enorme valor al salvar a un bebé y tratar de mantener con vida a otro durante los tres días que pasó en el agua antes de que los rescatara un buque griego que los llevó a Creta. Ha declarado que ahora se siente aún más decidida a llegar a Suecia, donde viven unos parientes suyos.
Pero su resistencia y su determinación por sobrevivir y ayudar a otros ha sido una gran fuente de inspiración para muchas personas en Grecia, incluyendo a las autoridades locales en el puerto cretense de La Canea, adonde fue llevada después de que la rescatara un helicóptero de la Marina griega. La gente cree que se debería conceder la nacionalidad griega a Doaa por su valentía.
Dimitris Nikolakakis, un funcionario de alto rango de sanidad pública y bienestar de La Canea, dijo: "Lo que ha hecho es sorprendente, anulando su instinto de supervivencia para tratar de salvar dos bebés".
La historia de Doaa comienza en la ciudad de Dará, al suroeste de Siria, donde nació y creció en una familia de nueve miembros. Pero cuando la guerra se intensificó su familia decidió mudarse a la vecina Jordania en 2012, antes de proseguir en su camino hacia Egipto. Por aquel entonces Doaa tenía solo 16 años.
Pasó dos años y medio en la ciudad costera de Gamasa, en el norte de Egipto, donde trabajó como costurera para ayudar a complementar el dinero que ganaba su padre como barbero. Pero Doaa creía que no había futuro ni en Siria ni en Egipto por lo que, al igual que otros miles de personas, decidió intentar llegar a Europa en barco pese a las noticias de cada vez más terribles naufragios y muertes en alta mar.
"Tres mil personas se han ahogado en lo que va de año en el Mediterráneo. Es increíble que esta trágica pérdida de vidas esté teniendo lugar a las puertas de Europa", declaró Laurens Jolles, representante regional de ACNUR para el sur de Europa.
Pero Doaa y su prometido Bassem siguieron adelante y consiguieron un sitio en un arrastrero utilizado para traficar a refugiados y migrantes desde Egipto al sur de Europa. Cuatro días después de que el arrastrero saliera a la mar en el puerto de Damieta, en el Delta del Nilo, fue detenido por otro barco. "La gente que iba a bordo nos dijo que paráramos. Nos tiraron trozos de madera y metal e insultaron a nuestro capitán", recuerda Doaa. "Nuestro barco se negó a detenerse y nos rodearon y nos embistieron. Esperaron hasta que nos hubimos hundido y entonces se fueron".
El arrastrero se fue a pique en pocos minutos. La mayoría de los pasajeros se encontraba en las cubiertas inferiores. "Algunas personas se agarraron a cabos que colgaban de los palos del barco para salvarse. Otras fueron despedazadas por las hélices al caer al agua. La mayoría se ahogó", cuenta Doaa. "Veníamos de Sudán, África, Egipto, Siria, algunos de Libia, algunos palestinos de Gaza".
Doaa se vio en el agua rodeada de unos cien supervivientes, impactados y perplejos ante el comportamiento asesino que acababan de presenciar. Tomó un salvavidas y miró a su alrededor buscando a su prometido. Comprendió que debía haberse hundido con el barco.
Los supervivientes flotaron durante tres días en el Mediterráneo sin comida ni agua potable. Estaban a merced de los vientos y las corrientes y empezaron a morir paulatinamente. "Algunas personas murieron de estrés; otras querían que pasara", dijo Doaa. "Un hombre se quitó su propio chaleco y se hundió. Unos murieron de miedo, otros de frío. Hacía mal tiempo. Estaba nublado y hacía frío".
La gente empezó a pedirle a Doaa que cuidara de sus hijos. Un hombre que iba con su nieta de un año le dio la niña a Doaa y ella la metió en su salvavidas. "Entonces se me acercó una madre con una niña de 18 meses y un niño de 6 años y me pidió que cuidara del bebé, y también lo hice. Vi morir al abuelo y a la madre con su hijo".
Doaa dijo que el objetivo de salvar a los dos bebés multiplicó su determinación por sobrevivir. Fue rescatada por una embarcación con bandera de Liberia a 90 millas al suroeste de Creta el 13 de septiembre. "El bebé de un año murió justo cuando estaban a punto de rescatarnos y llevarnos a La Canea". El otro bebé mejoró y se recuperó.
Jolles dijo que la terrible experiencia de Doaa y el número de personas ahogadas eran una nueva señal de la necesidad de esforzarse más para resolver el problema de las personas que lo arriesgan todo para llegar a Europa. Añadió que "existe una necesidad urgente de una respuesta europea conjunta basada en la colaboración entre Estados y el apoyo de la Unión Europea".
"Por ahora, a falta de otras alternativas disponibles, es necesario mantener una operación de rescate eficaz con el objetivo de salvar vidas", recalcó Jolles en clara referencia a la labor de la Marina italiana, que ha rescatado a 150.000 personas en el mar desde finales de octubre de 2013, entre ellas muchas que precisaban protección internacional.
Entretanto, Doaa espera sola saber qué le deparará el futuro después de una travesía que se ha cobrado un peaje tan elevado. Hace poco fue trasladada desde La Canea hacia Grecia continental y se quedará con una familia griega mientras las autoridades tratan de localizar a su familia en Suecia.
John Psaropoulos, en Atenas (Grecia) contribuyó a la redacción de esta noticia
Gracias al Voluntario en Línea Jaime Guitart Vilches por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.