Tres comunidades se narran a sí mismas y cuentan a otros su búsqueda de soluciones
Tres comunidades se narran a sí mismas y cuentan a otros su búsqueda de soluciones
BELLO, MOCOA y QUIBDÓ, Colombia, 30 de enero de 2014 (ACNUR) – José Fernando Cárdenas tiene 21 años y antes de poder terminar su bachillerato le tocó prestar el servicio militar. Después de esto, se vinculó a la Escuela de Periodismo Comunitario del asentamiento Nueva Esperanza en Mocoa, Putumayo. Transcurrido más de un año entre talleres, ejercicios de reportería, diseño y escritura en la Escuela de Periodismo, y mientras recibe el diploma que acredita su participación, José Fernando dice: "Hoy he tomado una decisión: uno de mis sueños era ser escolta, pero viendo las capacidades que tengo, sinceramente lo que yo quiero ahora es estudiar comunicación social" (ver testimonio aquí).
José Fernando, junto con otros 21 compañeros de la Escuela de Periodismo, cree que este proyecto ha impulsado cambios; a él lo cambió. La comunicación sirve para eso: para reconocernos, narrarnos y empujar transformaciones.
Esta Escuela de Periodismo se desarrolla en el marco del Programa Construyendo Soluciones Sostenibles (TSI por sus siglas en inglés) que busca acompañar a las comunidades desplazadas y de acogida a desarrollar procesos de integración local urbana, retorno o reubicación cuyo fin esencial es el restablecimiento y goce pleno de los derechos vulnerados por el desplazamiento forzado.
El Programa TSI propuso una línea de trabajo en comunicación comunitaria, escogiendo para ello 3 de los 17 lugares donde se desarrolla. Así, en el asentamiento Nueva Esperanza de Mocoa (Putumayo), la vereda Granizal, del municipio de Bello (Antioquia) y el barrio Villa España en Quibdó (Chocó), se llevaron a cabo estos procesos que dieron como resultado la creación de 3 medios de comunicación, producidos enteramente por las comunidades.
El objetivo central fue ampliar la participación de la población en los procesos de soluciones sostenibles desarrollados en sus barrios y veredas, a través medios de comunicación comunitarios que permitieran ampliar la información a todos, abrir espacios de conversación y debate sobre el desarrollo de la comunidad, promover valores ligados a la búsqueda de soluciones sostenibles para la población desplazada, y finalmente, incrementar la apropiación hacia el proceso de soluciones.
Así, nació en Granizal la emisora comunitaria TU VOZ EN GRANIZAL. A través de altoparlantes ubicados en sitios estratégicos de los 8 sectores que conforman esta vereda, habitada por cerca de 25 mil personas, cada sábado los nuevos reporteros llenan con sus voces las calles de Granizal dando a conocer los esfuerzos realizados por mujeres con emprendimientos productivos, jóvenes, niños, líderes y lideresas por empoderarse de sus derechos, trabajar en pro del mejoramiento de su calidad de vida y hacer de la vereda un espacio de convivencia.
Más de 200 kilómetros al oriente de Granizal, en Quibdó, jóvenes que trabajan organizados en la Asociación de Jóvenes Desplazados AJODENUI se lanzan, por su parte, a convocar cada semana a toda la comunidad del barrio Villa España para realizar cine foros.
Frente a una pantalla gigante que proyecta una película escogida minuciosamente por los jóvenes de AJODENIU, buena parte de esta comunidad compuesta por 97 familias, todas ellas obligadas a desplazarse desde diferentes lugares del Chocó, se encuentra para reflexionar sobre la violencia de género, el papel de los jóvenes en el desarrollo del barrio, los derechos de los niños y muchos otros temas que se proponen como asuntos de discusión entre una comunidad que busca alcanzar y garantizar sus derechos.
Los jóvenes de AJODENIU continuarán, de calle en calle, proponiendo espacios de discusión y crecimiento comunitario a través del cine, y ahora también empezarán a trabajar en un sueño: crear una unidad de producción audiovisual que les permita, a la vez, crear sus propios videos para los cine foros y ofrecer servicios audiovisuales, como un posible camino para generar ingresos a futuro. (Aquí y aquí se pueden ver dos de los videos producidos).
Atravesando todas las cordilleras hacia el sur oriente del país desde Quibdó, se llega a Mocoa, y allí con su grupo de 21 compañeros está José Fernando Cárdenas de la Escuela de Periodismo de Nueva Esperanza. Este barrio agrupa 228 familias, el 80% de ellas forzadas a desplazarse desde otros lugares del departamento o incluso de otros como Caquetá, Nariño y Cauca. En la Escuela de Periodismo también participan adolescentes y jóvenes del barrio Villa Rosa, en el municipio también putumayense de Puerto Asís.
En un proceso interactivo de formación y producción, la Escuela ha investigado, redactado y publicado hasta la fecha 5 ediciones del periódico Huellas y Raíces. El periódico relata el proceso vivido por esta comunidad que busca integrarse localmente y garantizar los derechos que el desplazamiento y las condiciones de pobreza han vulnerado; pero va mucho más allá: Huellas y Raíces "es el instrumento donde tejemos memoria de nuestra comunidad, memoria que poco a poco nos ayuda a echar raíces, a volvernos parte de algo, a sentirnos acompañados en la lucha diaria y a hacer de ésta nuestra tierra, nuestro hogar, donde llegamos con un conjunto de historias individuales pasadas difíciles, pero luego nos unimos para transformar el presente y ahora proyectamos el futuro [...]"; así explican los reporteros de Huellas y Raíces lo que es este periódico. (Consulte aquí la última edición)
Tener un medio de comunicación creado, pensado y producido desde la misma comunidad para narrar, narrarse cuál es el proceso que están viviendo como población desplazada, como comunidades de acogida, es una herramienta para fortalecer sus luchas, reafirmar sus búsquedas y proyectar colectivamente sus sueños.
Rocío Castañeda y Henry Gamba, Granizal, Mocoa y Quibdó, Colombia
Este trabajo en comunicación se realiza en el marco del programa Construyendo Soluciones Sostenibles desarrollado por ACNUR y PNUD, gracias al invaluable apoyo de: