Venezolanos asisten a taller para producir artesanías con materiales reciclables
Venezolanos asisten a taller para producir artesanías con materiales reciclables
Papeles reutilizables, bolsas de cemento vacías e incluso troncos de banano: todo puede convertirse en materia prima para la artesanía en las manos de personas refugiadas y migrantes venezolanas en Manaos, utilizando técnicas simples.
Entre el 25 y el 29 de noviembre, un taller del proyecto Reciclo presentó a 15 venezolanos que viven en la ciudad métodos innovadores y económicos para producir artículos como cuadernos, cajas recicladas e incluso lámparas.
Como resultado de una asociación entre la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la ONG Hermanitos y la Fundación Pedro Jorge, la iniciativa busca facilitar la integración local y estimular la generación de ingresos sostenibles para la comunidad venezolana en la ciudad, incluyendo a mujeres y personas LGBTI en situación vulnerable.
Totalmente sostenible, el taller enseñó el procesamiento artesanal de papel y técnicas de secado al sol para lograr una variedad de texturas y colores. Estos materiales son la base de una multitud de artículos que van desde cuadernos hasta marcadores y cajas recicladas.
“Separamos todos los materiales que serían descartados, además del tronco del banano, los trituramos y mezclamos para que sea posible fabricar el papel que se usa en diferentes formas. El bajo costo de producción combinado con el talento de los artesanos permitirá que cada artículo tenga un valor agregado único, lo que lo convierte en una alternativa económicamente viable para la generación de ingresos”, explica Gizelma Fernandes, de 44 años, instructora de la Fundación Pedro Jorge.
La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio Público Federal, el Ministerio de Trabajo y el Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados. “Buscamos promover oportunidades para la integración de la comunidad venezolana ofreciendo soluciones duraderas para los entornos urbanos. El trabajo del ACNUR busca valorar las capacidades como una estrategia para mejorar la vida", explica la jefa de la oficina de ACNUR en Manaos, Catalina Sampaio.
Esta ha sido una gran oportunidad para personas como Francesca Dângelo, una estudiante de diseño de moda de 21 años que llegó de Venezuela hace un año. Buscando reanudar sus estudios en Brasil, espera utilizar el curso como una alternativa para la generación de ingresos en la ciudad y así continuar su carrera profesional en el país.
“Usaré este conocimiento para emprender. En Venezuela tenía mi microempresa de confitería, la tuve que dejar por falta de materiales. Así que ahora puedo complementar mis ingresos con esta actividad de reciclaje y estudiar para emprender aquí”, explica.
Doreles Maria, de 28 años, llegó a Brasil en enero de este año. La artesana ha trabajado como asistente de farmacia, cocinera vegetariana, y encontró en Hermanitos una oportunidad para acceder a cursos y otras actividades en su nueva travesía en Brasil.
“El curso me ayudará a prepararme para tener un trabajo con las cosas que mi esposo y yo necesitamos. Queremos quedarnos un poco en Manaos y luego ir a la costa para tener un mayor ingreso. Este curso es una oportunidad porque puedo aplicarlo aquí y donde sea que elija vivir”, concluye Doreles.
Fortalecimiento de la respuesta
La asociación del ACNUR con la Fundación Pedro Jorge y la ONG Hermanitos es parte de una estrategia para fortalecer la respuesta para las personas venezolanas en el norte de Brasil y promover la protección de las poblaciones más vulnerables.
Según la Policía Federal, hay unos 212.000 venezolanos en el país, de los cuales 115.000 son solicitantes de asilo y 97.000 residentes temporales. Según las estimaciones de las Naciones Unidas, más de 4,5 millones de venezolanos ya han abandonado su país.
