El patrimonio cultural abre puertas a las personas refugiadas en Barcelona
El patrimonio cultural abre puertas a las personas refugiadas en Barcelona
Es entonces cuando otras preocupaciones latentes empiezan a manifestarse afectando a la salud mental: la soledad, la extrañeza ante un nuevo país, las secuelas del trauma vivido, y a veces, el desaliento.
Para contrarrestar estas barreras y crear vínculos con la sociedad de acogida nació ABUAB, una iniciativa que emplea el patrimonio cultural de Barcelona para la integración y el bienestar de las personas refugiadas y solicitantes de asilo. Lanzada por primera vez en 2019 por la ONG Heritage For Peace, con el apoyo de entidades culturales como Apropa Cultura y el Museo de Historia de Cataluña, su tercera edición ha contado con el respaldo de ACNUR a través de las Ayudas al Emprendimiento Social Liderado por Personas Refugiadas y Apátridas. Con el apoyo de voluntariado, ABUAB organiza actividades culturales como visitas guiadas a museos y monumentos, conciertos o charlas en las que las personas refugiadas no solo entran en contacto con la cultura local y acceden a actividades de ocio de forma gratuita, sino que tejen nuevas redes de amistad y apoyo social. Tres pilares básicos: la cultura, el ocio y las relaciones sociales, que repercuten de manera muy positiva en la salud mental de personas que a menudo han atravesado situaciones traumáticas.
Es el caso de Irina y Viktor, un matrimonio de Donetsk, en el este de Ucrania, que llegó a Barcelona en 2022 huyendo de la invasión rusa. Para ellos, la cultura, y en concreto la música, era mucho más que una afición: su profesión, la de su hijo, que sigue en Ucrania, y su forma de vida. Es por eso que, cuando supieron de ABUAB a través de Facebook, no dudaron en unirse. “La comida es importante, pero la cultura te da seguridad”, afirma Viktor, que se esfuerza por comunicarse en un español todavía vacilante. Viktor e Irina son parte de los más de 190.000 refugiados ucranianos que acoge España, la nacionalidad más numerosa entre las personas con protección internacional en el país.
Con fuertes vínculos con su país de origen y un futuro incierto, la inclusión es un reto para los ucranianos en España, especialmente para las personas de más edad, como Viktor e Irina, que sobrepasan los 60 años. Poder reconectar con su antigua rutina, conocer la cultura local y relacionarse con gente nueva son los principales incentivos de un programa que cuenta también con actividades en árabe y ucraniano.
Distinta es la situación de Lina, refugiada afgana de 27 años y también participante en ABUAB. Para esta estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas, que llegó a dirigir la biblioteca de su universidad en Afganistán, la posibilidad de volver a su país es remota. Para ella, la oportunidad de conocer la cultura de su comunidad de acogida es fundamental. “Ahora España es mi país y necesito saber todo de España. Eso me ayuda a sentirme bien y cómoda en mi nuevo lugar”. En menos de tres años y partiendo de cero, Lina no solo ha aprendido a comunicarse en un español fluido y rodearse de un círculo de amigos españoles y de otras procedencias. Ha sabido también derribar prejuicios acerca de su propia cultura, muy desconocida para su comunidad de acogida.
Esta reciprocidad está muy presente en ABUAB, cuyo nombre alude precisamente a abrir puertas. “Es una puerta de doble sentido a la que se asoman las personas refugiadas para descubrir la cultura de la sociedad que las acoge, pero también a la inversa, para que esa sociedad las conozca a ellas”, explica Isber Sabrine, arqueólogo sirio afincando en Barcelona y artífice del proyecto. “Cuando las personas refugiadas de Siria ven piezas arqueológicas de su cultura en un museo español, les impresiona”, señala. Conocer los vínculos históricos y culturales, y también las diferencias, es un diálogo enriquecedor que contribuye tanto a la integración como al bienestar de las personas.
Algo que Isber comprobó de primera mano en una experiencia que años después inspiraría ABUAB. Era 2015, y el arqueólogo vivía en Berlín en un momento en el que miles de personas refugiadas llegaban a la ciudad huyendo de conflictos. Cuando terminaba su jornada de trabajo, se acercaba a la plaza Alexander (Alexanderplatz), donde se congregaban los refugiados, para ver si podía ayudar en algo. Allí se encontró con la realidad de muchos: tenían techo y estaban a salvo, pero se sentían aislados en una ciudad extraña y muy afectados por el trauma de la huida y de la guerra. Fue entonces cuando Isber pensó en la cultura como terapia contra la tristeza. Así nació un proyecto que formaría a personas refugiadas para que ejerciesen de guías en el Museo de Pérgamo, una de la instituciones culturales más importantes de la ciudad, para otras personas desplazadas forzosamente.
Tras el éxito de esta iniciativa, y ya en Cataluña, Isber replicaría con ABUAB un modelo que, según su experiencia, refuerza la autoestima y bienestar a las personas forzadas a huir, evadiéndolas de los problemas y sacándolas de la rutina. Una labor que complementa con la que desarrolla con Heritage for Peace en países en conflicto. En lugares como Siria, Irak o Gaza, la ONG trabaja para preservar el patrimonio arqueológico desarrollando actividades educativas con niños y niñas o proporcionando medios de vida a la población local.
Se trata, en resumen, de poner los tesoros del pasado al servicio de la paz futura y presente. Una manera de fomentar el conocimiento, el respeto y la diversidad, contribuyendo a una sociedad tolerante y cohesionada en la que personas refugiadas y locales van de la mano. Isber, que no huye de los retos, sonríe cuando se le pregunta por el próximo: llevar ABUAB a toda España, y seguir creciendo.
Ayudas al Emprendimiento Social Liderado por Personas Refugiadas
En el marco del Pacto Mundial sobre los Refugiados y en línea con su enfoque de Participación Comunitaria, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, mantiene su compromiso con el programa de Ayudas al Emprendimiento Social Liderado por Personas Refugiadas y Apátridas que brinda oportunidades de participación efectiva a las comunidades en la identificación de retos de protección e integración, así como en la búsqueda de las mejores soluciones.
Los proyectos implementados a través de esta iniciativa no sólo permiten a las personas refugiadas y apátridas una implicación directa y significativa en la respuesta de protección del país de acogida, sino también la consecución de soluciones legítimas y sostenibles a largo plazo.