Dos hermanos refugiados en busca del sueño olímpico
Dos hermanos refugiados en busca del sueño olímpico
Los hermanos venezolanos Edilio y Mariale Centeno han superado numerosos desafíos para alcanzar sus sueños en el deporte, incluso después de verse forzados a dejar su patria. Refugiados en México, hoy están muy cerca de conseguir un boleto para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Inspirado por la tradición familiar, Edilio destacó desde su adolescencia en competencias locales y nacionales de tiro deportivo, que consiste en disparar armas de aire comprimido hacia blancos estáticos o en movimiento, lo que requiere de precisión, concentración y control mental. Motivada por su hermano, Mariale también se adentró en este deporte.
“Era parte de mi rutina, de quién soy y de quién quiero ser”, contó Mariale.
Cuando Edilio se encontraba en su momento más importante como atleta en el equipo nacional de Venezuela, con el sueño de la gloria olímpica intacto, pues un atleta siempre busca competir con los mejores en su especialidad, su vida cambió.
“Comienzas a ver las cosas diferente, la inseguridad en las calles que antes transitabas con confianza, la falta de servicios, pero también sientes el temor de que tu vida está en peligro, sabes que tienes que tomar una decisión pronto”, comentó.
Los hermanos Centeno dejaron Venezuela y encontraron protección en México, en la ciudad de Saltillo, Coahuila.
Además de integrarse a una nueva comunidad y de la creciente responsabilidad como madre y profesional, Mariale encontró en el deporte un vínculo especial con su hermano, quien es su entrenador.
“Edilio ha sido siempre un gran ejemplo de hermano mayor y de inspiración”.
Hace unos meses, los hermanos recibieron la noticia de que formarían parte de un grupo de atletas en el mundo que recibirían la beca de entrenamiento para formar parte del Equipo Olímpico de Refugiados.
Siempre han sabido que los sueños nunca mueren, pero a partir de ese momento supieron que ahora llevarían consigo los sueños miles de personas refugiadas alrededor del mundo.
“Fue la mejor noticia, no paraba de sonreír. En cuanto lo supe decidí renunciar a un trabajo de tiempo completo para dedicarme al entrenamiento y al de mi hermana”, dijo Edilio.
Con el apoyo de su familia, Mariale redujo su jornada laboral para encontrar el equilibrio entre entrenamiento, trabajo, hijo y esposo.
Las limitaciones económicas no impidieron que entrenaran todos los días con lo que tenían a su alcance, compartiendo equipo y buscando nuevas formas de mejorar.
“Buscamos qué podemos hacer con lo que tenemos y encontramos formas creativas para resolver cada situación” dijo Mariale.
Encontraron un lugar que les permitía hacer uso del campo diariamente y desarrollaron práctica física y mental en casa, fundamental para atletas de alto rendimiento.
“Es un orgullo que en Saltillo encuentren el espacio para poder retomar un sueño deportivo”, señaló Ana Lorena Galindo, jefa de la Oficina de ACNUR – la Agencia de la ONU para los Refugiados en Saltillo.
El Comité Olímpico Internacional creó el Equipo Olímpico de Refugiados para que atletas que han sido desplazados debido a conflictos o crisis humanitarias puedan competir bajo la bandera olímpica. Este equipo brinda la oportunidad a deportistas refugiados de diversas nacionalidades de participar en los Juegos Olímpicos, promoviendo la inclusión y destacando la resiliencia de aquellos que han tenido que huir de sus países de origen.