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La cruda realidad de los crímenes de honor se lleva a la pantalla

Historias

La cruda realidad de los crímenes de honor se lleva a la pantalla

La última película "Act of Dishonour", de la antigua refugiada afgana Nelofer Pazira, presenta la cruda realidad de los crímenes de honor en Afganistán.
30 September 2010
La actriz y directora Nelofer Pazira, una antigua refugiada afgana quien ahora es ciudadana canadiense.

OTTAWA, Canadá, 30 de septiembre (ACNUR) – La última película "Act of Dishonour" de la antigua refugiada Nelofer Pazira, presenta la cruda realidad de los crímenes de honor en Afganistán, donde creció antes de huir con su familia en 1989. La premiada directora afgano-canadiense ha dirigido esta película en una aldea abandonada en Tayikistán. En ella también hace referencia a algunas de sus propias experiencias y examina los retos a los que se enfrentan las familias de refugiados que regresan a la complejidad e inestabilidad del moderno Afganistán. El ACNUR proporcionó ayuda durante el rodaje de la película para las escenas que incluían refugiados. Pazira, estrella de la película de 2001 "Kandahar" y codirectora del documental grabado en 2003 "Return to Kandahar", está de gira internacional para promocionar la película. Nelofer Pazira habló recientemente con la responsable de información pública del ACNUR en Canadá, Gisèle Nyembwe. Extractos de la entrevista:

Cuéntenos un poco acerca de la película y por qué decidió rodarla

"Act of Dishonour" trata de los crímenes de honor. Está basada en la historia real de una mujer que actuó en un corto que rodó uno de mis amigos en Kabul. Su marido se encontraba en Pakistán en el momento del rodaje, pero regresó a Kabul cuando el equipo celebró el final del mismo. Asesinó a su mujer a tiros porque había salido de casa y había actuado en la película.

Marina Golbahari, que interpreta el papel principal en "Act of Dishonour", se enfrenta a presiones similares en su propia vida. Ella forma parte del número creciente de mujeres en Afganistán que están profundamente comprometidas con el cine y que están dispuestas a enfrentarse a las amenazas que conlleva aparecer en películas. Durante mi investigación y posterior escritura del guión, oí hablar continuamente de estas mujeres que esperaban que el mundo viese la realidad de sus vidas a través de esta película.

La película empieza con un chico joven disparando a un hombre mayor. Es un crimen de venganza. Añadí esto porque el crimen de honor es un problema que no está sólo relacionado con las mujeres. El honor y la venganza son prioridades primordiales en esta cultura. No obstante, la película también habla del perdón. El joven conductor de autobús que vengó la muerte de su padre quiere salvar la vida de su prometida, la mujer que cree que le ha traicionado. También hay una historia de una familia de refugiados que regresan a su aldea para darse cuenta de que su hogar ahora lo ocupan otros.

¿Qué mensaje quiere transmitirle a los espectadores?

Al crecer en Kabul y después haber emigrado a Canadá, vivo en la frontera de dos culturas diferentes, afgana y canadiense, y realmente soy un producto de ambas. Esta vez, he querido condenar los crímenes de honor así como estudiar la idea del honor. Originalmente quería desarrollar esta idea en un libro, pero en 2003 decidí que una película era la mejor manera de contar esta historia. Las imágenes viajan más rápido que las palabras escritas, atraviesan las fronteras geográficas, tribales y culturales.

Sin embargo, era importante hacer algo más que condenar simplemente los crímenes de honor y el sufrimiento de las mujeres. Quería entender la psicología que había detrás de ello, entender a los hombres que están forzados por las tradiciones de su comunidad, y por sus propios fracasos, a asesinar a aquellos que quieren.

¿Contrató a refugiados para la película?

Casi todos los actores de "Act of Dishonour" no son actores profesionales. Me gustó el reto de trabajar con ellos. Buscaba a personas cuyas historias reales reflejasen aspectos de mis personajes. No estaba simplemente basando los personajes en personas reales, sino que quería encontrar a personas que pudieran trasladar sus propias historias al guión. Por ejemplo, uno de los actores fue un refugiado en Irán que regresó después de 26 años de exilio. Al principio se dio cuenta de que no era fácil regresar a su ciudad natal en la provincia de Wardak (este de Afganistán). Hay refugiados afganos que viven en Tayikistán, cerca de la frontera tayiko-afgana y en otras zonas. Un gran número de refugiados ayudó en el rodaje de la película, tanto delante como detrás de las cámaras.

Interpreté el papel de Mejgan, basado en mi experiencia rodando en Afganistán durante la última década. Atrapada entre la vergüenza y el idealismo, luchaba por mostrar cómo los afganos podían ser progresistas. Durante el rodaje de Kandahar, descubrimos la dificultad de encontrar a mujeres que quisieran tomar parte en la película. Sentía constantemente vergüenza del atraso de mi propia cultura. Una vez, intenté convencer a unas mujeres de una aldea afgana a ayudarme a demostrar que los afganos podían ser tan cultos como cualquier otro pueblo.

Afortunadamente, no vivimos finales trágicos como el destino de Mena en "Act of Dishonour". Pero tuvimos situaciones extremadamente tristes en las que las mujeres jóvenes no regresaron al rodaje por miedo. Poco a poco, empecé a entender la cultura que, en su momento, me causó tanta vergüenza. Desarrollé más simpatía hacia las mujeres y hombres en ese país. Trabajar con equipos de rodaje extranjeros me permitió experimentar la ingenuidad de los occidentales acerca del mundo musulmán y acerca del sentido único en el que juzgan a los otros.

¿Cree que los espectadores van a apreciar la película?

Las historias de crímenes de honor se han convertido en banales . . . Recuerdo otro incidente (otro crimen de honor) en 2001, cuando regresé a la región para actuar en "Kandahar" que se grabó en la frontera entre Irán y Afganistán. Sobre todo trabajamos en aldeas de refugiados. A una chica adolescente le encantaba estar en el rodaje. Pero un día huyó del rodaje por miedo a que su padre y sus dos hermanos menores la vieran. Su padre la golpeó gravemente por haber deshonrado su nombre. Tuvimos que tirar la secuencia de la película y empezar de nuevo.

Hoy en día, en diversas partes del mundo, las mujeres se enfrentan a todo tipo de violencia, los crímenes de honor son sólo uno. Los crímenes de honor no sólo suceden en el mundo musulmán. En el mundo occidental se han llevado a cabo una serie de crímenes de honor en los últimos años, tristemente la mayoría de ellos entre familias de refugiados. Han escapado de la guerra, de atrocidades y aún así, después de llegar a un entorno seguro, la brecha entre sus prácticas y las de aquellos de sus países de acogida son evidentes. La carga suele recaer en las mujeres para salvaguardar el honor y el nombre de sus familias.