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Una ciudad polaca da ejemplo de solidaridad con los refugiados

Historias

Una ciudad polaca da ejemplo de solidaridad con los refugiados

La ciudad de Gdansk ha brindado una cálida acogida a migrantes y refugiados.
16 February 2018
Pawel Adamowicz, de 53 años, Alcalde de Gdansk.

La ciudad portuaria de Gdansk encabezó una vez la lucha del pueblo polaco para librarse del Comunismo y ahora manifiesta un nuevo tipo de solidaridad con los migrantes y los refugiados.


"Para mí es cuestión de argumentos morales", dice Pawel Adamowicz, Alcalde de Gdansk, quien, junto con un equipo de trabajo, ha elaborado un "modelo de integración de los inmigrantes" que ahora están adoptando otras ciudades polacas.

"Lo más importante son nuestros valores cristianos, la obligación humanitaria de ayudar a las personas. Pensé que nosotros teníamos que tomar la iniciativa", dice.

Aunque, en general, Polonia sido cautelosa con la cuestión de los refugiados, el Alcalde Adamowicz presentó el Modelo de Gdansk después de su visita al Papa Francisco en 2016.

"El Papa me invitó a mí y a los alcaldes de otras ciudades europeas. Era la primera vez en mi vida que tenía una oportunidad como esa – dos jornadas intensivas escuchando historias diversas de diferentes partes de Europa. Fue una fuente extra de energía y motivación positiva".

"Pensé que nosotros teníamos que tomar la iniciativa."

El Modelo de Gdansk es un programa integral para facilitar la integración de los refugiados y migrantes. La idea es que las personas y las instituciones en todas las esferas, desde la educación y la cultura al trabajo y la salud, deben incluir activamente a los refugiados. Un consejo consultivo constituido por 13 representantes de los migrantes y dos refugiados, se encarga de mantener al Alcalde al corriente de las preocupaciones de los refugiados.

Gdansk, una ciudad con 460.000 habitantes, acoge a unos 25.000 refugiados y migrantes, la mayoría de los cuales proceden de territorios de la ex Unión Soviética, como Chechenia y Ucrania, pero también hay refugiados de Ruanda y de Siria.

Zubidat Surkhaev, natural de Chechenia, y su hijo Mehdi, de 14 años, se han trasladado hace poco tiempo a un nuevo apartamento con la ayuda que les ha proporcionado la ciudad.

Mehdi nos enseña orgulloso su habitación. "Colgaré mi guitarra en la pared, instalaré una mesa para el ordenador y algunos estantes para libros", dice.

En el Centro Europeo de Solidaridad de la ciudad – en el que se exponen fotografías del político polaco y líder del sindicato Solidaridad Lech Walesa, que encabezó la huelga de trabajadores de los astilleros en el decenio de 1980 – Marianna Zubko, que huyó de la guerra en el este de Ucrania, estudia polaco en una clase nocturna para extranjeros.

"Hay algunas similitudes entre el polaco, el ruso y el ucraniano, y eso me ayuda un poco". dice.

Las clases de polaco también forman parte del programa de apoyo a los extranjeros que se imparte en Sopot, una cercana ciudad costera situada en la costa del mar Báltico.

"Estamos separados de Gdansk pero compartimos la experiencia", dice Jacek Karnowski, Alcalde de Sopot, ciudad que cuenta solo con varios centenares de migrantes y refugiados, aunque está preparada para acoger a más.

"Tenemos mucha libertad para actuar a nivel local pero no podemos ir más lejos porque no lo permite la ley", dice, "Por ejemplo, nos gustaría invitar a refugiados sirios a permanecer aquí por temporadas para recibir tratamiento médico pero la última palabra la tienen en la frontera. Obviamente, sería mejor si los gobiernos locales y nacionales cooperaran".

"El papel que los alcaldes podemos desempeñar con respecto a esta cuestión es fundamental."

Tanto Gdansk como Sopot están dispuestas a acoger a más refugiados si, por ejemplo, Polonia acepta la cuota asignada por la Unión Europea según la cual debe aceptar a más de 6.000 solicitantes de asilo procedentes de Grecia e Italia. En 2015, Polonia también se comprometió a reasentar a 900 refugiados vulnerables procedentes de países como el Líbano y Jordania. Polonia tiene 40 millones de habitantes.

De nuevo en Gdansk, el Alcalde Adamowicz, que ha recibido correos insultantes por su posición a favor de los refugiados y no recibe fondos extraordinarios del Gobierno central, reflexiona sobre esta cuestión. "Es nuestra política, nuestra responsabilidad, nuestro riesgo", señala.

Sin embargo cree que los beneficios de la apertura son obvios: "Para nosotros no es una pérdida sino una ganancia, dado que atraemos nuevos talentos, nuevas aptitudes, nuevos colores y nuevos idiomas, es decir, una nueva mentalidad".

Según Volker Türk, Alto Comisionado Auxiliar del ACNUR para la Protección, el modelo de Gdansk es un gran ejemplo de cómo los dirigentes locales pueden establecer una pauta inclusiva y promover la integración para luchar contra el populismo y la xenofobia.

"Los refugiados eligen a menudo ciudades inherentemente multiculturales – microcosmos de un mundo cada vez más globalizado. Las ciudades que reciben a refugiados pueden aprender mucho unas de otras y resulta enormemente alentador ver que otras ciudades están adoptando el modelo de Gdansk", dice Volker Türk, que dirige la elaboración de un nuevo plan para gestionar las situaciones de refugiados en todo el mundo, denominado Pacto Mundial sobre los Refugiados.

"El papel que los alcaldes podemos desempeñar con respecto a esta cuestión es fundamental, dado que trabajamos para forjar una respuesta más integral, sólida e inclusiva a las situaciones de refugiados en todo el mundo".

Este año la política del Alcalde Adamowicz se someterá a la prueba de las urnas. De hecho, para poder ser reelegido, el actual Alcalde deberá pasar primero un proceso de reselección dentro de su propio partido, Plataforma Cívica, en el que el diputado Jaroslaw Walesa, hijo de Lech Walesa, también se presentará como candidato.

Marta Siciarek, quien, como Presidenta del Centro de Apoyo a la Inmigración de Gdansk, ha colaborado estrechamente con el Ayuntamiento en el modelo de integración, ha expresado su deseo de trabajar con la persona que resulte elegida para desempeñar el cargo.

"Creemos que nuestro modelo es beneficioso para todos", dice. "El proceso ya está en marcha y será difícil pararlo".

Por Helen Womack

Gracias a la Voluntaria en Línea Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.