ACNUR preocupado por el empeoramiento de la crisis en Malí
ACNUR preocupado por el empeoramiento de la crisis en Malí
ACNUR está profundamente preocupado por el deterioro de la situación política y de la seguridad en Malí, donde miles de personas siguen huyendo de sus hogares.
El norte del país se está volviendo cada vez más peligroso debido a la proliferación de grupos armados en la zona. Los refugiados que se están marchando a países vecinos han informado de la presencia de milicias armadas y de la organización de grupos de vigilancia de las casas por parte de la comunidad local. Más de 2.000 personas han huido a Burkina Faso y Mauritania en los últimos cinco días debido a la inseguridad y la inestabilidad política tras el golpe de estado militar del pasado 22 de marzo en Malí.
Los refugiados malienses han estado cruzando a Burkina Faso y Mauritania a un ritmo medio de 400 personas al día durante la semana pasada. La mayoría de los refugiados pertenece a la etnia tuareg, pero también hay personas de etnia peul, árabe y bambara.
Los malienses que huyen hacia Mauritania son en su mayoría originarios de la región de Tombuctú, mientras que aquellos que se dirigen hacia Burkina Faso provienen de Gao y Tombuctú. La mayoría ha contado al personal de ACNUR que huyeron por miedo a los robos a mano armada y a nuevos combates en el norte. Algunos dicen que han huido debido a la escasez de alimentos y otros porque vieron frustradas sus esperanzas de una negociación de paz entre los tuareg y las fuerzas del gobierno cuando se produjo el golpe de estado.
Los refugiados también han informado de que hay hombres armados que están robando coches, dinero y pertenencias personales a la gente que huye hacia Burkina Faso. Dicen que hay un gran número de malienses que se encuentran de camino hacia Burkina Faso y Mauritania.
Mientras tanto, el número de malienses que cruza a Níger parece haber descendido recientemente. ACNUR tiene noticias de que sólo un grupo de 300 personas cruzó la frontera la semana pasada hacia este país y buscó refugio en la aldea de Ayrou. El personal de ACNUR está siguiendo de cerca la situación en la frontera con las autoridades locales.
La Agencia de la ONU para los Refugiados está aumentando su asistencia a los malienses en toda la región del Sahel, que padece una grave carestía de agua y alimentos. ACNUR desea reiterar su compromiso de ofrecer asistencia a los países vecinos y a las comunidades de acogida, que han estado proporcionando cobijo y seguridad a estos refugiados, a pesar de la carestía y las difíciles condiciones que padecen.
La llegada de grandes cifras de refugiados, en su mayoría nómadas con su ganado, está poniendo al límite los exiguos recursos en muchas zonas de llegada. ACNUR está trabajando con agencias especializadas para rehabilitar pozos y perforaciones en la zona y beneficiar así tanto a los refugiados como a las comunidades de acogida.
Los enfrentamientos en el norte de Malí entre las tropas del gobierno y el grupo rebelde tuareg estallaron en enero y desde entonces han provocado el desplazamiento de más de 200.000 personas que han buscado refugio bien en países vecinos o bien en otras zonas de Malí. Más de 23.000 personas han encontrado refugio en Burkina Faso, 46.000 en Mauritania y otras 25.000 han sido acogidas en Níger, a los que hay que añadir unos 2.000 nacionales de Níger que llevaban viviendo en Malí desde hace décadas. Se cree que hay más de 93.000 personas desplazadas dentro de Malí.
La situación ha empeorado desde que los combatientes tuareg tomaron varias ciudades importantes del norte de Malí la semana pasada, impidiendo con ello que ACNUR y otras agencias accedieran a las personas en necesidad de asistencia humanitaria. ACNUR hace un llamamiento a todas las partes en conflicto para que se abstengan de tomar cualquier acción que pueda poner en peligro a las poblaciones que huyen o que pueda impedir que se desplacen a zonas más seguras.