Refugiados de Bután ayudan a nepaleses a resurgir de las ruinas
Refugiados de Bután ayudan a nepaleses a resurgir de las ruinas
RAMECHHAP, Nepal, 11 de junio de 2015 (ACNUR) – Blandiendo un kukri – un cuchillo de forma curva tradicional de Nepal – Sancha Hang Subba corta el bambú con gran precisión, convirtiéndolo en piezas adecuadas para construir refugios.
Junto con otras 14 personas de Bután que viven en campos de refugiados en la parte oriental de Nepal, Subba ha viajado a este remoto pueblo de montaña en el centro de Nepal para ayudar a familias nepalesas a reconstruir sus vidas tras los devastadores terremotos del 25 de abril y el 12 de mayo, que causaron más de 8.700 víctimas mortales y unos 22.000 heridos y destruyeron, como mínimo, 500.000 hogares.
"Estoy contento de poder ayudar a los nepaleses en estos momentos de crisis", dice Subba, de 30 años, quien dirige el equipo. "Durante todos estos años, hemos vivido en gran armonía. Nosotros llevamos una vida como refugiados por razones políticas. Ahora, a causa del terremoto, muchas familias nepalesas se enfrentan a una situación parecida a la de los refugiados".
El distrito de Ramechhap fue declarado uno de los 14 distritos más afectados por el reciente desastre. Aquí hubo al menos 39 muertos y más del 90% de las casas resultaron afectadas. ACNUR ha sido una de las primeras agencias en distribuir lonas en el distrito. Y tras una rápida evaluación de la situación, la agencia se coordinó con las autoridades locales para movilizar a un equipo de refugiados capacitados para ayudar y formar a la población afectada en la construcción de refugios utilizando los recursos disponibles localmente, como el bambú y la madera.
"La gente aquí está sufriendo mucho, porque ha estado viviendo bajos las lonas y en establos para el ganado cerca de sus casas destruidas", dice Subba. "No sabían que podían utilizar bambú para construir refugios temporales. Ahora están entusiasmados por saberlo y trabajar con nuestro apoyo".
Los refugiados han estado trabajando con los supervivientes del terremoto de sol a sol y su trabajo artesanal se ha convertido en una base importante de los esfuerzos de reconstrucción. El equipo ha construido tres cabañas de bambú en un pequeño asentamiento en la municipalidad de Ramenchhap y está ayudando a otras 20 familias vulnerables en la aldea de Saune Danda, en Chyasku.
"Estoy agradecida a los refugiados butaneses por ayudar a construir mi cabaña de bambú", dice Pancha Maya Tamang, de 73 años, que ha estado viviendo bajo una lona de plástico durante más de un mes.
Hasta la llegada del equipo, esta mujer mayor había estado muy preocupada por sus nietos, pues la estación del monzón se aproxima rápidamente. "Por lo menos ahora tenemos un techo duradero y no tengo que preocuparme por la lluvia y las tempestades", dice. "Mis siete nietos pueden ahora dormir tranquilos".
Un joven del pueblo también está impresionado por el apoyo que reciben. "No sabía que se pudieran construir refugios con bambú. Estoy muy contento de que estén aquí para ayudarnos y enseñarnos cómo hacerlo", dice Regan Shrestha, de 21 años, que ha trabajado con los refugiados construyendo una cabaña para su familia.
"Estoy aprendiendo nuevas técnicas de ellos. Esto me ayudará a recuperarme", dice Shrestha. "En la aldea, escasean las personas con formación para afrontar la reconstrucción, así que su llegada es muy oportuna".
Subba, que es el secretario del campo de refugiados de Beldangi en Damak, dice con modestia: "La necesidad de ayuda es inmensa y lo que estamos haciendo es muy poca cosa. Ojalá pudiera ser de más ayuda".
Pero esta no es la primera vez que la comunidad de refugiados echa una mano. A las dos semanas del primer terremoto, recogieron 2.500 dólares estadounidenses en los campos de refugiados y trabajaron con ACNUR y con las autoridades para llevar alimentos y suministros de cocina y de higiene a 200 familias afectadas en el distrito de Sindhuli, en el centro de Nepal.
Tikaram Rasaili, de 33 años y vicesecretario del campo de refugiados de Beldangi, tomó parte en el viaje de 14 horas a Sindhuli a mediados de mayo.
"Cuando llegamos a Nepal [a principios de la década de 1990], nuestra situación era desesperada", recuerda. "Pero los nepaleses nos recibieron con el corazón y los brazos abiertos. Ahora, en estos momentos de crisis, tenemos la oportunidad de devolverles algo de lo que recibimos. Por eso hacemos este pequeño esfuerzo. Y estamos contentos de hacerlo".
Actualmente, hay más de 21.000 refugiados originarios de Bután en dos emplazamientos situados en la parte oriental de Nepal.
Por Deepesh Das Shrestha, desde Ramechhap, Nepal.
Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona Reyes por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.