Refugiados en zonas urbanas
Refugiados en zonas urbanas
A diferencia de un campamento, las ciudades permiten a las personas refugiadas vivir de manera autónoma, obtener ingresos y construir un futuro mejor; sin embargo, también suponen riesgos: las personas refugiadas pueden ser vulnerables a la explotación, el arresto o la detención; y, quizás, deban competir con la fuerza de trabajo local que menos recursos tiene para obtener empleos con las peores condiciones.
ACNUR trabaja para potenciar las habilidades, la productividad y la experiencia que las poblaciones desplazadas traen a las áreas urbanas; además, se esfuerza por ayudar a quienes han vivido grandes pérdidas buscando la seguridad que merecen. Esto, a su vez, ayuda a estimular el crecimiento económico y el desarrollo dentro de las comunidades de acogida, al tiempo que mejora el acceso universal a los derechos humanos.
En el pasado, muchas de las personas refugiadas que vivían en las ciudades eran hombres jóvenes que lograban sobrevivir por su cuenta. Actualmente, se ha dado un aumento en el número de mujeres, que pueden haber sufrido violaciones o abusos antes de escapar de sus países, así como niños, niñas y personas mayores que necesitan ayuda especial.
En las ciudades grandes, donde el anonimato es una constante, es todo un desafío lograr que las personas desplazadas encuentren y reciban el apoyo vital que necesitan.
ACNUR considera que los campamentos deberían ser una excepción, es decir, una medida temporal al desplazamiento forzado.