El año nuevo trae la mejor jugada. Dos hermanos juntos luego de 3 años de separación
El año nuevo trae la mejor jugada. Dos hermanos juntos luego de 3 años de separación
BUENOS AIRES, Argentina, 9 de enero de 2014 (ACNUR) – "Pensé que estaba soñando. Pensé que estaba dormido", así recuerda Muntala Mahmud lo que sintió con el pasaje y la visa en mano al abordar el avión que lo traería desde Ghana a Argentina. El 1 de enero de 2014, Muntala llegó al Aeropuerto Internacional de Ezeiza en Buenos Aires para reencontrarse con su hermano, Bayan, tras tres años de separación. ¡Que mejor manera de empezar el año que verse las caras fuera de un chat! Y, es que todo comenzó con una cuenta en Facebook . ..
En 2010, el resurgimiento del conflicto entre los grupo étnicos Mamprusi y Ksusasi al norte de Ghana obligó a Bayan y a su hermano Muntala a huir y separarse. Sin otra solución a la vista, Bayan se subió a un barco en el puerto de Cape Coast sin saber cuál sería su destino. Con sólo 16 años, permaneció escondido como polizón durante tres semanas y logró sobrevivir al viaje trasatlántico de Ghana rumbo a Argentina, donde fue reconocido como refugiado por la CONARE (Comisión Nacional para los Refugiados). Durante año y medio, los dos hermanos vivieron con la angustia de no saber uno del otro. Fue un día, en el emblemático Club Boca Juniors – donde Bayan juega en las divisiones inferiores – que una secretaria de la institución pensó que abriendo una cuenta en Facebook los hermanos podrían buscarse. Hubo conexión. Del otro lado del océano, en Accra, la capital de Ghana, un amigo de Muntala concibió la misma idea y le abrió una cuenta en la red social para buscar a su hermano.
La ansiada reunificación familiar fue lograda gracias a los esfuerzos del Gobierno Argentino, del ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). "Yo nunca perdí la esperanza", dice Bayan muy sonriente mientras habla en hausa con su hermano. Muntala, sin embargo, recuerda su tristeza en Accra durante el tiempo que no supo del paradero de Bayan. Fue Hawa, una mujer ghanesa que lo trató como a un hijo y lo cuidó en familia, su principal apoyo y guía para transitar la espera de un encuentro deseado fuera de toda realidad virtual.
"Muchos edificios", esa es la imagen que mejor define a Buenos Aires, según Muntala cuando compara ésta ciudad con Accra. Ya pasó una semana desde su arribo y son muchas las sensaciones. Reconoce que extraña algunas costumbres de su país, como el fufu, la comida típica de Ghana. Al igual que Bayan, su sueño es ser jugador de fútbol profesional por eso, desde su llegada a Argentina, sale a entrenar todos los días y se acuesta muy temprano. En Accra, veía fútbol de España, Italia e Inglaterra y remata: "todos conocen a Argentina por Maradona". Muntala sabe que lo esperan varios desafíos, como aprender el idioma español y probarse en un club de fútbol. Pero además de la disciplina del deporte, comparte con su hermano la fe. Bayan dice que todavía no fueron juntos a la Mezquita y que irán pronto. Y agrega: "yo rezo 5 veces al día". Atrás, quedaron el orfanato donde se criaron juntos, los momentos de la huida, la separación y el desamparo. Por delante, un año nuevo que los encuentra juntos y entrenando para "salir a la cancha y darlo todo".
Unidad de Información Pública, Oficina Regional para el Sur de América Latina