Alto Comisionado Adjunto reafirma apoyo de ACNUR a población desplazada
Alto Comisionado Adjunto reafirma apoyo de ACNUR a población desplazada
GRANIZAL, Colombia, Abril 10 (ACNUR) – Isabel* piensa que ha encontrado finalmente un lugar donde puede reconstruir su vida, siete años después de haber escapado de su casa y desplazarse de un lado a otro en búsqueda de seguridad.
Su largo viaje lo emprendió en el puerto pacífico de Tumaco, en el profundo suroccidente del país, hacia un barrio marginal al norte de la vasta ciudad de Medellín, convirtiéndose así en uno de los casi 4 millones de colombianos desplazados dentro de su propio país por causa de la violencia o la persecución. Isabel huyó a causa de la violencia creciente y la preocupación de que sus dos hijos pudieran ser reclutados forzadamente por los grupos armados ilegales.
"Yo fui desplazada varias veces antes de llegar acá y ahora quiero quedarme. Quiero asegurar una educación para mis hijos y encontrar un trabajo para mí", afirmó Isabel, quien tiene alrededor de 40 años, durante la reciente visita a la vereda Granizal por parte del Alto Comisionado Adjunto de las Naciones Unidas para los Refugiados, T. Alexander Aleinikoff. Isabel agregó que su esposo había sido asesinado, pero que era demasiado doloroso hablar de ello.
Ella es una de las muchas mujeres cabeza de familia que viven en Granizal, que ha sido un refugio para las personas desplazadas durante casi 40 años. En Granizal, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados apoya iniciativas a favor de los pobladores en temas como refugio, tierras, servicios básicos y autosuficiencia. La vereda Granizal está localizada en el municipio de Bello pero tiene una porción de su territorio en Medellín. Las autoridades de Bello afirman que aproximadamente el 90 por ciento de las 18.000 personas desplazadas que viven en Granizal ha tenido que escapar de sus casas más de una vez. Agregan que la población proviene de todas partes de Colombia, lo que indica el tamaño del problema.
Según cifras del gobierno, hasta marzo de este año, más de 256.000 personas desplazadas vivían en Medellín y sus alrededores, como Bello, donde está Granizal. Medellín tiene también la tasa más alta de desplazamiento intraurbano en Colombia. El movimiento forzado de personas entre los barrios es el resultado de las luchas por el poder entre los grupos armados ilegales en la ciudad.
Isabel, como sus vecinos desplazados, es una ocupante ilegal, que vive en un lugar del cual no tiene ningún título de propiedad oficial. La mayor parte de las casas son fabricadas en madera con plástico o cobertura metálica de zinc como techo. Esto no es confortable, pero ellos se sienten más seguros aquí que en sus sitios de origen.
Un grupo de aproximadamente 50 personas, incluida Isabel y algunas otras mujeres cabeza de familia, conocieron a Aleinikoff durante su visita a Medellín y conversaron con él sobre sus condiciones de vida y preocupaciones. "Lo que necesitamos es agua potable, una escuela para nuestros hijos, electricidad, calles y un centro médico", manifestó Isabel al Alto Comisionado Adjunto. "Nosotras, madres solteras, tenemos [generalmente] muchos niños para cuidar", añadió.
Otras personas contaron sobre los problemas que enfrentan regularmente, en muchos casos, porque perdieron sus documentos de identidad cuando escaparon de sus casas. Pidieron a Aleinikoff el apoyo del ACNUR para ayudarles a reconstruir sus vidas con seguridad y tener acceso a los servicios básicos.
Aleinikoff hizo énfasis en el compromiso del ACNUR para trabajar con las personas desplazadas en contextos urbanos. El ACNUR, en trabajo conjunto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Gobierno colombiano, participa en el proyecto de Iniciativas de Soluciones Transicionales en Granizal, el cual se orienta a brindar asistencia técnica y legal a la población desplazada en temas de tierra y propiedad, proporcionar apoyo técnico y financiero para construcción de vivienda y fomentar proyectos de autosuficiencia alimentaria. El programa también promueve el acceso a servicios básicos y el apoyo a las organizaciones de las víctimas del conflicto. Este modelo será usado en otras áreas.
Aleinikoff llegó a Bogotá el 30 de marzo para iniciar su primera visita oficial a Suramérica. Después del viaje a Medellín, visitó a desplazados afrocolombianos en la costa Pacífica, incluyendo una comunidad lejana del Medio Atrato. Allí, los pobladores, sobre todo las mujeres, afrontan muchos peligros debido a la intensidad del conflicto. En el departamento del Chocó, pudo conversar también con miembros del pueblo indígena Wounan, uno de los más de 30 pueblos oficialmente considerados en peligro de extinción. El Alto Comisionado Adjunto terminó su misión en Ecuador donde visitó la provincia norte de Sucumbíos y se encontró con algunos refugiados. Sostuvo también conversaciones con altos funcionarios del Gobierno y personal del ACNUR antes de su regreso a Europa.
*Nombre cambiado por motivos de protección.
Por Francesca Fontanini en Granizal, Colombia