Edzná: Zona arqueológica de México restaurada con el apoyo de refugiados guatemaltecos 

EDZNÁ, Campeche - El antiguo sitio maya Edzná impresiona por su grandeza en medio de la selva. Este atractivo turístico es de los más visitados de la Península de Yucatán y en su restauración participaron refugiados guatemaltecos en las décadas de 1980 y 1990.   

“A partir de 1986 se impulsó un programa con fondos de la comunidad internacional para emplear a refugiados guatemaltecos en los trabajos de mantenimiento, excavación y restauración”, se lee en un letrero colocado en la entrada del sitio arqueológico.

Luis Castro, de 76 años, es de las pocas personas que trabajaron en el sitio que todavía se encuentran en la región. Tenía 35 años cuando huyó de Guatemala.

“Me siento tranquilo, feliz, porque hice un trabajo muy especial. Gracias por tomarnos en cuenta a los guatemaltecos para poder trabajar ahí”, dijo Luis, hoy naturalizado mexicano.  

El lugar, descubierto en 1907, fue rehabilitado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a mediados de los años 80, con el apoyo de ACNUR, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y posteriormente de la Unión Europea.   

“Se exploraron y se restauraron diferentes edificios y en este proceso participaron tanto refugiados guatemaltecos como trabajadores mexicanos”, explicó la directora del Centro INAH en Campeche, Adriana Velázquez Morlet.  

La Guerra Civil en Guatemala a principios de los años 80 provocó que miles de guatemaltecos huyeran de su país. Se estima que alrededor de 46,000 guatemaltecos se refugiaron en distintos asentamientos en el estado de Chiapas, situación que dio inicio a las operaciones de ACNUR en México y de la COMAR, a finales de 1982.  

@

La mitad de los refugiados guatemaltecos que llegaron a Chiapas fueron reubicados a Campeche y Quintana Roo, donde se crearon otros asentamientos, entre ellos el de Quetzal Edzná, hoy pueblos integrados a la vida social, política y económica de sus estados.  

El gobierno mexicano, a través de la COMAR, en conjunto con ACNUR, creó algunos proyectos para generar fuentes de empleo, como fue el caso de la restauración de Edzná, donde llegaron a trabajar hasta 400 guatemaltecos por mes.

“Los arqueólogos asignábamos un número de personas a la exploración, a trabajar con pico y pala, con carretilla, con implementos delicados cuando salía algún entierro, una vasija o una ofrenda. Así se fue avanzando en la exploración y restauración de edificios que hoy son visitables”, recordó Antonio Benavides, arqueólogo del Centro INAH Campeche.   

“Fue una experiencia muy innovadora, muy importante. Tanto los mexicanos se adaptaron a trabajar con los guatemaltecos como los guatemaltecos se adaptaron al modo de trabajo mexicano”, aseguró la directora del Centro INAH Campeche.   

Renee Cuijpers, quien en esos años trabajó en la oficina que ACNUR tenía en Campeche, señaló que este proyecto fue muy importante en la integración de las personas refugiadas guatemaltecas, pues fueron capacitadas, acompañadas por expertos y pudieron participar en el proceso de restauración.   

“Es una muestra de un aporte de la comunidad refugiada a México, ya que esto hoy en día es un sitio sumamente importante”, comentó Cuijpers, hoy Representante adjunta de ACNUR en México.

Si bien los refugiados guatemaltecos se naturalizaron y ya son mexicanos, su legado sigue presente, como el hijo de Luis Castro, que hoy trabaja en el sitio arqueológico.

“Ahorita están trabajando ahí también en Edzná, ahí trabaja mi hijo en esas ruinas”, dijo Luis con orgullo.