Los refugiados de Sudán del Sur más vulnerables son trasladados por aire a Etiopía
Los refugiados de Sudán del Sur más vulnerables son trasladados por aire a Etiopía
AKOBO, Etiopía, 28 de mayo de 2014 (ACNUR) – Cuando informaron a la refugiada sursudanesa Nyabang Gut de que ella y su familia serían trasladados en helicóptero desde la frontera a un campo de refugiados de Etiopía, comenzó a llorar.
Las únicas palabras que pudo decir a los trabajadores humanitarios que ayudaban a sus cuatro hijos a entrar en el helicóptero fueron: "Que Dios los bendiga".
Nyabang y sus hijos habían llegado una semana antes a Akobo, un remoto pueblo en el este de Sudán del Sur, en la frontera con Etiopía. Aproximadamente 34.000 refugiados sursudaneses, que huyen del conflicto en su país desde diciembre, han llegado hasta Akobo. La mayoría, como Nyabang, llevan muy poco con ellos, pues su única intención es la de poner a salvo a sus hijos.
Por si sus problemas fueran pocos, su hijo menor, Nerek, sufre de hidrocefalia severa (una acumulación anómala de fluidos en el cerebro que provocan una mayor presión dentro del cráneo y el aumento progresivo de la cabeza, así como convulsiones, visión tubular y discapacidad mental).
Nyabang también tiene sus propias dificultades físicas. Durante los combates entre las fuerzas gubernamentales y los combatientes rebeldes en Sudán del Sur sufrió una herida de bala en el tobillo y padece graves molestias, aunque la herida ya ha cicatrizado.
Hasta ahora, la mayoría de los sursudaneses que llegaban a Akobo desde diciembre, no tenían más opción que continuar la travesía en barco de 15 horas por el río Baro para poder alcanzar un lugar relativamente seguro. Llegaban a Burubiey, en Etiopía, donde pasaban la noche en un campamento improvisado y al día siguiente eran trasladados al nuevo campamento de refugiados de Kule II, dirigido por ACNUR.
Pero ahora los más vulnerables podrán evitar este difícil viaje, gracias al helicóptero fletado por ACNUR con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Volarán desde Akobo hasta un hospital de emergencia, en el campo de refugiados de Leitchuor, y finalmente a Kule II.
Todos los sursudaneses que llegan a Akobo reciben asistencia y son registrados por el ACNUR y la Administración para Asuntos de Refugiados y Retornados de Etiopía (ARRA). Después, se identifican las necesidades específicas, con el fin de establecer si los refugiados pueden continuar el viaje en barco o si deben ser trasladados por aire. Se da prioridad a las mujeres embarazadas y a los lactantes, a las personas mayores, a los niños menores de un año, a los heridos, y a las personas con problemas de movilidad y sus familiares.
Poco después de que Nyabang y su familia despegaran a bordo del helicóptero en Akobo, llegó otro grupo de refugiados. Entre ellos se encontraba Nyamach Lual, de 23 años, quien se acercó a la pista de aterrizaje improvisada por ACNUR con su tía Cicilena Peter, de 54 años. La mujer apenas podía caminar y sin embargo había hecho el difícil viaje desde Sudán del Sur hasta Akobo, a donde habían llegado hacía dos semanas.
Nyamach se hizo cargo de su tía desde el comienzo del conflicto, cuando su tío fue asesinado. Huyeron de Malakal, capital del estado del Alto Nilo, en Sudán del Sur, que limita con el estado de Gambella, en el oeste de Etiopía.
En Malakal, se refugiaron en una base de la Misión de la ONU en Sudán del Sur, junto a miles de civiles, pero se vieron obligadas a huir debido a los ataques contra la base. Tanto Nyamach como su hijo de cinco años de edad y otros familiares, tuvieron que hacer el camino a pie, un viaje que duró ocho días.
Mientras se preparaba para entrar en el helicóptero de ACNUR, Nyamach dijo: "Nos sentimos muy bien y aliviadas porque no estamos huyendo de nuevo. Nos sentimos seguras".
Los helicópteros fletados por ACNUR también se utilizan para llevar alimentos, medicinas y equipos técnicos como apoyo a las necesidades de protección y registro. Una parte importante de esa carga ya ha sido transportada, incluyendo equipos de telecomunicaciones para establecer una oficina de ACNUR en la ciudad de Nyinyang, que incluye el campo de Leitchuor.
Esta operación con helicópteros comenzó a finales de marzo y continuará por lo menos durante dos meses. Hay cinco vuelos a la semana. ACNUR está buscando la autorización de las autoridades etíopes para ampliar la operación a otros lugares, en una región donde los refugiados están llegando a zonas muy remotas con poca o ninguna infraestructura. Muchos llegan enfermos y desnutridos debido a los días y semanas que dura su travesía en busca de un futuro inmediato más seguro para ellos y sus familias.
Por Luiz Fernando Godinho en Akobo, Etiopía
Gracias a la Voluntaria en Línea Laura Salguero Esteban por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.