Mujeres refugiadas en Marruecos aprenden de negocios de las mujeres locales

CHEFCHAOUEN, Marruecos, 15 de abril (ACNUR) – ACNUR ha organizado un proyecto dirigido a mujeres refugiadas que están creando una cooperativa de artesanía para que puedan aprender de un grupo de mujeres marroquíes de una localidad cercana, que han construido y creado su propio negocio de arte y artesanía durante la pasada década.

Alrededor de veinte mujeres – originarias de países del África sub-sahariana y que ahora viven en Marruecos – fueron trasladadas desde la capital, Rabat, a Chefchaouen, situada a unos 300 kilómetros de distancia, en el noroeste del país. Allí se han familiarizado con el trabajo y la gestión de la cooperativa artesanal de "Tallassamtane".

La visita fue organizada por dos de los socios ejecutores de ACNUR en el país: la Asociación Marroquí para la Promoción de Pequeñas Empresas y la Fundación Oriente y Occidente, una organización marroquí no gubernamental que presta apoyo a inmigrantes y refugiados.

El encuentro se concibió con el fin de que las mujeres pudieran compartir sus experiencias y conocimientos para mejorar la calidad de los productos y discutir técnicas de marketing. Se trató de una oportunidad única para crear sinergias entre grupos con diferentes orígenes pero con metas similares.

Las mujeres refugiadas están creando sus propias cooperativas de confección y joyería en las instalaciones de la Fundación, la cual les proporciona el espacio y el equipamiento. La Asociación Marroquí para la Promoción de Pequeñas Empresas les ayuda a gestionar la iniciativa para que sea rentable y financieramente independiente.

La cooperativa marroquí fue creada hace nueve años por veinte mujeres, que inicialmente recibieron formación y apoyo económico de una organización española no gubernamental para cubrir el coste del alquiler y de las materias primas. Ahora son una cooperativa económicamente independiente.

Tras llegar a Chefchaouen, localidad ubicada en las Montañas Rif, las refugiadas realizaron una visita a las instalaciones de la cooperativa. Allí examinaron los hermosos textiles y probaron algunas de las máquinas de tejer tradicionales utilizadas por sus homólogas marroquíes. Hoy, las mujeres que forman parte de la cooperativa trabajan seis horas al día, seis días a la semana, y producen de cuatro a cinco grandes mantas a la semana y de diez a veinte piezas más pequeñas al día.

Las mujeres refugiadas preguntaron sobre una gran variedad de temas: el funcionamiento de la cooperativa, su gestión y administración, y la adquisición de la maquinaria. Para fomentar el trabajo, los beneficios son distribuidos entre las trabajadoras en función del número de horas invertido y de los ingresos generados.

La visita resultó doblemente beneficiosa para las mujeres refugiadas. Por un lado les permitió disfrutar de la cultura y de la herencia del país que las acoge, y por otro, las refugiadas pudieron aprender de mujeres marroquíes vulnerables que han conseguido mejorar su calidad de vida y han logrado ser económicamente independientes.

ACNUR a finales del mes de febrero tenía contabilizados a 807 refugiados reconocidos en Marruecos, entre los que se incluyen 205 niños y 139 mujeres adultas. Estas personas eran en su mayoría originarias de Costa de Marfil (36%), República Democrática del Congo (26%) e Irak (21%).