Tras los nuevos disturbios en Myanmar, ACNUR llama a la calma y pide acceso a los desplazados
Tras los nuevos disturbios en Myanmar, ACNUR llama a la calma y pide acceso a los desplazados
GINEBRA, Suiza, 30 de octubre (ACNUR) -- ACNUR está alarmado ante la nueva escalada de violencia en el estado de Rakhine, en el oeste de Myanmar, durante la semana pasada que, según las autoridades, ha desplazado a más de 28.000 personas.
Es urgente que se restaure el estado de derecho y el orden para prevenir nuevos estallidos de violencia. Asimismo, también se debe facilitar el acceso a las personas en situación de necesidad para que se les pueda prestar asistencia.
Desde el inicio de la nueva oleada de violencia entre comunidades el pasado 21 de octubre, las autoridades del estado de Rakhine estiman que decenas de personas han sido asesinadas y que más de 4.600 casas han sido incendiadas en los municipios de Minbva, Myebon, Mrauk-U, Pauk Taw, Rathedaung, Kyauk Phyu, Ramree y Kyauk Taw.
El pasado fin de semana, ACNUR llevó a cabo una misión interagencial en algunas de las áreas afectadas. La Agencia de la ONU para los Refugiados comprobó de primera mano la destrucción masiva y el desplazamiento de población a gran escala. El personal de ACNUR observó que muchas de las personas desplazadas se encuentran en zonas extremadamente difíciles de acceder.
Más de 3.000 personas han huido en barco hacia la capital del estado, Sittwe, para buscar asistencia en los campos existentes para desplazados internos. Los campos situados en Sittwe y sus alrededores albergan ya a más de 75.000 personas que continúan desplazadas tras la ola de violencia que estalló en el estado de Rakhine en junio de este año. Con esta nueva afluencia, estos campamentos ya superpoblados se encuentran al límite de su capacidad en términos de espacio, cobijo y productos de primera necesidad como agua y comida. El precio de los alimentos en la región se ha duplicado y no hay médicos suficientes para atender a los enfermos y heridos.
Muchas de las personas desplazadas también han encontrado cobijo en las comunidades cercanas y en los campos desplazados internos en Sittwe, mientras que un número indeterminado ha huido hacia las montañas, a ciudades como Pauk Taw y Myebon. Se estima que otras 6.000 personas están atrapadas en embarcaciones o en islotes a lo largo de la costa oeste de Myanmar. Estas personas tratan de buscar un acceso seguro a lugares donde puedan recibir ayuda.
Algunas de las personas afectadas permanecen en sus pueblos, viviendo condiciones muy precarias y con la esperanza de poder reconstruir sus casas. Según algunas informaciones, algunas personas estarían recibiendo amenazas de que sus casas serán quemadas, lo que les podría empujar a huir por miedo.
En el marco de la respuesta global de Naciones Unidas, y como medida inmediata para atender las necesidades humanitarias más urgentes, ACNUR está enviando lonas plásticas para proporcionar cobijo a 2.000 personas en las poblaciones del municipio de Minbya. También se han enviado lonas plásticas, mantas y mosquiteras a Sittwe. Esto se añade a los materiales de ayuda humanitaria y artículos de primera necesidad para unas 54.000 personas que los equipos de ACNUR han distribuido durante los últimos meses en los campamentos de desplazados internos.
Mientras, ACNUR apela a los países vecinos para que mantengan sus fronteras abiertas para personas que buscan seguridad y que han huido de los disturbios en el estado de Rakhine. ACNUR está preparado para ayudar a los gobiernos en su respuesta a esta situación de emergencia humanitaria.