Sudán del Sur: ACNUR advierte del incremento del riesgo de contraer hepatitis E
Sudán del Sur: ACNUR advierte del incremento del riesgo de contraer hepatitis E
La Agencia de la ONU para los Refugiados ha alertado hoy de que cada vez hay menor capacidad para contener el brote de hepatitis E entre la población de refugiados en Sudán del Sur, donde las operaciones de ACNUR ya se han quedado sin fondos. "El riesgo de contagio aumentará si, como se prevé actualmente, se registran nuevos flujos de llegadas de refugiados desde los estados de Kordofán del Sur y Nilo Azul, en el vecino Sudán", indicó el portavoz de ACNUR, Adrian Edwards.
Debido a la inseguridad y al deterioro de las condiciones humanitarias en Kordofán del Sur y Nilo Azul, el personal de ACNUR en el terreno espera que miles de nuevos refugiados se vean forzados a cruzar la frontera en las próximas semanas, tan pronto como los caminos vuelvan a ser transitables con el fin de la estación de lluvias.
ACNUR y sus socios, incluyendo a las autoridades competentes en materia de salud de Sudán del Sur, ya están combatiendo un brote de hepatitis E en los estados de Unity y Alto Nilo, dos regiones donde la enfermedad es endémica y que acogen a 175.000 refugiados sudaneses.
Se han registrado 1.050 casos de hepatitis E en los campos de refugiados, un virus que se contrae y se propaga a través del consumo de alimentos y agua contaminados. La enfermedad daña el hígado y puede ser mortal. "Hasta la fecha, han muerto 26 refugiados en los campamentos de Alto Nilo. Diez de estas muertes han acaecido desde mediados de septiembre", declaró Adrian Edwards.
El riesgo de infección es elevado en zonas densamente pobladas, como los campos de refugiados, y se agrava aún más en la temporada de lluvias debido a las inundaciones y al deficiente saneamiento. Las mujeres y los niños pequeños son la población más vulnerable.
El diagnóstico precoz se convierte en un elemento crucial para la supervivencia de los pacientes. Edwards señaló que ACNUR está trabajando con los Centros de EE.UU. para el Control de Enfermedades, que han enviado a seis trabajadores para realizar controles de calidad del agua, análisis de sangre y llevar a cabo entrevistas casa por casa sobre las prácticas de higiene.
Para luchar contra la propagación de la enfermedad entre los 175.000 refugiados sudaneses que ya se encuentran en Sudán del Sur, "estamos promoviendo mejores prácticas de higiene a través de cientos de trabajadores comunitarios que han recibido formación específica. Este trabajo de campo incluye la búsqueda activa de posibles casos de hepatitis E" indicó el portavoz de ACNUR. La Agencia de la ONU para los Refugiados también ha estado tratando de mejorar el suministro de agua potable en los campamentos, así como de incrementar el número de letrinas y proporcionar más puntos de lavado de manos y jabón.
Estas medidas han contribuido a frenar la propagación de la enfermedad. Sin embargo, ACNUR está luchando para cumplir con los parámetros mínimos humanitarios, tales como el suministro de 15 a 20 litros de agua potable al día por cada refugiado o la construcción de un número de letrinas suficiente, de forma que cada letrina sea utilizada por un máximo de 20 refugiados.
La operación de asistencia humanitaria en Sudán del Sur apenas ha recibido financiación. ACNUR necesita un mínimo de 20 millones de dólares antes de final del año para poder mantener las actividades más básicas para salvar las vidas de los refugiados. Del llamamiento revisado por valor de 186 millones, hasta el momento la Agencia de la ONU para los Refugiados tan sólo ha recibido el 40 por ciento. Las ONG internacionales también necesitan fondos adicionales a esa cantidad para garantizar que puedan llevar a cabo las actividades esenciales.