ACNUR pide que se respete el derecho de asilo de los mozambiqueños llegados a Malaui
ACNUR pide que se respete el derecho de asilo de los mozambiqueños llegados a Malaui
El número de mozambiqueños que huyen a Malaui continúa creciendo. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, hace un llamamiento a todas las partes para que respeten su derecho a solicitar asilo en medio de un contexto de presiones para expulsarles a su país de origen.
Más de 6.000 mozambiqueños han llegado a Malaui desde mediados de diciembre. Estas personas citan, como motivos de su huida, los enfrentamientos entre grupos armados de la oposición RENAMO (Resistencia Nacional Mozambiqueña) y las fuerzas gubernamentales.
Casi todos los recién llegados están siendo acogidos en un asentamiento en Kapise, una localidad del distrito de Mwanza, a unos 100 kilómetros al sur de la capital de Malaui, Lilongüe, mientras que otros recién llegados están dispersos por todo el distrito vecino de Chikwawa.
Desde mediados de enero, representantes del gobierno de Mozambique han realizado al menos tres visitas a Kapise para preguntar a los recién llegados por qué huyeron, discutir la posibilidad de regresar a sus lugares de origen y hacer un seguimiento de la situación humanitaria de sus conciudadanos. El gobierno de Mozambique ha ofrecido proporcionar asistencia socioeconómica si deciden retornar a su país.
ACNUR ha trasladado a ambos gobiernos su preocupación por el hecho de que el derecho a solicitar asilo y al principio de retorno voluntario -- consagrados en las dos convenciones sobre los refugiados, tanto en la Convención de la ONU de 1951, como en la de la Organización de la Unidad Africana (OUA) de 1969, no deben verse comprometidos. Se recordó a ambos gobiernos sus obligaciones internacionales hacia los refugiados y los solicitantes de asilo, así como los principios de retorno voluntario en lo que se refiere a esta serie de casos. ACNUR hace un llamamiento a todas las partes para que respeten el carácter humanitario que tiene la llegada de mozambiqueños a Malaui.
ACNUR y sus socios están ayudando al gobierno de Malaui para proporcionar protección y asistencia humanitaria a estos mozambiqueños. Tras el refuerzo de su capacidad de registro, ACNUR ha inscrito a todos los recién llegados.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha distribuido raciones de alimentos suficientes para dos meses a todas las familias llegadas a Kapise. También ha hecho entrega de lonas de plástico, sacos de dormir, mosquiteras, mantas, utensilios de cocina, lonas impermeables y artículos de higiene.
UNICEF ha financiado la construcción de duchas y letrinas en una zona donde la malaria y el cólera son motivo de preocupación. Numerosos mozambiqueños han visitado la clínica de salud en Kapise de Médicos Sin Fronteras (MSF), que se está llevando a cabo campañas de sensibilización sobre la prevención de la malaria y el uso adecuado de mosquiteras. De los seis pozos perforados por MSF desde el mes pasado, dos de ellos están proporcionando el suministro de agua suficiente.
El gobierno de Malaui ha decidido que los recién llegados deben permanecer en Kapise con la esperanza de que los combates cesen pronto y puedan regresar a Mozambique. Además, los jefes de las aldeas y autoridades del distrito han asignado extensiones de tierra adicionales para dar cabida a los recién llegados.
Pero el pueblo está abarrotado de gente y ACNUR está trabajando en nuevos proyectos para descongestionar el asentamiento. Se necesitan más terrenos para acoger al creciente número de recién llegados. ACNUR ha pedido al gobierno que identifique un nuevo espacio más alejado de la frontera y con suficiente terreno para para permitir la descongestión de Kapise.
Malaui ya acoge a unos 25.000 refugiados y solicitantes de asilo, en su mayoría procedentes de la región de los Grandes Lagos y el cuerno de África, que están siendo alojados en el campo de Dzaleka, situado a unos 35 km de Lilongüe. Este campamento se encuentra al máximo de su capacidad y las raciones de comida se han tenido que reducir al 50 por ciento desde octubre del año pasado. Los recursos disponibles para ayudar a los refugiados son limitados.