ACNUR: aumenta la preocupación ante la escalada de violencia en la RCA
ACNUR: aumenta la preocupación ante la escalada de violencia en la RCA
La Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, está extremadamente preocupada por el recrudecimiento de la violencia observado en distintas zonas de la República Centroafricana (RCA). Este nuevo brote de violencia entre grupos de autodefensa y otros grupos armados habría estallado en las ciudades de Zemio, Bria y Kaga Bandaro, situadas en el sur y norte de la RCA. Civiles y trabajadores humanitarios también habrían sido objeto de ataques.
En Zemio, cerca de la frontera con la República Democrática del Congo (RDC), el personal de ACNUR ha informado de un intenso fuego cruzado con armamento pesado desde el martes. Algunas viviendas cercanas a la oficina de ACNUR han sido quemadas. Más de 1.000 personas han huido de sus hogares, de las cuales muchas se han refugiado en una iglesia católica de la ciudad, mientras 66 personas se han buscado cobijo en el recinto de ACNUR, entre las que hay mujeres y niñas aterrorizadas que temen por sus vidas.
La violencia también ha afectado gravemente a los refugiados congoleños que viven en el campamento de Zemio, que en estos días ha sido invadido por hombres armados. Desde que tuvo lugar este incidente, muchos refugiados – entre ellos, hombres, mujeres y niños – han decidido retornar a la RDC temiendo por sus vidas. El campamento de Zemio acogía a unos 3.000 refugiados congoleños.
En la ciudad de Bria, situada a varios cientos de kilómetros al noreste de la capital, Bangui, el día 20 de junio se registraron enfrentamientos que se prolongaron durante tres días. Muchas personas habrían huido hacia los bosques. Según las informaciones recibidas, un campamento para desplazados internos en el distrito de Ndourou IV, que habría estado acogiendo a unos 2.400 desplazados, ahora se encontraría completamente vacío, ya que su población habría huido de los recientes ataques.
Los ataques indiscriminados contra la ciudad de Bria se habrían saldado, según las estimaciones más conservadoras, con 136 fallecidos y 36 heridos, 600 casas quemadas y otras 180 saqueadas. Las personas que han huido de la violencia aseguran haber presenciado ataques brutales, asesinatos, robos, saqueos y secuestros.
En otro incidente acaecido el miércoles por la noche en Kaga Bandaro, en el norte del país, varios hombres armados sin identificar habrían tratado de entrar en el edificio en el que reside el personal de ACNUR con la intención de atacar a los trabajadores y saquear sus pertenencias. El ataque fue frustrado por las fuerzas de la MINUSCA (Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana).
La inseguridad está impidiendo que el personal de ACNUR y otras agencias humanitarias puedan hacer una evaluación de la verdadera magnitud de los daños o del desplazamiento por la reciente violencia. No obstante, a lo largo de las tres últimas semanas, y a pesar de la frágil situación de seguridad, los equipos de ACNUR han podido distribuir materiales de primera necesidad, como lonas plásticas, mantas, esteras, mosquiteras, utensilios de cocina y jabón, a más de 5.000 hogares en zonas accesibles de Bria, en concreto, en el sur de la ciudad.
ACNUR reitera su llamamiento a todas las partes en conflicto en la zona para que pongan fin de inmediato a los ataques contra civiles y trabajadores humanitarios. ACNUR también solicita acceso humanitario inmediato y sin restricciones para poder asistir a los afectados por la reciente ola de violencia.
La violencia en la República Centroafricana ha provocado el desplazamiento de unas 503.600 personas dentro del país, de las cuales más de 100.000 a lo largo de 2017. Además, más de 484.000 han sido registradas como refugiadas en países vecinos (Camerún, RDC, Chad y la República del Congo). En las últimas semanas, unos 21.500 refugiados centroafricanos han huido cruzando la frontera hacia la República Democrática del Congo.