Una donación del club América Mineiro marca la diferencia en una pequeña escuela de fútbol en Boa Vista que une a brasileños y refugiados venezolanos
Una donación del club América Mineiro marca la diferencia en una pequeña escuela de fútbol en Boa Vista que une a brasileños y refugiados venezolanos
Toda la semana, más de cien niños y niñas de Brasil y Venezuela cambian las tardes en las calles de Boa Vista (Roraima) por clases de fútbol en la pequeña escuela del entrenador venezolano Luis Madrid. El martes pasado, el entrenamiento contó con una visita especial de la comisión técnica del América Fútbol Club de Minas, que donó a los menores que participan en el proyecto cerca de 150 artículos deportivos: camisetas, pantalones, medias y balones.
El equipo minero se encontraba en Roraima para disputar un partido de la primera fase de la Copa del Brasil. Antes de embarcar, se puso en contacto con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) con el objetivo de organizar una actividad en favor de la población venezolana que vive en la ciudad. ACNUR sugirió una acción con el equipo del profesor Madrid y el América Mineiro preparó la donación como una sorpresa.
En una típica tarde soleada de Boa Vista, Madrid organizó un partido entre más de 20 niños y niñas en el campo del proyecto, localizado tras la Estación Internacional de Autobuses de la ciudad que ha sido destino de miles de venezolanos en busca de protección y asistencia. Al terminar el partido, el entrenador y los jugadores recibieron la sorpresa de la entrega del material deportivo.
La presencia de deportistas profesionales que jugaron con los niños y las niñas animó mucho el entrenamiento. Y este gesto del América dio energía renovada al entrenador y al equipo, a quienes transmitieron un mensaje de acogida para los venezolanos y las venezolanas que se encuentran en la capital de Roraima.
El proyecto es mantenido por Madrid con el apoyo de ACNUR y del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) a través de un proyecto implementado en colaboración con la Unión Europea. A sus 41 años, Madrid se siente en casa en Brasil. Respira fútbol desde la edad de 7 años, y trabajó como entrenador juvenil de clubes y hasta de la selección nacional de Venezuela. Actualmente, mantiene en Boa Vista el proyecto de fútbol de manera espontánea, con la ayuda adicional de otras organizaciones como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Al preguntarle cuál es la mayor motivación para continuar con el proyecto, Madrid, que fue presidente de la Liga Nacional de Fútbol Menor en Venezuela, afirma que “el proyecto se centra en niños y niñas que no tendrían una oportunidad como esta para usar su tiempo en algo bueno. Porque el deporte es vida, es educación, es uno de los artes más hermosos del mundo”.
La acción del “Coelho”, como se conoce al equipo minero, reforzó el mensaje de la campaña “Historias en movimiento”, lanzada por ACNUR, UNFPA y la Unión Europea para reducir la xenofobia y conseguir que brasileños y brasileñas se pongan en el lugar de personas refugiadas y migrantes que llegan al país procedentes de Venezuela.
La visita contó con la presencia de Luiz Kriwat (gerente de fútbol del América), Felipe Conceição (exjugador y auxiliar técnico del Coelho) y Maickel Padilha (analista de desempeño). También asistieron representantes de ACNUR y UNFPA en Roraima (Gabriela Cortina e Igo Martini, respectivamente).
“La administración del club piensa siempre en el impacto social que puede tener el deporte en las comunidades, y creemos que corresponde a todos los clubes ejercer una influencia positiva en la sociedad”, comentó Luiz Kriwat, gerente de fútbol del América.
Los entrenamientos tienen lugar todos los lunes, miércoles y viernes, y los sábados y domingos se juegan partidos amistosos. La intención es ocupar el tiempo libre de los jóvenes de la mejor manera posible.
Los entrenamientos siempre se llevan a cabo en equipos mixtos de niños y niñas.
Desde 2014, más de tres millones de personas han abandonado Venezuela en el que se considera el mayor éxodo de la historia reciente de Latinoamérica. Muchas de estas personas se están viendo forzadas a dejar su tierra natal a causa de la violencia, la inseguridad y la falta de alimentos, medicinas y servicios básicos.
Más de 85.000 venezolanos y venezolanas han solicitado asilo en Brasil, mientras que otros 10.000 han obtenido la residencia temporal en el país. En la actualidad, cerca de 6.000 viven en albergues apoyados por ACNUR y sus asociados en Boa Vista y Pacaraima, además de otros que viven en situación de vulnerabilidad.
“Creemos en la coexistencia pacífica entre personas venezolanas y brasileñas, y este proyecto del entrenador Madrid es un ejemplo vivo de que eso es posible. Iniciativas como la del América Mineiro resultan esenciales para avanzar en la consecución de dicho objetivo”, afirmó Gabriela Cortina, de ACNUR. “Algunas poblaciones llegan en situación de mayor vulnerabilidad, como es el caso de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Las agencias de Naciones Unidas trabajan conjuntamente para atender a estas personas con dignidad y respeto, y para asegurar que se garantizan sus derechos”, destacó el Coordinador de la Oficina de Proyecto de UNFPA en Roraima, Igo Martini.
